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miércoles, 25 de septiembre de 2013

Catharanthus Roseus - Vinca

Las Vincas son plantas semiarbustivas, compactas y de pequeño tamaño que se comercializan básicamente por sus abundantes y coloridas flores. Se cultivan extensamente en todo el mundo como plantas de interior y de exterior, y en climas fríos, se mantienen como plantas anuales. Estas graciosas plantas son originarias de Madagascar, país del que són endémicas y en el que suelen ocupar grandes extensiones de terrenos cercanos a los cursos de agua, ya sean naturales o artificiales. Su bajo coste, sus escasas exigencias de cuidado, la abundancia de flores que producen y el variadísimo colorido de éstas hacen de las Vincas unas plantas muy adaptables y duraderas que adornan muy bien cualquier emplazamiento en el que se ubiquen.
Son típicas plantas semiarbustibas que podemos asemejar perfectamente con algunas de las plantas más comunes en nuestros campos y bosques. El sistema radicular de las Vincas es muy complejo, consistiendo en múltiples raicillas que nacen de una raíz principal corta y rígida que se encuentra bajo el tronco principal de la planta. Debido a que en su hábitat natural el suelo siempre contiene abundante agua las raíces no son muy largas, y están poco protegidas contra la sequedad, lo que las hace muy frágiles. Los tallos miden unos cuatro milímetros de diámetro y hasta sesenta centímetros de altura, no estan lignificados y disponen de hojas opuestas de forma elíptica y ligeramente toscas al tacto. De los estremos de los tallos nacen las características flores con cinco tépalos soldados en su base, que aparecen ininterrumpidamente desde el inicio de la primavera hasta el principio del invierno (en climas de inviernos cálidos, como las Islas Canarias,  florecen durante todo el año sin tregua). En el centro de cada flor se alojan los diminutos estambres y el pequeño pistilo dentro de un receptáculo con forma de botella ancha. El olor que desprenden recuerda al que tienen muchos hierbajos de los litorales españoles. Los frutos son largos, semejantes a bainas, y nacen de los nudos donde antes habían flores. Tanto los tallos como las hojas son de color verde cuya claridad depende de la cantidad de luz que reciban, pero las flores pueden tener muchos colores distintos, desde monocromáticas hasta combinaciones de blanco con rosa, rojo, azul, púrpura y muchos más. Como curiosidad mencionar que estas plantas contienen sustancias usadas para el tratamiento del Cáncer.
El cultivo de estas plantas no reviste ningun problema siempre que se respeten sus exigencias más basicas. Necesitan mucha agua y humedad en el aire, por lo que deben regarse a menudo cuando haga mucho calor (en muchos casos necesitan incluso riegos diarios durante los veranos más cálidos) y al menos dos veces a la semana en invierno. Segun el tipo de sustrato en el que vivan necesitan más o menos riegos. Se adaptan a cualquier tipo de suelos siempre que estén lo bastante sueltos y drenados para evitar los encharcamientos prolongados a los que estas plantas son muy sensibles. Es imprescindible que el sustrato siempre esté húmedo, y jamás hay que permitir que se seque completamente. Conviene rociar el entorno de las plantas cada día en verano (pero sin mojar las flores). Como plantas subtropicales que son, las Vincas pueden tolerar relativamente bien el frío ocasional (hasta 0 ºC) momento en el que pierden todas sus flores y bastantes hojas para recuperarlas cuando empieza la primavera. No obstante, es muy sensible a las heladas, muriendo rápidamente en estos casos, por lo que en climas con inviernos extremos estas plantas suelen cultivarse como anuales a pesar de que son perennes. Requieren mucha luz para florecer abundantemente y desarrollarse perfectamente, por lo que su ubicación ideal es a pleno sol (aunque en veranos extremos conviene protegerlas durante las horas centrales del día para evitar que se lleguen a quemar) o semisombra luminosa. Admite el cultivo interior, aunque debe recibir algo de sol matinal para que dé flores (en caso de no recibir nada de sol la floración se inhibe completamente). Necesitan de un abonado semanal con fertilizantes para plantas de flor para asegurar un buen número de las mismas.
Debido a su gran necesidad de agua y humedad abundante, son ideales para plantarse en los bordes de estanques, donde crean un colorido borde de flores. No hay que permitir que las raíces entren en contacto con el agua del suelo ya que se pudren con mucha facilidad, por lo que si se quieren poner en la misma orilla del estanque conviene ponerlas sobre macetas altas o montículos a base de piedras o rocas. Junto con otras plantas de flor, como los Pensamientos, aumenta el colorido y la atracción de las orillas de cualquier estanque, tanto exterior como interior.
Su propagación resulta tan fácil como su cultivo, y puede realizarse mediante semillas o por esquejes terminales. Las semillas se siembran a principios de primavera, germinando en poco más de una semana y dando flores al inicio del verano. Si se quiere esquejar se aprovechan los restos de poda que se practica en invierno, cuando termina la floración. Dichos tallos se entierran en compost suelto y permanentemente húmedo en un lugar cálido (mínimo 20 ºC), dando mejores resultados si se impregnan las zonas de corte con hormonas de enraizamiento. En dos semanas aproximadamente enraizan, y a principios de la primavera pueden plantarse en su lugar definitivo.

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