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viernes, 4 de abril de 2014

Arundo donax - Caña común

Una de las plantas más corrientes y abundantes en las zonas adyacientes a los cursos de agua naturales y artificiales es la Caña común (llamada tambien Caña de Castilla o Cañabrava), una especie vegetal perteneciente a la extensa familia de las Gramíneas que se desarrolla y se expande a gran rapidez pudiendo colonizar vastas extensiones de terreno en muy poco tiempo. Originaria de Asia, donde vive en asociación con el Bambú y otras Gramíneas típicas de los pantanos, actualmente se ha extendido por casi todo el mundo prosperando especialmente bien en los climas subtropicales y templados como el que se da en la región mediterránea y en la zona norte de Centroamérica, donde puede dar lugar a densos e impenetrables cañaverales. Debido a que su rizoma destruye las raíces de casi todas las plantas y a que roba ingentes cantidades de nutrientes y agua del suelo causa daños irreparables en las poblaciones vegetales típicas de los bosques de ribera templados (en especial Alamedas y Olmedas) a las que puede sustituir casi por completo, por lo que está incluida en la lista de las 100 especies invasoras más dañinas del mundo, elaborada por la UICN, estando prohibida su importación y exportación, comercio y uso comercial (cabe remarcar que, durante años, se ha usado extensamente para la fabricación de cestas, instrumentos musicales y como fijador de taludes y tierras sueltas degradadas).
Se trata de una planta herbácea y rimzomatosa de dimensiones gigantescas que, segun el clima, se puede comportar como una planta vivaz o como una perenne, cosa que suele estar relacionada con la crudeza y duración de las estaciones frías anuales. Esta planta subsiste a costas de un rizoma subterráneo y bastante superficial muy largo (puede medir varios kilómetros de longitud) y de hasta 10 centímetros de diámetro. Su interior es de color blanco cremoso y su exterior está cubierto por una capa semiiimpermeable de color marronoso que evita que el agua pudra lo pudra a corto plazo en caso de que se dé un encharcamiento ocasional. Del rizoma parten largas y resistentes raíces tuberosas que se agarran fuertemente al suelo para impedir que la planta sea arrancada, aunque se ha comprovado que la planta puede provocar voluntariamente la abcisión de las raíces para dejarse llevar por las riadas hasta otras zonas que colonizar. Del rizoma parten tallos erectos, simples, huecos y muy rígidos de hasta 6 metros de altura y unos 5 centímetros de ancho. Inicialmente son de color verde esmeralda muy vivo para palidecer y adoptar un color pajizo poco vistoso cuando son ya viejos. Las hojas son alternas, acintadas, de hasta 30 centímetros de largo por unos 6 de ancho, son de color verde esmeralda (existe una variante llamada comercialmente "variegata" con los bordes de las hojas de color amarillo claro) y no tienen ninguna nerviación visible. No disponen de peciolo y envainan el tallo con su base. La caída de estas hojas tras secarse deja, con el tiempo, los anillos foliares descubiertos en los tallos, lo que le dá a esta planta su semejanza con el Bambú. Las flores son muy pequeñas, plumosas, inodoras e insignificantes, de color granatoso cuando se abren y con una tonalidad pajiza cuando se secan. Se reúnen en densas panículas terminales al final de cada tallo. Las estructuras plumosas que dejan las flores pueden permanecer en la planta durante mucho tiempo tras secarse, por lo que se pueden usar para la confección de ramos de flor seca. La polinización se da exclusivamente por la acción del viento, razón por la que prospera muy bien en zonas costeras o donde los vientos sean constantes y medianamente fuertes. El fruto, típico de todas las Gramíneas, se llama Cariopsis, y se trata de una cápsula indehiscente y muy dura que contiene semillas con forma de lágrima y que, además, contienen una generosa cantidad de almidón blanco y harinoso. Los tallos pueden permanecer emergidos de un año para otro o perderse cada año segun el frío que haga en invierno, pero lo más normal es que los tallos se mantengan y que se desarrollen más tallos en las axilas foliares de cada tallo pudiendose crear estructuras semejantes a arbustos.
El cultivo de esta planta, pese a estar hoy prohibido, fué muy practicado antiguamente por la cantidad de usos que tenía. La Caña común es de las plantas más sencillas de cultivar y más resistentes a las adversidades climáticas que se conocen, algo a lo que ayuda su rápido crecimiento y su aspecto vivo e imponente. La Caña prospera especialmente bien en suelos arcillosos muy apelmazados que no drenen nada bien y que retengan grandes cantidades de agua y nutrientes, aunque puede desarrollarse tambien en suelos muy sueltos como los arenosos finos siempre que se mantengan saturados de agua ya que de lo contrario el crecimiento no sería homogéneo y se darían problemas de déficit hídrico y patologías más o menos graves. Teniendo esto en cuenta es muy recomendable su plantación en suelos que tiendan a apelmazarse y que retengan mucha agua por un lapso de tiempo más bien corto, por lo que se puede usar tierra normal de jardín mezclada con arcilla extraída de las cercanías de los ríos en una proporción del 50% e incluso más. A pesar de que puede soportar condiciones anaeróbicas en el sistema radicular agradece una aireación mínima en el suelo; De éste modo sus colores seran más vivos y su crecimiento más rápido. Una de las cosas que no tolera esta planta son los suelos excesivamente ácidos ya que se destruye la capa externa de las raíces dañando toda