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lunes, 9 de septiembre de 2013

Ricinus Communis - Ricino

Este arbusto caduco o perennifolio (según el lugar en el que se cultive) es, además de muy llamativo por la forma y el color de sus hojas, muy tóxico por ingestión. Las semillas de esta planta, muy vistosas por sus originales dibujos, contienen una toxina muy potente llamada ricina, que puede causar la muerte a una persona adulta sin posibilidad de curación alguna al no existir ningun antídoto. Este arbusto es originario de los bosques tropicales de África, aunque se encuentra asilvestrado en todas las zonas templadas del planeta, comportándose como un árbol caduco en estos casos. Es bastante usada en los jardines por la capacidad repelente que tiene sobre las moscas y otros insectos indeseables. También se usan mucho para decorar los bordes de todo tipo de estanques de agua dulce por su resistencia al encharcamiento radicular.

Esta planta presenta dos tipos de estructuras según el clima en el que se cultive. En las zonas tropicales, con temperaturas cálidas durante todo el año, tiene un verdadero porte arbóreo nada desdeñable en el que del tronco central, que puede medir más de 15 centímetros de diámetro, salen muchas ramas de unos 7 centímetros de diámetro que soportan hojas grandes y muy vistosas. En estos lugares pueden medir más de 20 metros de altura. En los climas subtropicales se comporta más bien como una planta rizomatosa; El tronco central es muy pequeño (a menudo invisible) y todas las ramas salen del suelo, soportando hojas más pequeñas y menos vistosas. En estos casos no suelen sobrepasar los 3 o 4 metros de altura. Las hojas, palmadas y de color verde muy intenso cuando están bien desarrolladas (cuando son jóvenes suelen ser granatosas) se disponen de forma alterna alrededor de las ramas. Existen cultivares cuyas hojas se mantienen rojizas durante toda su duración. Produce inflorescencias en racimo, poco vistosas y sin calidad ornamental, con flores sexuadas. El fruto presenta el mayor atractivo de esta planta, y consiste en una cápsula tricarpelar dehiscente cubierta de espinas no punzantes y de color rojo intenso antes de madurar. Cada fruto contiene tres semillas de forma espatular, de color café con dibujos marrones y que disponen de la unión con el fruto claramente visible. Sólo en climas templados y tropicales se comporta como un arbusto perennifolio o caduco, aunque en zonas con heladas invernales se comporta como una simple planta anual al no resistir nada el frio.
Es una planta muy fácil de cultivar en cualquier zona templada del planeta, tanto en maceta como en jardín. En este caso nos centraremos en su cultivo en estanques ornamentales. Requiere de luz muy potente para desarrollarse perfectamente, de lo contrario las hojas se deforman y la floración y la fructificación se ven seriamente afectadas, así como la lignificación de los tallos, resultando plantas más frágiles y vulnerables a los ataques patógenos. El cultivo en estanques exteriores es totalmente posible siempre que la planta se situe a pleno sol durante todo el día (cuanta más luz solar reciba, más bellas serán sus hojas y más frutos dará), mientras que su cultivo en estanques interiores es más complicado al no disponerse de luz solar directa durante todo el día, por lo que se hace necesaria la instalación de luz artificial muy intensa. Pese a ser una planta tropical, el abanico de temperaturas que tolera es muy amplio (de 0 a 50 ºC), siendo la óptima entre 22 y 28 ºC. Resiste moderadamente bien el frío, perdiendo todas las hojas por debajo de 10 ºC aunque recuperándolas en primavera. No tolera la más mínima helada (a menos de 0 ºC la planta muere, siendo esto visible por la pudrición del tronco) por lo que en climas con heladas invernales hay que protegerla del frío metiéndola en casa o, mejor aún, en un invernadero. Es bastante tolerante a la sequía, soportando hasta tres semanas un suelo totalmente seco siempre que la planta sea adulta (las plántulas necesitan muchísima agua para vivir) y hasta menos de un 20 % de humedad relativa en todo caso siempre que el suelo esté siempre bien provisto de agua. No es nada exigente con el suelo, desarrollándose perfectamente en suelos arcillosos, limosos, arenosos, moderadamente salinos o encharcados. El abonado se realiza mediante un producto genérico para plantas verdes y de flor disuelto en el agua de riego y aplicado en el sustrato cercano a la planta al menos una vez a la semana durante el verano y cada dos o tres semanas durante el invierno. Es muy resistente a las plagas y a las enfermedades, aunque si son mantenidas en condiciones muy precarias pueden suceder ataques de pulgones, ácaros y minadores de las hojas (especialmente en plantas jóvenes).
Los Ricinos se pueden cultivar sin problemas en las orillas de cualquier estanque de agua dulce, teniendo siempre cuidado de que la totalidad de las raíces no queden sumergidas en el agua (caso en el que la planta se pudre), por lo que se debe colocar a un metro o dos del agua o en pequeños montículos creados para este fin a base de tierra rodeada con rocas. Pueden dar sombra a plantas vulnerables a la luz solar directa y el tronco puede servir de soporte para plantas epífitas. Durante el verano estas plantas adquieren una belleza poco común al cubrirse de grandes hojas verdes y de una gran cantidad de frutos rojos.
Estas plantas se pueden reproducir sin problemas mediante sus propias semillas, aunque requieren de unos tratamientos específicos para que puedan germinar. Para romper la laténcia de las semillas hay que frotar enérgicamente la superfície con algún material abrasivo (son muy útiles los esparadrapos hechos de hilo de acero) hasta quitar por completo los dibujos marrones (sólo debe quedar un fondo de color marrón negruzco) y dejarlas en remojo en agua dulce durante un día entero para que se llenen de agua y empiece el proceso de germinación. Seguidamente se entierran en su lugar definitivo para que salgan las hojuelas al cabo de unas dos semanas aproximadamente (a mayor temperatura, más rápido será el proceso). En zonas de inviernos fríos la siembra se realiza al inicio de la primavera, mientras que en las zonas tropicales se puede hacer durante todo el año. Es indispensable dejar intacto el apéndice que tienen las semillas en la zona estrecha ya que de lo contrario no germinarán. Las plántulas requieren de muchísima agua hasta que lignifican, por lo que se debe regar muy frecuentemente para evitar que se seque el terreno, en cuyo caso mueren de sed.


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