¡¡¡TRADÚCELO!!!

martes, 11 de junio de 2013

Mugil Cephalus - Mújol

La extensa família de los Mugílidos comprende actualmente varias especies de peces marinos presentes en todos los mares y océanos del planeta (excepto en las regiones polares), viviendo en bancos de varias decenas de individuos y barriendo todas las capas del agua de cualquier alimento comestible que llevarse a la boca. El Mújol es el pez más conocido de esta família, distribuyéndose prácticamente por todo el globo, tanto en zonas subtropicales como tropicales. Viven en todos los hábitats marinos (estén o no contaminados): Arrecifes de coral, fondos fangosos, zonas rocosas y mixtas, praderas de Posidonia, desembocaduras de ríos, lagunas intermareales, estuarios y, especialmente, en los puertos, las radas, las ensanadas y cualquier construcción protegida contra los vientos, siendo una gran atracción turística al comerse todo lo que se les lance y con gran decisión. De hecho, algunos las conocen como los Kois marinos al presentar estos la misma actitud. Son capaces de sobrevivir en condiciones realmente extremas, tolerando sin problemas niveles de contaminación elevados, variaciones muy bruscas de los parámetros acuáticos (especialmente de salinidad), condiciones extremas de temperatura y niveles alarmantemente bajos de oxígeno disuelto, alimentándose de algas, crustáceos, pequeños peces, detritos, alimento desechado por otros peces, restos de materia orgánica y un largo etcétera que incluye cualquier alimento humano. Un dato curioso es que sus huevas, secas y en salazón, sirven para elaborar un preparado muy apetecido denominado Botarga, aunque debido a su hábitat y, especialmente, a que se comen todo lo comestible, no se recomienda su consumo al ser potenciales portadores de enfermedades como la Salmonelosis.
Estos peces se caracterizan por su cuerpo robusto y cilíndrico, con el dorso aplanado, ojos de gran tamaño y, especialmente, la presencia de gruesos labios que les permiten probar el alimento antes de comerlo. Presentan dos aletas dorsales: La primera, justo tras la cabeza, está formada por cuatro radios rígidos y punzantes, y la segunda, de forma triangular, tiene radios finos y poco rígidos. La aleta caudal es corta y muy manejable, las aletas pectorales son largas y la anal tiene también forma de triángulo. Tienen dos pequeñas aletas ventrales que raramente llevan desplegadas. Otra característica vistosa de esta especie consiste en sus escamas duras y de gran tamaño. Su líbrea es, en realidad, poco llamativa, y básicamente consiste en un color verde muy oscuro (casi negro) en el dorso (que abarca desde el morro hasta el pedúnculo caudal) y el vientre blanco, siendo la zona media de color marrón verdoso muy claro. A excepción de la caudal y las dorsales, el resto de aletas son incoloras. El dimorfismo sexual queda patente por el mayor abultamiento ventral de las hembras, siendo los machos mucho más esbeltos que éstas. Pueden llegar a medir 80 cm (30 en acuario) y vivir 20 años.
Se trata, para muchos, de los peces marinos más fáciles de mantener debido a que sobreviven en condiciones muy diversas (incluso precarias) y fluctuantes sin ningún problema, a la extrema facilidad para alimentarlas en acuario y, especialmente, a que muy raramente son afectadas por las enfermedades comunes en los acuarios marinos. Sin embargo, su gran tamaño y permanente necesidad de nadar (así como sus tendencias gregarias insaltables) las aparta de los acuarios domésticos comunes. Para albergar a un grupo mínimo de 6 Mújoles se debe disponer de acuarios nunca menores de 2000 litros de volumen y 6 metros de longitud, que pueden decorarse al gusto (a los Mújoles les da lo mismo que sólo haya sustrato como que haya muchas rocas y escondites, a los que por cierto nunca entran) pero dejando muchísimo espacio para que naden sin demasiadas limitaciones. El movimiento y la aireación del agua deben ser potentísimos para que se sientan más agusto, y es recomendable crear fuertes turbulencias para que se sientan más seguras. Un filtro muy eficiente y un buen Skimmer que trabajen a pleno rendimiento son indispensables para tratar la gran e incansable cantidad de residuos que producen. Son