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martes, 7 de mayo de 2013

Poecilia Reticulata - Guppy

El Guppy es el pez de agua dulce más conocido tras el Goldfish. A pesar de los espléndidos colores y aletas que encontramos en la actualidad, lo cierto es que sus parientes salvajes son peces muy poco vistosos, con aletas pequeñas y colores apagados. Los peces híbridos, que encontramos en los comercios, se encuentran en los cursos de agua naturales de toda américa, Asia e incluso África, donde se introdujeron hace tiempo para luchar contra los mosquitos transmisores de la Malaria o debido a la suelta indiscriminada de algunos aficionados que ya no podían mantenerlos.
Es el pez preferido por los aficionados a los acuarios pequeños y por los principiantes, dado que se adaptan muy bien a la vida en cualquier tipo de recipiente y a todo tipo de parámetros ambientales.
Fuente: www.anggreenfingers.wordpress.com
Sus predecesores proceden de los lagos y estanques de américa central, donde viven en grandes grupos entre las plantas y rocas de las riberas, donde encuentran protección ante todo tipo de depredadores.
Pertenecen a la familia de los Poecílidos, que agrupa peces de pequeño tamaño y con mucha vitalidad, cuya señal distintiva es la boca en posición súpera que demuestra que viven en las capas superficiales del agua. También se distinguen por la presencia, en los machos, de gonopodio, un órgano reproductor que usan para penetrar a la hembra durante la época de reproducción y pasarle sus células reproductoras.
El dimorfismo sexual está muy marcado. Los machos lucen unas espectaculares aletas (en algunos casos mayores que el cuerpo del pez) y unos brillantes colores. Además, son de pequeño tamaño (unos 4 cm como máximo), mientras que las hembras suelen doblar el tamaño de los machos y poseen unas aletas más pequeñas y colores mucho menos vistosos.
Fuente: www.commons.wikimedia.org

Su mantenimiento en cautividad es muy fácil, tanto que muchos aficionados principiantes los escogen como primer paso para comprovar sus habilidades. A esto ayuda también su reproducción, muy sencilla y frecuente. Debido precisamente a sus aletas, no debe haber corrientes demasiado fuertes en el agua para evitar que se rasguen. Los adornos les son totalmente indiferentes, aunque es mucho mejor colocar abundantes plantas para que las hembras se escondan del acoso constante de los machos y alguna roca o tronco para el mismo fin. El agua para su mantenimiento debe ser dura y alcalina (pH entre 7,5 y 8,5 y dureza entre 15 y 30 ºdGH). Aguas demasiado ácidas y blandas deterioran su sistema immunitario, haciendo proliferar enfermedades graves como la Colummnaris y el Oodinium, a las que los Guppies son especialmente sensibles. No les convienen los niveles altos de compuestos nitrogenados (especialmente el nitrito y el amoniaco les son muy perjudiciales), y el acuario debe disponer de un buen filtro que limpie el agua pero sin producir turbulencias importantes. Sobreviven con poca cantidad de oxígeno: De hecho, algunos aficionados a los estanques los mantienen sin ninguna atención en recipientes sin filtros ni aireadores, donde abundan las algas verdes y los insectos que se pasean sobre el agua, siendo los mosquitos sus preferidos. La temperatura ideal está entre 24 - 26 ºC, aunque pueden aguantar mínimas de hasta 17 ºC (momento a partir del cual su reproducción se inhibe, y por debajo mueren los adultos) y máximas de 35 ºC (que acortan su ciclo vital considerablemente)
Fuente: www.gillgallery.com

En cuestión de alimentación, no son nada recelosos. Se comen todo lo que cae sobre el agua siempre que entre por sus pequeñas bocas. A pesar de su voracidad deben ser alimentados en la justa medida y con una gran cantidad de alimentos vegetales (hay escamas especiales para estos peces, compuestas por Spirulina), pues son muy propensos a padecer de obesidad, lo que a la larga deriva en problemas graves. Si les faltan vegetales lo compensan con las algas verdes filamentosas que haya en el acuario.
Son peces muy vivaces y activos, y en general muy pacíficos que disfrutan con la compañía de otros peces de su mismo tamaño, pero conviene evitar a ciertas especies como los distintos Barbus o los Betta Splendens, que pasan todo tiempo mordiéndoles las aletas sin descanso. Sus vistosos colores también los convierten en presa fácil y apetitosa para ciertos peces de gran tamaño, por lo que conviene evitarlos. En algunos casos, algunos ejemplares de Guppy tienen la mala costumbre de atosigar a picotazos a todos sus compañeros (independientemente de su tamaño) de forma permanente. Aunque esto no produce heridas, los peces picoteados se estresan enormemente, pudiendo llegar a morir. Algunos ejemplares muerden las aletas de otros peces. Igual que ocurre con los Escalares, esto es una lotería, y depende del ejemplar que compramos. Una buena combinación posible consiste en mezclarlos con peces de fondo de pequeño tamaño como Corydoras sp. o ciertos tetras de carácter pacífico. Lo más importante en estos peces es la proporción de machos y hembras. Si se desea que se reproduzcan lo mejor es poner 3 hembras por cada macho. Es necesario hacerlo así ya que de lo contrario las hembras se estresarían demasiado por el acoso sufrido por los machos, y estos se enzarzarían en violentas peleas para quedarse con el premio. No ocurre nada de esto si tenemos sólo machos o sólo hembras (estas se agrupan en una especie de jerarquía, donde la mayor es la que manda). Viven aproximadamente tres años en un acuario.
Fuente: www.guppies-fish.blogspot.com

Lo que más llama la atención de los Guppy es su proceso reproductor, único entre los peces. Consiste en que el macho copula literalmente con la hembra para pasarle esperma a través del gonopodio. Una vez fecundada, los huevos se desarrollan en el vientre de la hembra hasta que, al cabo de unas cuatro semanas de la cópula, los alevines son expulsados por la madre al agua totalmente formados.
Si el acuario está poco poblado, el macho anuncia a la hembra deseada el deseo de procrear mostrándole un enérgico baile consistente en la flexión del cuerpo y la abertura de todas las aletas, seguido de temblores débiles. Este cortejo no lo realizan si en el acuario hay demasiados peces u otros animales ante los que no se sientan seguros. Durante el embarazo es recomendable apartar a las hembras a un acuario a parte de los machos para evitar que sigan acosándolas. Es muy aconsejable poner en ese acuario algun objeto tupido y arremolinado en el que los alevines se escondan para evitar que sus propias madres los devoren, algo muy frecuente en primerizas. Los alevines se pueden alimentar desde su nacimiento con el alimento de los adultos finamente triturado, y al cabo de uno o dos meses pueden ser trasladados al acuario con sus padres. Al contrario que las hembras, los machos no suelen comerse a los alevines.

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