la planta; El pH ideal está entre 7 y 8, pudiendo soportar valores de hasta 10 y mínimos de hasta 6 e incluso una ligera concentración de sal marina (nunca más del 4%). Para su correcto desarrollo, esta planta debe contar con una iluminación muy intensa (como todas las Gramíneas), pudiendo ser colocada a pleno sol durante todo el día incluso en las situaciones más secas y tórridas del verano aunque soportando bien los sombreamientos siempre que no sean excesivos y que duren poco tiempo. Si la Caña no recibe la suficiente cantidad de luz solar creará hojas más grandes, verdes y lustrosas pero por el contrario no florecerá y crecerá más lentamente. Contrariamente, un exceso de luz solar, a pesar de no ser en absoluto perjudicial, hará que la planta florezca exhuberantemente pero dé menos cantidad de hojas y que estas tengan un color verde mucho menos vivo. Requiere situaciones muy ventiladas y expuestas al viento, por lo que no es apta para cultivos interiores. A pesar de proceder de las regiones húmedas y más bien cálidas del continente asiático, la Caña común se adapta sin problemas a todo tipo de temperaturas. Los tallos se pierden por debajo de  0 ºC pero el rizoma soporta hasta -10 ºC sin daño alguno, por lo que en zonas donde se den heladas fuertes la planta perderá todos los tallos en invierno para recuperarlos en primavera como una vulgar planta vivaz. En zonas donde no exista riesgo de heladas la planta detiene su crecimiento durante el invierno (quiescencia) lo que provoca la inducción de los brotes axilares de cada tallo, que se mantiene intacto durante todo el tiempo (pero con un antiestético color pajizo y con aspecto desmejorado) a menos que se den temperaturas muy bajas que los puedan dañar. El desarrollo vegetativo se produce a partir de los 18 ºC y se hace más rápido a medida que suben las temperaturas. La Caña demanda muchisima agua en su sistema de raíces, por lo que es fundamental dársela siempre de forma constante para que no se dañe. Lo ideal es regarla de forma que el suelo se mantenga siempre muy mojado pero no encharcado de forma persistente ya que se pueden pudrir los rizomas y las raíces. Cuando la planta está biene establecida y adaptada puede tolerar periodos de sequía realmente largos siempre que las raíces se encuentren cerca de la capa freática edáfica para evitar el secado del rizoma, pues de lo contrario toda la planta se seca y termina muriendo. Con riegos abundantes y generosos los tallos serán más gruesos y sus hojas más grandes y resistentes y, además, produciendo inflorescencias más grandes y vistosas. Puede adaptarse a suelos muy pobres en nutrientes, pues en su hábitat original las lluvias y riadas constantes se los llevan constantemente. No es necesario un abonado semanal como con otras muchas plantas; Le basta una aplicación mensual de un producto específico para plantas de flor. Esta planta es muy resistente a las enfermedades y parásitos, por lo que raramente es atacada por estos, pero muchos animales hervívoros devoran profusamente sus hojas, como los Caracoles, las Babosa y las Langostas, por lo que conviene vigilar si se presentan en algun momento. Si nos encontramos en una zona con inviernos sin heladas sus tallos se mantienen erguidos, pero es mejor cortarlos todos cada año para evitar el emmarañamiento y un constante color verdoso en el cañaveral.
El hábitat natural de esta planta demuestra que es ideal para ser cultivada en las orillas de un estanque de agua dulce de carácter alcalino (como los de biótopo palustre Africano). Se debe plantar a unos pocos metros del agua para evitar el sumergimiento total de las raíces en el agua evitando así que se pudran (lo ideal es agujerear el suelo y plantarla donde éste se mantenga más saturado de agua evitando las zonas en las que se vea emerger la misma). Debido a su carácter destructivo sobre el sistema radicular de muchas plantas, su asociación es realmente complicada. Sólo algunas especies de herbáceas como el Bambú y el Carrizo Mediterráneo (Phragmites australis), algunos árboles como la Robinia (Robinia pseudoacacia) y ciertas lianoides como el Jazmín amazónico (Araujia sericifera) pueden parar los rizomas de la Caña y frenar algo su expansión, por lo que son las especies más adecuadas para agrupar.
El poder regenerativo y reproductivo de esta planta es extraordinario, pudiendo propagarse sexual y asexualmente. La reproducción sexual mediante semillas sólo se da en climas cálidos o con inviernos muy suaves dado que, en nuestras latitudes, la planta esparce las semillas cuando empieza el frío siendo imposible que germinen (su viabilidad es, además, muy corta), pero se pueden sembrar en invernadero nada más desposeerlas del fruto ocurriendo la germinación en poco más de una semana. Una vez las plántulas tengan más de 5 centímetros de altura se pueden pasar a su lugar definitivo. La Caña común se reproduce rápidamente por división del rizoma, pues sólo es necesaria una pequeña porción del mismo para iniciar otra colonia idéntica a la original. El rizoma debe cortarse con instrumental más bien grande debido al tamaño del mismo y enterrarse a unos 5 o 6 centímetros de profundidad en posición horizontal. Aunque este proceso funciona perfectamente durante todo el año es en primavera y en verano cuando resulta muy exitoso. Tambien se propaga sin problema alguno mediante esquejes tomados en cualquier momento del año y de cualquier parte del tallo (siempre que tenga uno o dos nudos bien visibles) y clavados en cualquier otro sitio no siendo necesario ningun tipo de tratamiento.

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