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miércoles, 18 de diciembre de 2013

Araujia Sericifera - Enredadera cruel

La planta cruel, originaria de suramerica, es, desgraciadamente, muy común en casi todo el planeta debido a su expansión incontrolada y a que, en el pasado, se usó como planta ornamental por sus fragantes y delicadas flores y a su resistencia a las más variadas condiciones de mantenimiento, lo que supuso el comercio global de forma que, en la actualidad, se la puede encontrar en casi todo el mundo invadiendo grandes territorios. En España, por ejemplo, ha sido incluida en el catálogo de especies invasoras del real decreto 1628/2011 estando prohibida su compraventa, posesión y transporte de cualquier parte del vegetal ya sea viva o muerta. Causa grandes estragos en muchos bosques al fijarse sobre árboles y arbustos, a los que quita la luz y los nutrentes y aprieta las ramas, llegando a acabar con ellos, siendo los cultivos de árboles frutales unos de los más afectados.
Se trata de una planta trepadora y rastrera que puede alcanzar alturas de más de cinco metros a base de agarrarse fuertemente a todo sólido que tenga a su alcance. No lo hace mediante zarcillos ni raíces aéreas; Lo que hace es enroscarse con mucha fuerza en cualquier palo, rama o tronco que tenga cerca, razón por la que puede acabar con árboles jóvenes y arbustos al comprimir en exceso sus ramas. Los tallos son largos, flexibles y más o menos gruesos, aunque resistentes y difíciles de partir. Son de color blanco verdoso y tienen una fina pelusilla en su superfície. Las hojas, alternas, tienen forma de espátula, miden unos 10 centímetros de largo y unos 5 de ancho, son de color verde oscuro por el anverso y blanco verdoso por el reverso, siendo este suave aunque algo tosco al tacto. Las flores son acampanadas, pentapétalas, tienen unos cuatro centímetros de diámetro y son de color blanco (existe un cultivar de flores fucsias) con una pequeña raya gris en la base interna de cada pétalo. Tienen un pistilo bien visible y emanan un agradable aroma muy dulce, siendo muy buscadas y apreciadas por las distintas mariposas nectaríferas y abiejas que habitan en sus lugares de enraizamiento. Los frutos, en forma de folículo, miden hasta 13 centímetros de largo y hasta 7 de ancho, son dehiscentes y cambian de color según su edad: Antes de madurar son de color verde claro, y amarillean a medida que maduran. Cuando termina la vida de estos frutos, se secan por completo y se abren, expulsando hasta 100 semillas pequeñas, lagrimales y ligeras que son transportadas por el viento debido al vilano peludo que tienen en la parte estrecha. El peso de los frutos immaduros agrava el problema de compresión de los tallos al ejercer más fuerza sobre el soporte. Todas las partes de esta planta contienen un látex blanco, espeso y pegajoso que puede causar ceguera en contacto con los ojos e irritación cutánea, por lo que conviene tener cuidado a la hora de cortarla o podarla.
El cultivo de esta trepadora es muy fácil, tanto que en segun que casos es suficiente sembrarla y olvidarse de ella hasta que termine su vida. Para quien esté interesado en su cultivo (porque la tiene en el jardín, recuerdo que está prohibida su compraventa) debe saber que su cuidado no es nada difícil y es, con frecuencia, la única planta no suculenta que sobrevive en jardines totalmente desatendidos. El único requisito con el que es algo exigente es el agua: Requiere abundantes reservas de agua en las raíces, pues transpira en exceso, llegando a deshidratarse con rapidez. Por fortuna, su sistema radicular profundo y robusto le permite llegar a las capas profundas del suelo, donde abunda el agua, por lo que si se mantiene naturalizada en el jardín no necesita riego alguno (de todas formas, si le falta agua lo demuestra rápidamente ya que los tallos y las hojas se ponen lacios y se ablandan). Si se encuentra plantada en una maceta, es necesario regarla de forma abundante de forma que el sustrato