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miércoles, 3 de julio de 2013

Myrionema Amboinense - Plagas de Hidrozoos

Fácilmente confundibles con algunos corales blandos como las Xenias o las Clavularias, los Myrionemas son, en realidad, Hidrozoos, es decir, invertebrados pertenecientes a la familia de las Anémonas que disponen de tentáculos urticantes para capturar a sus presas. Al igual que el resto de Hidrozoos, los Myrionemas disponen de algas Zooxantelas en sus tejidos, algas que les proporcionan una gran proporción de los nutrientes que necesitan para vivir mediante la fotosíntesis. No muestran ninguna preferencia por un hábitat en concreto, encontrándose en casi cualquier ecosistema marino tropical siempre que esté bañado por una cierta cantidad de luz y corrientes abundantes.

Lo más particular de estos invertebrados es que cada boca es un ejemplar independiente, aunque se mantienen juntos en grandes colonias debido a su modo de propagación mediante fraccionamiento de la base, que ocurre con bastante rapidez y con mucha eficacia. Cada una de las bocas está dotada de una gran cantidad de tentáculos provistos de una potente toxina capaz de dañar a sus presas e incluso matarlas antes de devorarlas. El número de tentáculos por boca es muy variable, econtrándose algunos individuos con hasta más de 10. Toda la estructura tiene un color marrón amarillento poco vistoso, mientras que la boca es blanca. Los individuos más viejos suelen ir oscureciéndose con el tiempo hasta ser de color marrón muy oscuro. Llegan a tener unos 7 cm de altura.
En la naturaleza la población de estos Hidrozoos se mantiene prácticamente constante debido a que una gran cantidad de animales (estrellas de mar especialmente) se alimentan de ellos casi a la misma velocidad que crecen. En un acuario es muy fácil que se conviertan en una peligrosa plaga invasiva especialmente si el acuario está fuertemente iluminado y si disponen de fuertes corrientes. Se dan en acuarios de cualquier tamaño (incluso menores de 10 litros), fijándose sobre los cristales, el sustrato, las rocas, los filtros y, especialmente, sobre la base de los Corales blandos y sobre el tejido de los Corales duros, animales a los que acaban causando el blanqueamiento y la muerte, tanto por obstaculizar el paso de la luz como por expeler potentes toxinas que acaban con los animales que los rodean. Las condiciones acuaticas que promueven su descontrolada expansión son: Densidad entre 1.022 y 1.025 y temperatura entre 24 y 27 ºC, disminuyéndose su crecimiento considerablemente bajo condiciones fuera de estos intérvalos aunque sin desaparecer por completo. Un aumento o una disminución excesiva de estos valores causa, además de la muerte de estas plagas, la de cualquier ser vivo del acuario, por lo que no hay que arriesgarse jamás con este método. No son exigentes con la contaminación por nitrato, tolerando perfectamente hasta 600 ppm de este componente, que usan además como complemento para su crecimiento. Tampoco resultan muy sensibles a los nitritos y al amoniaco, tolerando hasta 3 ppm de cada uno. Debido al color oscuro de sus tejidos pueden sobrevivir con iluminaciones bastante pobres, como mínimo de 0,6 watios por litro, viviendo totalmente bien bajo luces mucho más potentes.
Como el resto de Hidrozoos, los Myrionema son organismos carnívoros que se alimentan de microinvertebrados que capturan en la columna de agua, especialmente Zooplancton, Copépodos, Anfípodos, huevos y alevines de peces. Tambien se alimentan de todos aquellos alimentos desechados por los peces del acuario (escamas, gránulos, congelados, ...). Sin embargo, las Zooxantelas presentes en sus tejidos les aseguran una nutrición constante a base de fotosíntesis, creando los azúcares y carbono necesarios para subsistir, siendo muy normal que se desarrollen perfectamente en acuarios de invertebrados que sólo se sustenten a base de luz.
Los Myrionemas son la plaga más frecuente en los acuarios marinos de todo tipo. Causan graves estragos en instalaciones completas al propagarse incontroladamente por todas las superfícies sólidas a una gran velocidad, cubriendo y envenenando a todos los invertebrados que encuentran a su paso. Hay muy pocas especies de corales capaces de resistir los ataques de estos pequeños Hidrozoos, siendo las Euphyllias las más resistentes al ser tremendamente tóxicas, lo que no permite que estos invasores se acerquen demasiado a ellas. Los corales abrobrescentes como las Acroporas y algunas Sinularias resultan poco vulnerables a ellos debido que sus pólipos, al estar muy por encima de su alcance, no son dañados, cortándo además el paso a los Myrionemas al suponer una barrera relativamente infranqueable. Cualquier coral (ya sea duro o blando) de constitución plana y pólipos cortos (Xenias, Zoanthus, Briareum, Parazoanthus, Fungias y similares) es rápidamente cubierto y exterminado a menos que cuente con defensas suficientes contra estos invertebrados invasores. No son perjudiciales para peces, crustáceos y Anémonas siempre que sean de gran tamaño y sean bien resistentes a las toxinas segregadas por estos animales. Se da el hecho de que, para algunos aficionados, los Myrionemas son invertebrados muy decorativos y resistentes, adornando muy bien acuarios en los que no haya ningun coral presente o en los que no se desee mantener ninguna especie.
Se reproducen rápidamente por fragmentación de la base o migración de individuos (algunos se separan de su soporte y se dejan llevar por la corriente hasta un nuevo lugar. A la hora de controlar este tipo de plagas se pueden intentar varios métodos. Los líquidos preparados contra las Aiptasias (anémonas invasivas) son bastante eficaces con todos aquellos individuos que estén bien visibles en el acuario, aunque totalmente insuficientes contra los que se esconden en los más pequeños agujeros, quedando, en muchos casos, parcialmente dañados, regenerándose en poco tiempo y empezando de nuevo la expansión. La introducción de peces especializados en alimentarse de Corales y Anémonas es una posible solución aunque devoran también a los demás invertebrados ornamentales que se mantengan. Los peces Ángel del género Centropyge suelen ser bastante efectivos devorando Myrionemas, siendo poco dados a comerse otros pólipos que interese salvar. Es mejor olvidarse de peces Mariposa, peces Ángel de gran tamaño o Ballestas ya que, además de devorar los Myrionemas, se comen al resto de corales y Anémonas que hay en el acuario. Algunas especies de Erizos marinos como el Diadema Setosum son muy eficientes devorando a estos invasores, aunque la velocidad con la que los devoran es mucho menor que la velocidad de propagación de esta plaga, siendo además algo propensos a devorar a otros invertebrados sésiles del acuario. Muchos aficionados recomiendan usar Dolabellas (Liebres marinas) ya que se alimentan de Myrionemas y obvian totalmente al resto de invertebrados. Sin embargo es necesario contar con gran cantidad de algas filamentosas para que reúnan sus necesidades vegetales, siendo mejor no introducirlas si esto no se cumple. Se comprende la imortancia de comprovar bien siempre los adornos marinos, especialmente las rocas vivas, antes de comprarlos o introducirlos en el acuario.

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