Pseudotropheus Demasoni - Cíclido cebra enano

Los cíclidos Africanos más comunes en los acuarios domésticos son los denominados MBunas (palabra que procede de la tribu de los Batúes y que significa, literalmente, pez que muerde las rocas) debido a su resistencia, a su facilidad para alimentarse, a su curioso comportamiento y a su generalmente vivos colores. Son, aun así, peces muy territoriales que no suelen tolerar a ningun otro pez en su acuario, lo que dificulta su mantenimiento en comunidad. En particular, los P. Demasoni son endémicos del lago Malawi, concretamente de la zona de Tanzania, donde viven en grupos estrictamente dominados por el macho más grande al abrigo de las abundantes rocas que hay en las zonas poco profundas, entre 1 y 5 metros, lugares en los que abundan las algas tapizantes de las que se alimentan.

 Tienen el cuerpo poco comprimido lateralmente, con la cabeza aplanada y la boca ligeramente orientada hacia abajo y provista de pequeños dientes cortantes, lo que demuestra que se alimentan a nivel de fondo. Sus aletas son cortas, rígidas y muy manejables, siendo la dorsal muy larga al extenderse desde el final de la cabeza hasta el pedúnculo caudal. Las ventrales son bastante grandes en comparación con el resto de su cuerpo, y la caudal tiene forma de seta aplanada. Sus ojos son de pequeño tamaño. Su líbrea es muy vistosa, y consiste en una base de color azul marino oscuro con cinco rayas verticales de color azul eléctrico a lo largo del cuerpo y tres mucho más pequeñas en la cabeza. Todas las aletas, excepto las pectorales, que son incoloras, tienen un pequeño reborde azul celeste y el resto del color del cuerpo. La caudal presenta tambien este color, pero algunos de los radios tienen el color azul claro del cuerpo. Cuando estan estresados o enfermos se aclara el color azul marino. El dimorfismo sexual es muy poco visible y consiste, básicamente, en que los machos son un poco más grandes que las hembras (medio centímetro, más o menos), siendo totalmente indistinguibles cuando son jóvenes. Pueden medir 8 cm de largo y vivir hasta 7 u 8 años.

A pesar de su pequeño tamaño necesitan acuarios de gran tamaño para mitigar su agresividad (tanto intra como interespecífica). A partir de 250 litros es suficiente para un grupo formado por un macho y 5 hembras, debiendo aumentar este volumen hasta 400 litros si se les quiere acompañar de otros peces. No son nada exigentes con la decoración siempre que se creen multitud de escondites, aunque para que se sientan realmente cómodos se deben poner abundantes amontonamientos de rocas porosas en las que fijan sus territorios. Aunque no son indispensables se pueden poner algunas plantas resistentes (Vallisnerias, Microsorum, etc...) aisladas en alguna esquina para que den color al tanque. El sustrato debe ser oscuro, de grano más bien fino y hecho a base de materiales calcáreos (resulta ideal la arena de coral muerta para acuarios marinos) para mantener el agua dura y alcalina. Necesitan una potente oxigenación y un movimiento considerable en el agua, así como una potente iluminación que permita el desarrollo de las colonias de algas tapizantes de las que se alimentan. No son exigentes con los parámetros del agua siempre que se no se den variaciones demasiado bruscas. El pH puede estar entre 6 y 9, la dureza entre 10 y 40 ºdGH y la temperatura debe mantenerse entre 24 y 28 ºC, resintiéndose rápidamente con valores de temperatura fuera de este rango. No son muy sensibles a las concentraciones elevadas de nitratos, tolerando hasta 70 ppm, pero coviene mantenerlos por debajo de 20, así como los nitritos y el amonio a 0.

