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lunes, 2 de septiembre de 2013

Nemateleotris Magnifica - Pez de fuego

Los Microdésnidos son peces marinos tropicales que agrupan especies de pequeño tamaño y vivos colores, aunque son muy tímidos y asustadizos que requieren de acuarios muy bien planificados en lo que a compañeros y decoración se refiere. El N. Magnifica es el más popular de este grupo de peces, y se encuentra en todo el océano pacífico tropical, donde viven en parejas en agujeros, grietas o salientes ocultos en las zonas más expuestas de los arrecifes de coral, en aguas claras, muy iluminadas y muy movidas. Son bastante populares en los acuarios por la costumbre que tienen de quedarse suspendidos a media agua plegando y desplegando constantemente la primera aleta dorsal.

Son peces adaptados a vivir muy cerca del fondo, pero no dependen exclusivamente de él como los Gobios. Lo más característico de estos pequeños animales es su aleta dorsal, cuyo primer radio es muy alargado y acintado. Les sirve para denotar agresión hacia cualquier intruso o enemigo y para cortejarse entre ellos durante los rituales de apareamiento. El cuerpo, poco comprimido lateralmente, dispone de esacamas diminutas, a penas visibles a simple vista. Sus ojos son bastante grandes, así como su boca, en comparación con el resto del cuerpo. Poseen dos aletas dorsales: La primera dispone del radio acintado descrito anteriormente y la segunda, larga, se extiende desde la mitad del cuerpo hasta el pedúnculo caudal, así como la aleta anal, que es igual de larga. La aleta caudal tiene forma semirromboide (sin cantos afilados) y las aletas pectorales y ventrales son pequeñas. Los radios de estas aletas no son demasiado resistentes, por lo que no pueden nadar durante mucho tiempo, debiendo pararse con frecuencia para descansar. Su líbrea es muy vistosa, teniendo la mitad superior del cuerpo de color blanco nieve y la segunda de color rojo intenso. Una pequeña parte de la segunda aleta dorsal y de la aleta anal es blanca, así como las aletas ventrales. Las pectorales son transparentes. En la aleta caudal tienen dos rayas grisáceas. Sobre la cabeza tienen una franja plateada, y en muchos ejemplares bien cuidados la zona superior de la cabeza llega a ser de color amarillo limón. Sus ojos tienen matices violáceos. No presentan dimorfismo sexual, pueden medir 8 centímetros de largo y viven unos tres años en cautiverio, pero pueden llegar hasta los cinco años de vida si son bien cuidados.
Debido a que no se alejan en exceso de los agujeros o grietas que eligen como morada no necesitan acuarios demasiado grandes. Con un acuario de unos 50 litros es suficiente para un solo ejemplar o una pareja bien asentada. La decoración debe formarse por muchísimas rocas vivas u otros adornos que formen muchos agujeros y cavernas para que se escondan en caso de necesitarlo. El agua debe estar muy movida y aireada, y la iluminación debe ser muy intensa para que su colorido resulte lo más vistoso posible. Es muy aconsejable tapar el acuario ya que son muy dados a saltar fuera del mismo en situaciones de estrés, sustos imprevistos o, especialmente, si otro pez los ataca constantemente. La densidad debe mantenerse entre 1.020 y 1.025 y la temperatura entre 22 y 30 ºC. Es necesario mantener siembre bajo mínimos las tasas de nitrógeno (50 ppm de nitrato y 0 de nitrito y amoniaco) para que se mantengan sanos y vivan más tiempo. No son dados a resistir temperaturas demasiado elevadas, concentraciones de nitrato demasiado importantes y, especialmente, cambios bruscos de las condiciones acuáticas (especialmente de densidad). Un buen espumador de proteínas es totalmente necesario para evitar la acumulación de nitrógeno, y se deben realizar cambios de agua parciales para evitar también estas acumulaciones de residuos tóxicos. Son bastante resistentes a las enfermedades, aunque pueden contraer punto blanco y Oodinium si no son mantenidos en buenas condiciones o sufren de mucho estrés.
Por lo general no presentan ningun problema para alimentarse en un acuario tras la a veces difícil aclimatación al mismo. Durante los primeros días es recomendable distribuir presas vivas para vencer su timidez, aunque a veces dan resultado los alimentos congelados (especialmente Artemias). Una vez perfectamente adaptados aceptan sin reparo alimentos secos de todo tipo, liofilizados y verduras lavadas, ya sean crudas o cocidas. Son muy aficionados a comerse los pequeños invertebrados que pululan por la roca viva como los Copépodos y los Anfípodos. Su dieta es casi completamente carnívora.
Son peces muy tímidos y asustadizos que sufren ante compañeros demasiado impulsivos. No es adecuada su introducción en acuarios que cuenten con peces demasiado rápidos (como los Cirujanos), demasiado grandes (como los Pomacanthus) o demasiado agresivos (como algunos peces Payaso o Damiselas), pues en cualquiera de los tres casos se pasan todo el tiempo escondidos, pudiendo negar a alimentarse hasta terminar muriendo de hambre. Los peces demasiado agresivos que los ataquen pueden hacer que terminen fuera del acuario. Si se quieren formar parejas es necesario introducir varios ejemplares juntos en el mismo acuario y en la fase juvenil, todos al mismo tiempo, pues dos adultos desconocidos no se toleran, y menos dos machos adultos. Pueden darse problemas de territorialidad con peces que compartan su mismo hábitat como Gobios, Mandarines y Grammas, por lo que no conviene mezclarlos. Una buena combinación consiste en juntarlos con un grupito de Cardenales o Caballitos de mar, algun pez lento como los peces globo del género Canthigaster o algun pez Payaso tranquilo como el A. Ocellaris. No compiten con ningun pez por la comida, sea de la especie que sea y tenga el tamaño que tenga, y es mejor introducir a los peces de fuego en primer lugar debido a su extrema timidez. Es totalmente compatible con los invertebrados, aunque algunas Anémonas muy grandes pueden comérselos al considerarlos comida fácil.
La reproducción de esta especie en un acuario es posible, aunque el cuidado de los alevines es extremadamente delicado, siendo muy normal que ninguno de ellos sobreviva mucho tiempo debido básicamente a la ausencia de alimentos adecuados. Al animado cortejo le sigue la deposición de los huevos dentro de la madriguera en la que vive la pareja reproductora. Hasta la eclosión, que dura unos dos o tres días, los adultos se turnan para defender la puesta de cualquier intruso. Una vez nacen los alevines son custodiados por sus padres durante las primeras tres semanas de vida, momento en el que son expulsados violentamente de la guarida de los padres. Hasta este momento su cuidado es muy difícil, pues sólo pueden aceptar plancton marino y, segun los casos, Rotíferos. También son extremadamente sensibles a la contaminación y a las variaciones bruscas de los parámetros acuáticos. 



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