Fuente: palmvrienden.net
fuente: www.tropik.cz
Es una planta muy rústica y resistente que puede ser cultivada tanto en exteriores como en interiores, aunque en este caso es normal que los tonos granatosos desaparezcan casi por completo al no disponer de la luz necesaria, algo que compensa con la creación de hojas más grandes y voluminosas. Como toda planta tropical, a ésta tambien le gustan los climas cálidos donde la temperatura media anual sea de unos 24 - 28 ºC, pero sorprendentemente se adapta y sobrevive sin problemas en climatologías mucho más adversas donde incluso suceden heladas invernales de considerable intensidad. Las hojas se caen por debajo de 10 ºC, pero las raíces y el meristema apical subterráneo resisten más, hasta 12 ºC bajo cero durante varios meses, por lo que si se planta en climas con inviernos fríos se comporta como una planta caduca, es decir, pierde las hojas en otoño dejando al descubierto únicamente el pseudotallo y rebrota de nuevo en primavera. Soporta igualmente temperaturas muy elevadas (de hasta 43 ºC) así como oscilaciones térmcas considerables. Es muy tolerante con el suelo, pudiendo plantarse en casi todo tipo de terrenos a pesar de que prefiere las tierras sueltas, profundas, bien drenadas y que retengan una buena cantidad de agua. Puede sobrevivir en terrenos arcillosos escasamente drenados, aunque en estos casos el estancamiento de agua (ya sea ocasional o permanente) afecta a sus raíces haciendo que crezcan menos y que, en consecuencia, la planta sufra de enanismo. Tampoco le van especialmente bien los suelos arenosos que no retengan apenas agua ya que sus raíces se secan rápidamente, por lo que requieren riegos frecuentes. Tolera valores de pH comprendidos entre 4,5 y 9,5 así como concentraciones no muy elevadas de sal marina, por lo que puede plantarse en suelos cercanos al mar que no estén excesivamente salinizados. A diferencia del género Musa, el género Ensete es muy tolerante con la falta de agua así como con el aire seco, sobreviviendo perfectamente en zonas poco lluviosas donde la humedad ambiental mínima no baje del 30 %, en cuyo caso sus hojas duran muy poco tiempo ya que se secan rápidamente. Siempre que esté plantada en el jardín y que las precipitaciones medias anuales nunca bajen de los 500 mm no es necesario recurrir al riego para mantenerla, siendo este el principal motivo por el que se prefiere su cultivo alimenticio por encima de los cereales en África especialmente en las zonas afectadas por sequías estivales frecuentes. En caso de que se encuentre en zonas muy secas es necesario regar para que no se vea afectada por déficit hídrico, cosa que provoca el secado y la posterior caída de las hojas. El agua de riego puede ser o no calcárea, y lo mejor es regar de forma que el suelo se mantenga siempre ligeramente húmedo. Lo único que esta planta no tolera bien es la pobreza nutritiva en los suelos, pues su rápido crecimiento unido a sus grandes dimensiones hacen que sea una gran devoradora de nutrientes, siendo necesario un abonado periódico durante la estación de crecimiento activo a base de productos específicos para plantas de hoja (o de flor si se desea obtener frutos). Es sensible a la clorosis foliar (amarilleo de las hojas) producida por la escasez de hierro, siendo especialmente visible el déficit de nitrógeno ya que las hojas disminuyen su tamaño acusadamente. Como última consideración mencionar que es mejor su ubicación en zonas protegidas de las rachas de viento ya que el tejido foliar, aún siendo más resistente que en las especies de Musa, se resquebraja en condiciones de sequedad y vientos fuertes disminuyendo la belleza general de la planta.
Fuente: www.bananenhobby.de
Dado que le gustan los sitios donde abunda el agua y a que resiste los suelos muy húmedos, su plantación en las orillas de un estanque de agua dulce es una buena manera de mantenerla bella de forma constante. Su penetrante sistema de raíces hace que no se pueda plantar demasiado cerca del agua para impedir el sumergimiento de las raíces, por lo que se debe plantar en montículos, en macetas altas o en zonas donde el freático esté a considerable profundidad. Ofrece una intensa y valiosísima sombra bajo sus hojas y sus alegres e intensos tonos granatosos la convierten en ideal para adornar cualquier lugar donde se plante.
Fuente: integritylandworks.com
A diferencia de lo que ocurre con el género Musa, todas las especies del género Ensete carecen de rizomas subterráneos. Esto significa que no producen retoños basales, por lo que únicamente pueden ser reproducidas mediante semillas. Afortunadamente, la reproducción de esta planta mediante semillas es muy sencilla, siendo estas bastante fáciles de encontrar y bastante económicas. El poder germinativo de las semillas se pierde bastante pronto, por lo que se deben sembrar immediatamente después de extraerlas de los frutos. La siembra se puede realizar durante todo el año directamente en su lugar definitivo o en un semillero para más comodidad. La germinación ocurre en unas dos semanas, y las plántulas se desarrollan con mucha rapidez. En zonas donde se den temperaturas invernales bajas las semillas se extraen en otoño y, como no aguantan el almacenamiento prolongado durante todo el invierno, se deben sembrar bajo calor artificial. El suelo de siembra debe manetenerse siempre húmedo y a unos 25 ºC de temperatura.
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