Son peces casi estrictamente hervívoros. Prueba de ello es su intestino, muy largo, que les permite asimilar los pocos nutrientes de las algas que comen. De ello se deduce que deben ser alimentados casi totalmente con alimentos vegetales (existen en los comercios escamas específicas a base de algas para cíclidos de los MBunas, aunque aceptan tambien verduras, frutas y guisantes troceados, alimentándose especialmente de los distintos tipos de algas tapizantes que cubren la decoración, dejando unas curiosas marcas de pasto), dándoles sólo esporádicamente algun aporte proteico de baja concentración, evitando las papillas para Discos y el pienso para Pirañas entre otros. Aunque se comen sin rechistar todo lo que caiga en el agua, un exceso acusado de proteínas y grasas les produce una dolencia característica conocida como Malawi bloat, que se caracteriza por la inflamación progresiva del vientre hasta el punto de que las escamas se erizan, aparecen úlceras y laceraciones y los peces afectados pierden el apetito, dejan de moverse y mueren en unos tres días. Las autopsias practicadas a peces muertos por esta causa han demostrado que el abdomen se hincha al recubrirse las paredes internas del mismo de una capa de grasa de color amarillo, mostrando también el intestino totalmente obstruido por esta misma grasa. El tratamiento debe aplicarse antes de que aparezcan las ulceraciones, y consiste básicamente en administrar purgantes (guisantes) y dejar de alimentarlos hasta que se desinche el vientre.

A pesar de su pequeño tamaño y aparente inocuidad, son de los MBunas más agresivos que existen. Sus relaciones intraespecíficas son muy agresivas (especialmente entre machos), por lo que si se quieren mantener en grupos deben ser introducidos todos a la vez en su fase juvenil, y en caso de haber más de un macho es posible que el más grande mate a los demás. No deben mantenerse en parejas aisladas para evitar que el macho (que es polígamo) acose constantemente a la hembra y termine por matarla. Sus relaciones interespecíficas son aún peores, y únicamente pueden ser asociados con otros MBunas en acuarios muy grandes (de unos 400 litros como mínimo) y provistos de muchos escondites. Incluso en este caso todos los peces deben introducirse a la vez en el acuario para evitar violentas disputas por el territorio. Un nuevo ejemplar de P. Demasoni en un acuario con un grupo ya formado está condenado a la muerte segura al no ser aceptado por el macho líder. A excepción, quizá, de peces de fondo de gran tamaño (Ancistrus o Plecos) y el Girynocheilus Aymonieri, hay que evitar a toda costa introducir cualquier otro pez en el tanque ya que será violentamente asesinado, llegando a morder y atacar a peces siete u ocho veces más grandes que ellos.

Se reproducen con facilidad en un acuario siempre que el agua esté libre de compuestos nitrogenados y con los demás parámetros lo más estables posible. Es imprescindible dejar el acuario completamente libre de cualquier otra especie de pez o, mejor aún, trasladar a los reproductores a un acuario de cría a parte. Se debe trasladar solamente al macho líder, que mata indiscriminadamente a los demás machos antes de la freza,  y a unas tres o cuatro hembras para que todas ellas sean fecundadas. Tras un elaborado baile nupcial secductor y el posterior cortejo en T, la hembra pone los huevos en un soporte sólido, los mete en su boca y, acto seguido, es rociada en la misma con el esperma del macho para fecundar los huevos. Este proceso se lleva a cabo con cada una de las hembras, tras el cual el macho debe ser retirado ya que, además de pasar olímpicamente de sus hijos, acosa continuamente a las hembras pudiendo llegar a matarlas. Cada una de las hembras fija un radio de influencia en el que no permiten el acceso a las demás hembras, pudiendo darse algunas peleas por el espacio (es mejor poner a cada hembra por separado en un acuario distinto). Durante los tres días que dura la incubación bucal las hembras no se alimentan. Los alevines son liberados al agua nada más nacer, siendo protegidos durante un mes por la hembra (aunque pueden ser mantenidos con ella durante tiempo indefinido), que los mete de nuevo en su boca ante cualquier peligro. Los pequeños alevines se alimentan de algas tapizantes, Artemias recién eclosionadas o alimento en escamas pulverizado. Crecen con rapidez y se atacan entre ellos a medida que crecen, pudiendo darse bajas por esta causa antes del mes. La hembra puede ser retirada al cabo de un mes desde el nacimiento de los alevines o bien dejarla con sus hijos el tiempo que se desee, pues no los molesta ni ataca. La calidad del agua debe ser excelente durante el crecimiento de los alevines, que temen las variaciones bruscas de los parámetros, muriendo y enfermando fácilmente.