Barbus Conchoinus - Barbo rosado

Entre los Barbos, uno de los géneros por excelencia dentro de los acuarios de agua dulce, se encuentra el Barbo rosado, un vistoso pez gregario y simpático (aunque de gran tamaño) muy mantenido por los acuariófilos sin experiencia debido a su gran resistencia y adaptabilidad a todo tipo de condiciones acuáticas y de mantenimiento, siendo, además, uno de los menos agresivos. Viven en densos cardúmenes en ríos, arroyos y canales que atraviesan los corazones de las selvas del Sureste Asiático, principalmente en aquellos que cuentan con abundante vegetación sumergida que les proporciona abundantes escondites de sus depredadores, especialmente de las aves acuáticas.

Presentan el cuerpo fuertemente comprimido lateralmente, una boca algo más grande que otros barbos, ojos de medio tamaño, escamas bien visibles, grandes y brillantes y aletas cortas, rígidas y fuertes. Disponen de músculos bastante desarrollados para nadar con rapidez a la hora de alimentarse o huir de cualquier peligro, llegando a saltar hasta 40 cm por encima del agua. Mediante cría selectiva se ha obtenido una variedad denominada velo que dispone de aletas desproporcionadas, pudiendo ser la caudal más larga que el propio cuerpo del pez. Su coloración fuera de la época de cría es poco llamativa y básicamente consiste en un marrón levemente anaranjado o rosado por todo el cuerpo (aletas incluidas) presentando un ocelo negro a cada lado del pedúnculo caudal y una mancha negra en la punta superior de la aleta dorsal, algo que sólo presentan los machos. El dimorfismo sexual queda patente por el estilizado y menor cuerpo de los machos respecto a las hembras, que suelen ser algo más grandes y con la zona ventral levemente abultada. Como ocurre con el resto de Barbos, durante la freza exhiben una vistosa líbrea que en los machos consiste en un intenso color rojo rosado por todo el cuerpo, mientras que las hembras desarrollan un color naranja rojizo muy vistoso. Fuera de la época de freza ambos sexos presentan el mismo color. Pueden llegar a medir 20 cm y sobrepasar los 10 años de vida.

No son nada exigentes con las condiciones de mantenimiento ni la composición del agua, adaptándose sin ninguna dificultad a todo tipo de aguas y resistiendo muy bien los errores comunes de cuidado de algunos principiantes y las infecciones parasitárias. El acuario debe tener un volumen mínimo de 200 litros para albergar a unos 6 peces adultos. La decoración debe consistir en abundantes plantas sumergidas, troncos y piedras para facilitarles escondites, así como un sustrato oscuro y una luz ténue que refuerza los colores de sus líbreas. El movimiento intenso y la aireación del agua son condiciones muy beneficiosas para ellos. El pH puede estar entre 5,5 y 9,5, la dureza entre 0 y 40 ºdGH y la temperatura puede variar entre 15 y 30 ºC, siendo muy aconsejable filtrar con turba para mantener el agua ácida y blanda, que además estimula su reproducción. Soportan hasta 200 ppm de nitrato y hasta 5 de nitrito y amonio pero no es nada aconsejable mantenerlos bajo estas concentraciones para evitar que, a la larga, puedan enfermar gravemente al debilitarse su sietema immunitario.

No presentan ningun problema para alimentarse en el acuario, aceptando escamas, gránulos, vivos, congelados y liofilizados, siendo muy buscadas por estos peces las Artemia vivas y las larvas de mosquito, tambien vivas. También se comen la fruta, las verduras y el pan llegando a aceptar incluso trocitos de chocolate. Una proporción de 50/50 entre alimentos proteicos (escamas y gránulos genéricos, presas vivas, ...) y vegetales (Guisantes, escamas vegetales, pastillas de Spirulina) los mantiene sanos y radiantes durante toda su vida.

Son de los Barbos menos agresivos siempre que se mantengan en amplios grupos y en acuarios de gran tamaño. Si se mantienen pocos ejemplares o en acuarios muy pequeños la emprenden a mordiscos contra todos sus compañeros mostrando especial preferencia por las aletas de velo y las filiformes. No es tampoco buena idea su asociación con peces demasiado lentos o tímidos ya que, aunque raramente los Barbos los atacan, la hiperactividad de estos puede estresarlos mucho haciendo que dejen de alimentarse. Peces demasiado pequeños como los Rasboras Pigmeos u otros que puedan entrar por su boca son devorados. Pueden ser asociados con otros Barbos, Algunos tetras temperamentales, peces de fondo activos y algun Cíclido de medio tamaño y no excesivamente timido que pueda mantenerlos a Raya.

Es una de las especies más prolíficas entre los Barbos, reproduciéndose en casi cualquier condición acuática y varias veces al año, aunque se producen más huevos y alevines más sanos en aguas cálidas (temperatura mínima de 26 ºC), ácidas (pH entre 5 y 6,5) y blandas (dureza menor que 6 ºdGH), siendo la filtración con turba un arma indispensable para lograrlo. Al igual que muchos otros Barbos es necesario trasladar a la pareja reproductora a aun acuario a parte para permitir el desove y el posterior desarrollo de los alevines sin los riesgos que conlleva el acuario principal. Al empezar la freza el macho se torna de un intenso color escarlata, borrando todo rastro negro de su cuerpo (excepto la punta negra de la aleta dorsal), y la hembra adquiere un color naranja muy vistoso. Cada hembra puede expulsar hasta 300 - 400 huevos en mitad de la columna de agua, que son immediatamente fertilizados por el macho. La presencia de un lecho de canicas, una red fina o matas densas de plásticos finos y flexibles ayuda a que los huevos se refugien de los adultos, que los devoran. Tras sacar a los adultos e incubar los huevos durante dos días nacen los alevines aún con el saco vitelino, que consumen en sólo tres días. A partir de entonces pueden ser alimentados con Artemia recién eclosionada, Mysis, Infusorios o alimentos secos específicos para alevines. Crecen con mucha rapidez y no son extremadamente sensibles a la calidad del agua, tolerando hasta 60 ppm de nitrato y temperaturas mínimas de 18 ºC. No les convienen las variaciones bruscas de ningun parámetro.