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miércoles, 12 de marzo de 2014

Citrus x sinensis - Naranjo dulce

Los Naranjos son un tipo de árbol frutal originario del sur de China, Vietnam y otros archipiélagos del océano Pacífico que fue introducido en España por los Árabes. Actualmente los Naranjos se cultivan en todas las zonas tropicales y subtropicales del planeta, pero debido al calentamiento global se estan extendiendo hasta zonas donde antes no sobrevivían en detrimento de Manzanos, Perales, Cerezos y otros frutales que necesitan frío para sobrevivir y producir grandes cantidades de fruta, siendo el calor muy perjudicial para ellos ya que se acorta su ciclo vital y disminuye su productividad, lo que hace que cada vez deban cultivarse en zonas más elevadas y nórdicas encareciendo su precio al ser cada vez menos rentables. Los Naranjos, por el contrario, están viendo aumentada su producción, su extensión de cultivo y su vigor, además de bajar cada vez más el precio de las Naranjas. Estos árboles tambien son usados como plantas ornamentales por sus abundantes y fragantes flores. Es habitual verlos formando alineaciones y grupos aislados en muchas zonas del litoral mediterráneo.

Se trata de un árbol robusto, de copa globosa y densa, de tronco grueso y rígido y que puede llegar a medir 20 metros de altura con hasta un metro de diámetro de tronco. La corteza es de color marrón oscuro, es rígida y se dispone en placas separadas y visibles difíciles de arrancar. Las ramas, que aparecen a unos dos metros de altura, son largas, rígidas y emmarronecen a medida que avanza su edad. Las hojas son ovales, de hasta 10 centímetros de largo y unos 6 o 7 de ancho, sólo tienen visible el nervio central, tienen la superfície lisa, muy brillante y de color verde oscuro muy vistoso y, además, son ligeramente coriáceas. Están sujetas a las ramas mediante pecíolos de unos 4 centímetros de largo que está rodeado por tejido foliar maduro. Las hojas se disponen de forma alterna apareciendo, en la axila de cada una, una única flor de color blanco nieve, pentapétala, con un pistilo bastante largo rodeado por una multitud de estambres algo más cortos y especialmente aromática. En la estación favorable se producen una gran cantidad de flores que, junto con las hojas, otorgan al Naranjo un aspecto tremendamente vistoso. Estas flores (junto con las del Limonero y el Cidro) se denominan Azahar. Las flores dan paso a frutos redondeados, con la piel áspera y porosa, muy aromática y de color naranja muy intenso. La pulpa está formada por gajos, es decir, porciones de pulpa envueltas por una tela traslúcida, comestible y resistente. Tiene un sabor ácido y dulce y, además, produce una gran cantidad de zumo anaranjado delicioso. Botánicamente, estos frutos se llaman Hesperidos, nombre que reciben tambien las Limas, Limones, Cidros, Kumquats y otros Cítricos. Existen varios grupos de Naranjas cultivados y muchas variedades distintas, aunque cabe destacar el grupo Navel cuyos frutos son grandes, duros, sin semillas (partenocárpicos) y no recomendables para la preparación de zumos. Una de las características de este árbol es su propensidad a la formación de chupones (rebrotes nuevos a medio tronco) y sierpes (nuevos árboles que surgen de la base de la planta desde las raíces de la misma), por lo que los árboles salvajes suelen tener más de un tronco principal o varios de secundarios. En la práctica tanto los chupones como los sierpes se cortan para permitir un desarrollo más centralizado. Las semillas germinadas suelen emitir más de un árbol (se han dado casos de hasta más de cuatro a la vez), que también se cortan para que sólo se desarrolle un solo árbol de gran tamaño y vigor.
El Naranjo presenta la ventaja de que se adapta a las adversidades climáticas mucho mejor que los Manzanos, los Perales y otros frutales corrientes, aunque su origen semitropical obliga a darle unos cuidados particulares para que se mantenga siempre sano. Es capaz de desarrollarse en todo tipo de suelos, aunque es muy recomendable que estén bastante sueltos, muy aireados, que se mantengan siempre húmedos y que sean fértiles y no excesivamente alcalinos (pH entre 5,5 y 7,5). Este árbol es bastante sensible a las concentraciones excesivas de cal en el suelo ya que bloquean la absorción de nutrientes esenciales (como el Hierro) apareciendo clorosis foliar. Es importante vigilar este aspecto ya que un Naranjo con problemas de clorosis no se desarrolla correctamente y es fácilmente atacado por todo tipo de enfermedades. Los riegos deben ser frecuentes ya que esta planta adora el agua y la humedad. Hay que regarlo de forma abundante de forma que la tierra alrededor de las raíces se mantenga siempre húmeda pero no encharcada, pues las raíces se pudren con mucha facilidad. Tampoco hay que dejar que se seque ya que la planta se resiente con rapidez, siendo un síntoma claro de déficit