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miércoles, 2 de octubre de 2013

Alocasia Amazonica - Alocasia

Las plantas comunmente conocidas como Alocasias son populares plantas de interior muy llamativas principalmente por el tamaño, la forma y el color de sus hojas, sumado a la facilidad que supone su cultivo artificial y a la poca cantidad de luz con la que se conforman. La Alocasia Amazonica es quizas la planta más llamativa del género por sus espectaculares hojas y a lo reducido de su tamaño, lo que facilita mucho su manipulación y su trasplante. Son originarias de la selva Amazónica, donde viven en las zonas sombrías y húmedas en lo más profundo del bosque. También es conocido en todo el género la relativa toxicidad de sus tejidos vegetales, que contienen alcaloides que irritan las mucosas por contacto y causan diarrea y vómitos si se ingieren, llegando a causar la muerte a personas o animales hipersensibles.

Lo más llamativo de esta planta son sus hojas, que pueden medir hasta medio metro de largo y veinte centímetros de ancho, estando sujetadas a las matas subterráneas mediante largos y rígidos peciolos de hasta setenta centímetros de largo. Consta de un grueso y fuerte rizoma subterráneo que crea abundantes rosetas de hojas cuya base está formada por las bases de las antiguas hojas caídas (similar a las palmeras) en la cima de la cual se disponen las hojas nuevas. Las hojas son de color verde oscuro y con los nervios de un color plateado muy brillante. El reverso de las mismas es de color púrpura intenso y oscuro y tienen forma de punta de flecha, con la zona terminal puntiaguda que se va ensanchando hasta bifurcarse fuertemente en dos lóbulos en la zona de unión con el peciolo. Los bordes están muy ondulados. Produce vistosas inflorescencias en espádice rodeado por una espata de color blanco verdoso. Estas flores estan ligeramente perfumadas y son muy llamativas, aunque cultivadas en interior es muy extraño que lleguen a dar estas inflorescencias. El sistema radicular subterráneo funciona como reservorio de nutrientes en caso de que suceda la pérdida de todas las hojas por cualquier caso haciendo que vuelvan a crecer nuevas al poco tiempo. En general la planta no supera el medio metro de altura, aunque en ciertos casos se han visto ejemplares de hasta más de un metro de alto.
Estas plantas son mucho menos exigentes de lo que parece a simple vista, tolerando un amplio abanico de condiciones ambientales que van desde los ambientes y suelos saturados de humedad (soportando incluso suelos extremadamente calizos y alcalinos) hasta climas bastante secos. Tampoco resultan muy exigentes con la iluminación, tolerando desde emplazamientos bastante sombrío hasta la luz solar directa (aunque en éste último caso sólo debe darle el sol matinal o el de la tarde para evitar que se quemen las hojas). Si la iluminación es demasiado deficiente el tamaño de las hojas merma progresivamente y su color se va aclarando hasta que dejan de salir nuevas hojas, momento en el que la planta muere por falta de luz. Requiere de atmósferas y suelos húmedos (incluso algo encharcados), siendo muy beneficioso pulverizar toda la planta a diario y regándola de forma que el sustrato nunca se seque por completo. Lo único a lo que resultan muy sensibles es a los ambientes excesivamente secos en los que las hojas se secan y se caen, algo que suele ocurrir si están expuestas a corrientes de aire demasiado fuertes. Como toda planta tropical, estas Alocasias necesitan temperaturas cálidas durante todo el año para mantener el follaje siempre en buen estado. Lo ideal es mantenerlas entre 22 y 28 ºC durante todo el tiempo, aunque toleran máximas de hasta 45 ºC y mínimas de hasta 10 ºC. Por debajo de 10 ºC pierden todas las hojas, aunque las recuperan fácilmente cuando la temperatura vuelve a subir debido a las reservas del rizoma subterráneo. De este modo pueden ser colocadas al exterior durante todo el año (incluso en zonas con heladas bastante intensas) siempre que se mantengan los rizomas en perfecto estado y lejos del frío extremo, que termina por pudrirlos. No son muy aficionadas al abono ya que en su hábitat natural el suelo está siempre libre casi al 100% de nutrientes debido a que las constantes lluvias torrenciales lo barren todo. Con abonar una vez cada tres semanas en verano es suficiente (un exceso acusado de abono acaba quemando las plantas). Para que las hojas se mantengan siempre brillantes y lustrosas es necesario limpiarlas frecuentemente con un paño húmedo con agua sin cal.
Resultan plantas ideales para adornar los bordes de estanques de agua dulce tanto interiores como exteriores (en este último caso hay que procurar que no estén demasiado expuestas al sol directo) icluso en las zonas más próximas al agua al tolerar ligeros encharcamientos (el rizoma no debe sumergirse jamás para evitar su pudrición). Pueden asociarse con distintos tipos de arbustos, Orquídeas, Herbáceas de tamaño medio y plantas de flor, con las que crean variados conjuntos vegetales. La toxicidad de sus tejidos mantiene a raya a depredadores como Babosas, Caracoles y Langostas.
La propagación de estas plantas es bastante sencilla, y se realiza casi únicamente separando el rizoma subterráneo durante el reposo invernal en zonas frías o en cualquier momento en zonas tropicales y subtropicales. Los trozos de rizoma deben enterrarse a unos cinco centímetros de profundidad y mantenerse tapados con un plástico transparente hasta que empiezen a brotar las primeras rosetas foliares. Este proceso se acelera si la temperatura es de unos 25 ºC y si la humedad es muy alta. Conviene prestar mucha atención cuando se corta el rizoma para manipularlo ya que contiene sustancias tóxicas que pueden crear graves indisposiciones en organismos sensibles.



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