Los ejemplares salvajes son de un color naranja rojizo en cuerpo y aletas, tres franjas blancas de grosor considerable que atraviesan verticalmente los opérculos, el pedúnculo caudal y la zona intermedia entre ambas. Estas rayas están bordeadas de color negro más o menos visible. Los ejemplares de criadero, aunque presentan las rayas y sus bordes, tienen un color naranja mucho más claro (casi amarillo). Ambas variantes tienen bordeadas todas las aletas de color negro. Existen en la actualidad variedades de otras configuraciones de color obtenidas mediante ingeniería genética, como por ejemplo una sola franja blanca que ocupa el espacio entre la primera y la tercera, salpicada puntos negros, azules, rosas y demás, cuerpo negro y franjas blancas e incluso se han obtenido peces con una sola franja blanca (que suele ser la opercular) y cuerpo negro o amarillo - naranja. Su boca tiene un tamaño bastante grande para el tamaño de su cuerpo y está provista de pequeños dientes caninos con los que atrapan y devoran a sus presas predilectas. Al igual que el resto de especies, los Nemos se mueven en zig - zag durante casi todo el tiempo, aunque son extremadamente rápidos a la hora de escapar de un peligro y esconderse en su anémona simbionte. Alcanzan un tamaño máximo de 7 - 8 cm de longitud y viven aproximadamente 10 años en cautividad. El dimorfismo sexual es muy evidente, pues las hembras doblan el tamaño de los machos. Son hermafroditas: Todos empiezan su vida siendo machos y los que adquieren un tamaño mayor que el resto se convierten en hembras, algo que pueden invertir si la situación así lo requiere.
Mantenerlo en cautividad es muy fácil siempre que se respeten las condiciones necesarias en un acuario marino. No requieren grandes volúmenes de agua, y de hecho, se considera que sólo 20 litros por pez es suficiente, pero para que se sientan más cómodos es mejor proporcionarle unos 60 litros de agua a cada pez adulto. Las condiciones del agua no son críticas (densidad entre 1.018 y 1.030 y temperatura entre 24 y 32 ºC) siempre que no se mantengan junto a anémonas comensales, en cuyo caso hay que acotar mucho los intérvalos anteriores (entre 1.022 y 1.024 de densidad y temperatura entre 26 y 28 ºC). Cabe decir que no es estrictamente necesario mantenerlos con anémonas, pues viven perdectamente sin ellas ahorrando muchos dolores de cabeza sobre todo si se es novel en los acuarios marinos. Toleran concentraciones relativamente elevadas de nitrógeno (Nitrato, nitrito y amoniaco) si bien es necesario mantenerlos en concentraciones más bien bajas (menos de 10 ppm de nitrato y o de nitrito y amoniaco) para evitar futuros problemas. La decoración debe estar formada por abundantes rocas (aunque pueden ser otros sólidos con oquedades como jarrones, macetas de barro e incluso botellas de cristal oscuro) en los que gustan de esconderse continuamente. El agua debe estar fuertemente agitada y oxigenada, y los sistemas de filtración y espumación deben ser eficaces. Necesitan cambios de agua periódicos al menos cada 2 o 3 semanas, menos si se mantienen anémonas. Estos peces olvidan su relación simbionte con las anémonas si nunca ven una al nacer y se hacen adultos, aunque algunos aficionados aseguran que pueden hacer simbiosis con corales de pólipo largo, la macroalga Caulerpa Prolifera y adornos de plástico acintados o filamentosos.
Son peces sociables y generalmente pacíficos que sufren con la soledad, por lo que no conviene mantener un solo ejemplar en un acuario. Si no se desea asociarlos con otros congéneres (algo muy recomendable ya que muestran su comportamiento más natural) se pueden mezclar con otros peces de su mismo tamaño y de carácter pacífico (Blenios, Gobios y Peces globo principalmente) que no le causen problemas a la hora de alimentarse o defender su territorio. No suelen atacar a otras especies, si bien algunos individuos atosigan constantemente a cualquier pez que haya en el acuario excepto a su pareja o congéneres. No es muy aconsejable su mezcla con Damiselas, Cirujanos u otros peces demasiado inquietos ya que sufren con la competencia alimentaria. Tampoco hay que asociarlos con otras especies de peces payaso más grandes que ellos (Premnas Biaculeatus o Amphiprion Frenatus) ya que se pelearían constantemente, teniendo los Nemos todas las de perder. Si se quieren mantener en colonias es necesario meter a todos sus componentes a la vez y en su fase juvenil, pues una colonia ya establecida nunca acepta a nuevos individuos, que serían atacados reiteradamente hasta morir, salvo que se trate de parejas o colonias de adultos ya formadas. Las colonias son dominadas por una hembra y su pareja (que suelen ser los peces más grandes), y se da el hecho de que, cuando uno de los dos falta, el siguiente individuo más grande ocupa el puesto de macho o hembra dominante, cambiando su sexo si es necesario. Asimismo, si falta la hembra dominante, su pareja se convierte en hembra, y el siguiente pez más grande pasa a ser el macho dominante.
Se reproducen con frecuencia en un acuario que cuente con un agua en perfectas condiciones, tanto en presencia de anémonas como sin ellas. La pareja debe ser separada del resto de la colonia para evitar que acaben con ellos mientras cuidan sus puestas. La puesta se inicia con las luces apagadas, y tras un enérgico cortejo, los cónyuges limpian una superfície adecuada (que puede ser la zona adyaciente al pié de la anémona, una roca lisa o el mismo cristal del acuario), la hembra deposita sus huevos en círculos concéntricos y el macho los fertiliza después. Durante los 5 o 6 días que dura la incubación se afanan en limpiar y airear celosamente la puesta a la vez que vigilan que nadie se acerque demasiado, no dudando en atacar e incluso matar a cualquier pez independientemente del tamaño que tenga. Una vez eclosionan los huevos, los alevines suben a la superficie y bajan para buscar su primer alimento. A partir de este momento sus vidas dependen totalmente del aficionado, que debe buscar el alimento más adecuado para ellos (pláncton marino y rotíferos solamente), y suele ser necesario trasladarlos a un recipiente a parte de los adultos para aumentar sus posibilidades de supervivencia. Las entradas de filtros y bombas deben cubrirse con mallas finas para evitar que succionen a los pequeños. Crecen relativamente rápido y a los dos meses de vida pueden ser criados de forma independiente en acuarios separados. Son extremadamente sensibles a concentraciones de nitrógeno y variaciones bruscas de prámetros.
No puedo creer que no haya comentarios de este maravilloso artículo. Muchas gracias. Estuvo comprensible y sencillo. Ustedes sí que desarrollaron un lenguaje digerible y encantador. Me pareció bien concreto y esencial todo el contenido. :D
ResponderEliminarMuchísimas gracias por la información
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