El pez limpiador azul es uno de los peces más mantenidos en acuarios marinos debido a su relación simbionte con casi cualquier especie de pez, que consiste en limpiar constantemente todo su cuerpo, agallas, boca y ojos de microparásitos y exceso de mucus, que además constituye su alimentación natural, muy beneficiosa para él. Vive en solitario, pejas o colonias en arrecifes de coral al cobijo de las rocas, corales y anémonas, a una profundidad comprendida entre 2 y 50 metros donde abundan sus comensales, y se le puede encontrar en muchos mares tropicales del mundo: Mar Rojo, África Oriental, Islas Marquesas y sur de Japón. Tiene un tamaño de 10 cm en cautividad, llegando a vivir como mucho 5 años, y no presenta dimorfismo sexual.
Presenta la forma típica de los lábridos: Cuerpo más bien cilíndrico y esbelto, aletas dorsal y anal pequeñas y bastante atrasadas, aletas pectorales poco visibles y ventrales bastante reducidas. Su boca (muy pequeña), situada en medio de la cara, está provista de minúsculos dientes. No muestran un pedúnculo caudal visible, lo que los hace muy vistosos. Al igual que muchos otros peces de la familia, excretan de su cuerpo una mucosa espesa muy resbaladiza que hace muy difícil a posibles depredadores agarrarlo sin que se escurra. Su coloración, muy vistosa, consiste en una raya de color blanco en la zona ventral que va desde el morro hasta la aleta caudal (siendo de color azul celeste en esta parte), al que sigue una raya negra que sale del morro del pez y llega hasta el final de la aleta caudal, tornándose más gruesa a medida que se aleja de la cara. Encima de esta está la segunda raya blanca en la primera mitad del cuerpo, que se torna de un bello tono azul celeste desde el final de la aleta caudal hasta la mitad del cuerpo. Sobre esta hay, finalmente, una franja negra que va desde el morro hasta la mitad de la aleta dorsal. Existe una especie de Blénido, conocido comunmente como Falso limpiador y de nombre científico "Aspidontus Taeniatus" que presenta exactamente los mismos colores que el L. Dimidiatus y prácticamente la misma forma física, diferenciándose solamente en la posición de la boca, que en el A. Taeniatus es ínfera. Este blenio se gana la confianza de sus compañeros al imitar a un verdadero limpiador, aunque en vez de desparasitarlos les arranca trozos de piel, escamas y algo de carne. Es muy importante no confundir a ambas especies ya que de lo contrario tendremos a un pez depredador que dejará a todos sus compañeros llenos de laceraciones que pueden infectarse con las consiguientes infecciones bacterianas. Por fortuna, este blénidos es más difícil de mantener en cautividad, y raramente es importado.
Labroides Dimidiatus (Arriba) y Aspidontus Taeniatus (Abajo).
Mas importante que el tamaño del acuario es la calidad del agua, pues es muy sensible a las concentraciones excesivas de nitrato (nunca por encima de 5 ppm), que acaban con él en poco tiempo si no se corrige la situación. Tampoco tolera ninguna traza de nitrito y amoniaco, que deben mantenerse siempre a 0 ppm. El volumen mínimo del tanque es de unos 100 litros, pero viven igualmente bien en recipientes mucho más pequeños (incluso de 20 litros) siempre que la calidad del agua sea siempre la más óptima. Aprecia una gran cantidad de roca viva entre la que encuentra una gran cantidad de aportes alimenticios a parte del mucus de sus comensales (copépodos, anfípodos, microalgas, etc...) y suele enterrarse en el sustrato cuando se siente amenazado o cuando se apaga la luz, por lo que conviene proveerle una capa de 5 cm de sustrato a base de arena "sugar". La agitación y la aireación del agua, así como una buena filtración y cambios parciales periódicos de la misma le son muy beneficiosos. No hay que asustarse si no se le ve aparecer durante bastante tiempo: Se esconde fácilmente en cualquier agujero u oquedad para ocultarse o dormir. Es muy propenso a saltar del acuario ante cualquier peligro, por lo que conviene taparlo bien. La densidad puede estar entre 1.020 y 1.031 y la temperatura entre 25 y 30 ºC, temiendo muchísimo las variaciones bruscas de cualquier parámetro acuático.
Como sucede con los peces ángel enanos, que llegue a alimentarse en cautividad es una lotería. Mientras algunos individuos se comen cualquier alimento durante los primeros días sin rechistar, otros se niegan a hacerlo hasta superar el trauma del cambio de casa, e incluso pueden dejar de comer por completo hasta morir. De todos modos, es muy importante que en el tanque haya algunos peces mayores que él a los que pueda picotear el exceso de mucosidad o los parásitos que puedan llevar, así como una gran cantidad de roca viva que le proporcione abundante sustento. Los alimentos vivos constituyen un perfecto estimulante para conseguir que coma. Una vez aclimatado acepta sin problemas escamas, gránulos, liofilizados, vivos y congelados.
Se trata de un pez muy sociable y pacífico que no ataca ni molesta al resto de inquilinos del acuario. De hecho, es muy recomendable meterlo para que sus compañeros sean limpiados y desprovistos de las partículas inservibles de su piel. Puede ser asociado con cualquier especie de pez de todos los tamaños posibles (incluso los depredadores y los más agresivos), pues cualquiera de sus compañeros de acuario aprecia los servicios de limpieza que les proporciona. Pueden, sin embargo, presentarse problemas de estrés en caso de que haya muy pocos peces, pues persigue sin cesar a todos los individuos para limpiarlos constantemente, por lo que es muy recomendable añadir una cantidad considerable de inquilinos para evitarlo. No es compatible, sin embargo, con sus propios congéneres ni con peces que se parezcan demasiado a él (como los ejemplares jóvenes de Coris Julis), pues se muestra muy agresivo hacia ellos, peleándose constantemente hasta la muerte. En casos raros se llegan a llevar bien las parejas, pero hay que meter a los dos componentes al mismo tiempo y cuando son jóvenes. Excepcionalmente y en acuarios muy grandes (de más de 2000 litros) pueden mantenerse pequeños grupos que son dominados por el individuo más grande.
Se reproducen durante todo el año cerca de sus escondites en las rocas. No se conoce muy bien el proceso, pero se sabe que, tras un enérgico baile nupcial, la hembra expulsa los huevos al agua y el macho los fertiliza. Los adultos se desentienden totalmente de los huevos, que son arrastrados por las corrientes hasta sitios resguardados, donde eclosionan. Los alevines se abastecen de los pequeños organismos planctónicos de la superfície hasta que empiezan a desparasitar a otras especies. En cautividad es posible obtener puestas, pero los alevines acaban muriendo en poco tiempo al no aceptar ni si quiera el plancton marino. Todos los peces que se encuentran a la venta son salvajes.
Todo lo necesario para cuidar bien a los peces de acuario y a las plantas de jardín e interior.
¡¡¡TRADÚCELO!!!
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