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viernes, 3 de enero de 2014

Amorphophallus Titanum - Flor cadáver

Considerada como la flor más grande del mundo (aunque botánicamente hablando no es una flor, si no una inflorescencia), la flor cadáver se ha convertido en una auténtica maravilla vegetal que muchos expertos admiran a pesar de sus particularidades entre las que destaca el fétido olor que emanan las flores que componen el espádice. Es muy cultivada en jardines botánicos y muy raramente en invernaderos, donde sobresale de las demás plantas por presentar la mayor inflorescencia del mundo. La más grande se dió en un jardín botánico Aleman en el año 2012 con una estructura que alcanzó la friolera de 2,74 metros de altura y más de 70 kg de peso. Esta singular planta es originaria de las selvas tropicales de Sumatra, donde vive en el sotobosque al abrigo de los gigantescos y tupidos árboles que tamizan el exceso de sol.

Se trata de una planta rizomatosa perteneciente a la famíla de las Aráceas, presentando la singularidad sobre las demás especies de la familia de que sólo interesa la floración ya que el follaje es insignificante. El rizoma es muy grande, grueso y fuerte, de color negro oscuro y alcanza 100 kg de peso. Se encuentra a sólo unos centímetros bajo tierra y posee abundantes y fuertes raíces tuberosas que se anclan fuertemente al suelo de la selva para evitar que las abundantes riadas se lleven toda la estructura. Del rizoma emergen tallos que constan de una sola hoja acintada, arqueada, de color verde oscuro y que mide algo más de un metro de largo y medio metro de ancho. Esta hoja aparece antes que la inflorescencia y se va secando a medida que ésta se desarrolla. Las flores, dispuestas en un espádice cónico de color blanco rosado, están rodeadas de una llamativa bráctea ondulada y acanalada de un metro de diámetro y de color rojo púrpura en la zona interna, mientras que la zona externa es blanca o verdosa. Como ocurre con muchas otras Aráceas, las flores masculinas se encuentran en la zona superior del espádice, mientras que las femeninas reposan en la base del mismo. Al cabo de tres días de abrirse por completo, la bráctea se seca, apareciendo en la base del espádice abundantes bayas globosas, de color rojo intenso y que contienen una única semilla cada una. Lo más llamativo de esta planta es el nauseabundo olor a pescado en descomposición que emiten las flores, que puede sentirse a varios metros de distáncia y que atrae básicamente a insectos que pululan entre la carroña, especialmente moscas de todo tipo. El olor sólo dura un día y medio, y se debilita hasta que mueren las flores masculinas. A pesar de que cada rizoma vive hasta 50 años sólo florece tres o cuatro veces en su vida y sólo si las inflorescencias no se polinizan, cosa que desgasta tanto a la planta que termina muriendo.
A pesar de que casi nadie cultiva esta planta en interiores o en jardines por el apestoso olor que emanan las flores, lo cierto es que se trata de un vegetal bastante exigente cuyo cultivo no resulta nada sencillo. Como toda planta que vive en los suelos de las selvas, la flor cadáver requiere ser cultivada en un suelo muy suelto, excelentemente drenado y que retenga algo de agua en las capas en las que reposa el rizoma. Para mejorar el drenaje del suelo se puede mezclar con arena gruesa silícica o, si está en una maceta, colocar en la base de la misma un lecho de cuatro centímetros de corteza de pino. No se debe dejar secar jamás el suelo ni tampoco encharcarlo, cosas que acaban rápido con la vida de la planta, siendo además importante que sea bastante ácido (pH entre 5 y 6,5; Regar sólo con agua descalcificada) y que no tenga una cantidad excesiva de nutrientes; Cualquier exceso de fertilizantes acaba quemando el rizoma. Tan importante como la humedad del suelo es su temperatura, que nunca debe bajar de 15 ºC ni subir de 30, por lo que se hace necesario en caso de vivir en climas con invernos fríos acolcharlo muy bien (si vive en un jardín exterior) o trasladarlo a un