se mantenga siempre muy húmedo o ligeramente anegado, no dejando nunca que se seque por completo ya que si no muere de sed. La humedad elevada en el aire no es un requisito importante, y depende casi por completo del tipo de suelo en el que esté enraizada: Si el suelo es arcilloso, compacto y retiene mucha agua, no requiere humedad ambiental alguna, aunque si el sustrato es arenoso o demasiado suelo es necesario pulverizarla casi a diario si hace mucha calor para evitar el estrés hídrico por transpiración. Crece bien en todo tipo de suelos, aunque prefiere los cenagosos y fangosos, poco aireados y que retengan mucha agua, y el pH puede fluctuar entre 4,5 y 9,5. Requiere abundante luz solar para florecer abundantemente, por lo que su posición ideal es a pleno sol. Sin embargo, es necesario colocarla en semisombra si hace demasiado calor, pues el exceso de sol combinado con esto puede acabar quemando las hojas y los tallos. Puede mantenerse en interiores siempre que reciba algo de sol matinal, de lo contrario no florece. Es una planta típicamente tropical que, en climas como el mediterráneo, se comporta como una anual corriente (germina, crece, florece y fructifica durante la primavera y el verano), pues no tolera el frío, muriendo por debajo de 10 ºC. Tampoco soporta la más mínima helada. A pesar de esta sensibilidad al frío, la gran cantidad de semillas que produce cada fruto asegura la supervivencia de la especie. La temperatura mínima de crecimiento es de 16 ºC, y soporta máximas de hasta 45 ºC siempre que tenga mucha agua a su disposición. En su lugar de origen o en otros con inviernos cálidos (con 15 ºC de temperatura mínima anual) puede durar varios años. Requiere abonados periódicos para asegurar el crecimiento vigoroso y la producción abundante de frutos; Sirve un producto genérico para plantas verdes y de flor. Es muy sensible a la falta de nutrientes, problema que produce amarilleamiento foliar y detención del crecimiento.
Se puede cultivar sin problemas en las cercanías de un estanque de agua dulce por su considerable necesidad de agua. Conviene situarla en la parte en la que el suelo esté muy mojado pero vigilando que las raíces principales no queden sumergidas bajo el agua para evitar la muerte de la planta. A pesar de su apariencia ornamental e inofensiva, sumado al agradable aroma de sus flores y a lo llamativo de sus frutos, no es conveniente su asociación con otras plantas debido a los daños que les causa al enroscarse en sus tejidos. Sólo plantas con tallos duros y erectos como la Caña (Arundo Donax), el Bambú y árboles con tronco grueso y duro como los Pinos y los Eucaliptos son indicados para convivir con esta enredadera, aunque en cualquier caso conviene ir cortándola para evitar que tapone las hojas de las plantas sobre las que trepa. No hay que asociarla con otras plantas trepadoras ya que les impide el crecimiento al cubrirlas o comprimir sus tallos. Atrae a muchos insectos polinizadores gracias al perfume de sus flores, lo que posibilita que caigan al agua y sean devorados por los animales que habitan dentro de ésta.
Se multiplica con mucha facilidad mediante semillas, que se pueden conservar en un lugar seco y oscuro desde el momento que se sacan del fruto hasta que se siembran al principio de la primavera. No necesitan ningun tratamiento previo y el sustrato en el que se siembran debe mantenerse siempre muy húmedo y cálido. La germinación ocurre en tres o cuatro días y las plántulas crecen con mucha rapidez (alrededor de 10 o 15 centímetros por semana). La propagación mediante esquejes es más difícil, por lo que no se suele realizar. Para quien esté interesado, se cortan las zonas terminales de uno de los tallos y la zona de elongación de los mismos, se reboza la zona más gruesa en hormonas de enraizamiento y se planta en un sustrato muy húmedo, manteniéndose en un lugar cálido. En una semana enraizan y pueden ser pasados a su lugar definitivo.





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