auténticas especialistas en saltar del agua, algo que hacen especialmente a la hora de comer o, simplemente, cuando se asustan, por lo que conviene tapar muy bien el acuario. No son nada exigentes con los parámetros acuáticos, tolerando variaciones extremadamente bruscas de todos ellos: Temperatura entre 15 y 40 ºC y Densidad entre 1.013 y 1.036, tolerando hasta 600 ppm de nitrato y hasta 50 de amoniaco y nitrito, siendo mejor mantener estos últimos a 0 y los nitratos siempre por debajo de 20 para alargar su vida y evitar, a la larga, un posible debilitamiento de su sistema immunológico con las consiguientes infecciones varias. Los cambios de agua parciales cada siete días ayudan a su buena salud.
Además de resistir muy bien los errores cometidos comunmente por cualquier aficionado presentan la gran ventaja de que se lo comen absolutamente todo, da igual lo que sea, mientras sea coestible. Los ejemplares jóvenes recién pescados (de unos 4 - 5 cm de largo) se adaptan sin ningun problema a un acuario de gran tamaño, mientras que los adultos pueden presentar con bastante frecuencia problemas para alimentarse, siendo normal que mueran. Los más jóvenes aceptan desde el primer día todo aquello que se tenga a mano: Gránulos, escamas, vivos, congelados y liofilizados (tanto para peces marinos como dulceacuícolas), insectos, trozos de frutas, guisantes, pan, carne cruda o cocida, frutos secos y muchas más cosas. Para que se mantengan sanas es importante ofrecerles, al menos una vez al día, camarones congelados o vivos, pues su principal sustento son los cristáceos que encuentran en el agua (básicamente entre el suelo y en las rocas), dándoles con la misma frecuencia cualquier preparado vegetal.
Son peces gregarios y muy nerviosos, aunque no son ni agresivos ni territoriales, mostrándose indiferentes hacia el resto de peces con los que conviven. Pueden, sin embargo, ser un incordio para peces demasiado tímidos como los Gobios al coger el alimento rápidamente y impidiéndoles alimentarse adecuadamente. Tampoco se las debe mezclar con peces o invertebrados que puedan entrar por su boca ya que es muy posible que acabe devorándolos. No presentan problemas de convivencia con Erizos, Corales, Anémonas ni moluscos. Pueden ser asociadas con especies de gran tamaño, pacíficas y activas (Sargos, Lubinas, Salpas, Castañuelas,algunos Lábridos, Cirujanos, Peces Ángel, Peces Mariposa, Peces León, ...). Si se mantienen en solitario o en grupos demasiado pequeños suelen terminar incordiando constantemente a todos sus compañeros, pudiendo llegar a morderlos. Son muy recomendables para acuarios comunitarios de gran tamaño ya que ayudan en las tareas de sifonados del sustrato al alimentarse de restos de algas, animales muertos y comida no consumida por los demás peces.
Su reproducción es muy sencilla de conseguir en un acuario (de hecho, se cultiva en acuicultura desde hace ya varios años con excelentes resultados), llegando a desovar de forma natural varias veces al año, aunque es mejor hacerlo mediante el proceso manual para garantizar la supervivencia de los huevos y alevines, que de otro modo serían devorados por los propios padres o por el resto de peces del acuario. Los huevos se incuban en un recipiente a parte durante cuatro días, pasados los cuales eclosionan, y los minúsculos alevines pueden ser alimentados con cualquier cosa que entre por su boca, dando muy buenos resultados el alimento líquido o pulverizado para alevines. Aceptan también, cuando empiezan a crecer, los Nauplios de Artemia y los Rotíferos. Crecen muy lentamente pero resisten sorprendentemente bien contaminaciones elevadas y variaciones muy bruscas de las condiciones acuáticas. En la naturaleza los adultos se agrupan, en verano, en las zonas costeras, desovando de forma conjunta cerca de zonas rocosas y arrecifes, llegando a producirse varios millones de huevos que son arrastrados por la corriente hasta alcanzar un lugar recóndito (puertos especialmente) en el que eclosionan. Al igual que los adultos, los alevines se agrupan en densos bancos que barren todo lo que los rodea de cualquier alimento que entre por sus bocas.







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