hídrico la languidez de las hojas. Si la situación se prolonga excesivamente tendrá lugar la parada de la floración y la fructificación así como la caída de las hojas y la posterior muerte de la planta. Otro requisito insaltable para la buena salud de cualquier naranjo es la luz, que debe ser siempre muy intensa. Lo mejor es colocarlo en un sitio que reciba abundante sol directo durante gran parte del día, pero puede cultivarse tambien en interiores siempre que se le brinde una luz artificial muy potente (en éste caso es muy difícil conseguir abundantes frutos y flores, aunque las hojas se desarrollan muy bien). Cualquier defecto de luz debilita mucho al árbol haciendo que se ralentice su crecimiento y que, a la larga, termine muriendo. Un apunte importante: En el caso de que el árbol se compre en comercios interiores es necesario aclimatarlo al sol directo durante al menos 10 días mediante contraste entre sol y sombra. Si se expone al sol directo de forma immediata las hojas ya presentes se blanquean y se caen, aunque el árbol se recupera al cabo de un tiempo sin problemas. El Naranjo es sensible a la carencia de nutrientes en el suelo siendo muy frecuente la clorosis férrica en suelos escasamente abonados. Es necesario aplicar un abono rico en hierro (o en su defecto un abono específico para frutales) al menos una vez cada semana o cada dos semanas durante la estación de crecimiento (en zonas donde el desarrollo del árbol no se detiene en todo el año hay que abonarlo durante todo el año). En lo que respecta a las temperaturas, las variedades actuales de Naranjo son bastante tolerantes con el frío, aunque son igualmente bastante sensibles a las heladas severas (por debajo de -5 ºC se produce la muerte del árbol). El desarrollo del árbol se detiene durante el invierno en zonas donde la temperatura baje de los 15 ºC (quiescencia) retomándose al principio de la primavera. Puede soportar máximas de hasta 45 ºC siempre que el suelo contenga bastante agua y que el aire a su alrededor no sea excesivamente seco. La sequedad ambiental produce el secado de las hojas más externas, por lo que en zonas con veranos demasiado secos es necesaria la pulverización diaria del follaje. En lo que respecta a las plagas y enfermedades, el Naranjo es atacado principalmente por Pulgones que se asientan en los brotes jóvenes y en las hojas que están formándose, a las que chupan la savia haciendo que se abarquillen, se sequen y se caigan. Con mantener el árbol bien abonado y con la cantidad justa de agua se puede evitar la aparición de los Pulgones. Las Arañas rojas son otro tipo de insecto chupador inframilimétrico que se asienta sobre las hojas viejas a las que chupa la savia. Las hojas afectadas tienen bien visible un punteado amarillo característico, y si el ataque es severo, se secan y se caen. Con vaporizar el árbol con frecuencia se evita la aparición de estos insectos.
El Naranjo puede cultivarse en las immediaciones de un estanque de agua dulce debido a su preferencia por los ambientes húmedos. La plantación debe efectuarse lejos del agua para evitar que las raíces se pudran al sumergirse en ella, pudiendo colocarse el árbol en un contenedor alto y grande y ponerse éste cerca del agua para evitarlo. Se puede combinar con otros árboles como Álamos, Olmos y Grevilleas, con Arbustos como Rosales, Gardenias y Azaleas y con plantas herbáceas que huyan del sol directo excesivo como las Prímulas, las Cinerarias y las Anémonas ya que produce una amplia sombra. A su tronco se pueden adherir plantas epífitas.
El Naranjo se puede multiplicar por semillas y por injerto, siendo el acodo poco usado dada su delicadeza y el esquejado imposible al no producirse el enraizado. Las semillas se deben sacar del fruto, lavarse con abundante agua corriente a temperatura ambiente y sembrarse immediatamente en su lugar definitivo o, si es más cómodo, en un semillero. La germinación ocurre en unas dos semanas pudiendo pasarse las plántulas a su sitio definitivo cuando miden unos 5 centímetros de altura. Como las semillas no requieren pasar frío para germinar pueden sembrarse en cualquier momento del año, aunque si es invierno conviene sembrarlas en interior y trasplantarlas en primavera para evitar que se pasen. El poder germinativo de las semillas se pierde rápidamente aunque aguantan mucho tiempo siempre que no se saquen del fruto. Al injerto se recurre para obtener nuevas variedades cultivables, siendo un proceso bastante sencillo y poco costoso. Sobre una hendidura practicada en el pié de un patrón puro (que suele ser un árbol obtenido mediante semillas) se fija una vara en pleno crecimiento de otro árbol distinto y se sujeta con cinta aislante o film de plástico. Pasados unos meses la vara enraiza y se puede cortar todo el portainjerto desde el la zona de unión con la vara hacia arriba obteniéndose un nuevo árbol.

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