lugar cálido (si está en una maceta), algo muy beneficioso además de indispensable ya que esta planta requiere un reposo invernal durante algunos meses del año. Aunque florece muy poco, sólo lo hace durante las estaciones cálidas y siempre que el rizoma haya reposado durante algun tiempo a 15 ºC como mínimo. En éste momento es indispensable que la única hoja que emerge del suelo reciba mucha luz, pero nunca se debe exponer al sol directo ya que se quema, algo que perjudica a la inflorescencia ya que también la quema, por lo que si se encuentra en el exterior debe ponerse en un lugar siempre sombreado o, como mucho, debajo de un árbol muy frondoso que le dé una buena sombra, o colocarla bajo iluminación artificial o en una estancia bien luminosa si está en interior. Tanto la hoja como la inflorescencia requieren una elevada humedad ambiental, por lo que es indispensable rociarlas diariamente para mantenerlas humedecidas. El aire excesivamente seco acaba con toda la inflorescencia haciendo que se seque del todo o, más normalmente, que muera incluso antes de abirise, por lo que hay que tener mucho cuidado. Durante la floración hay que mantener la temperatura constante y siempre en torno a 27 - 28 ºC; Cualquier cambio brusco (ya sea descenso o ascenso) de la misma hace que la planta pierda las flores y la hoja. Cuando la bráctea se seque por completo y se caiga es recomendable cortar el grueso tallo floral muy cerca del sustrato para impedir la fructificación que, si bien es muy decorativa, causa la muerte de la planta por el enorme gasto de energía que ello supone. Una vez termina la floración hay que mantenerla en reposo durante cuatro o cinco meses a una temperatura mínima de 15 ºC para permitirle el desarrollo normal (esta operación es necesaria realizarla todos los años aunque no florezca, ya que la planta vive más tiempo y florece más veces). A la hora de feritilizar hay que hacerlo sólo durante la estación cálida, aplicando una vez cada dos semanas un poco de abono para plantas de flor siguiendo al pié de la letra las instrucciones del fabricante.
Esta planta se siente como en su casa si el rizoma se planta cerca de un estanque de agua dulce ya que en su hábitat natural el suelo está siempre muy húmedo, aunque conviene prestar atención al nivel freático para no sumergir el rizoma bajo el agua porque se pudre fácilmente. Plantarla bajo densos y tupidos árboles como Álamos, Robinias o Paulonias le proporciona una abundante sombra, quedando también muy decorativa entre otras plantas más bajas y tupidas (Gardenias, Filodendros, Alocasias, Calatheas, ...). El único inconveniente es su fétido y desagradable olor, aunque, al atraer a abundantes insectos, una gran parte de los mismos puede caer al agua sirviendo de alimento a los animales que viven en ella.
Esta planta se puede multiplicar mediante semillas o por división del rizoma. Es mejor hacerlo separando el rizoma ya que las semillas tardan tiempo en germinar y las plantas obtenidas tardan hasta 20 años en florecer. Cuando termina el reposo invernal se debe cortar un trozo del rizoma de unos 20 centímetros de largo (labor que puede ser casi imposible debido al tamaño y el peso de este órgano) que tenga raíces y enterrarlo en otro sitio a unos 10 - 15 centímetros de profundidad. La temperatura se debe mantener a unos 25 ºC, el sustrato tiene que ser muy suelto y poroso y la humedad del mismo debe mantenerse siempre elevada. A partir de este momento se debe ir tratándolo como una planta ya establecida, haciéndolo reposar cada año. Si se ha realizado bien la división, se obtienen inflorescencias al mismo tiempo que las forma la planta madre. Las semillas se deben sacar de los frutos maduros y sembrarlas immediatamente a unos 15 centímetros de profundidad en un suelo suelto y aireado. Es mejor cubrirlo todo con un plástico con agujeritos, mantenerlo a unos 25 ºC de temperatura y con una elevada humedad. Al cabo de un año germinan, obteniéndose flores al cabo de 15 - 20 años.

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