El dentón es el miembro más grande de la família de los Espáridos, y también el más voraz y agresivo. Es muy común en el hemisferio norte, distribuyéndose por todo el mar Mediterráneo y por las costas Atlánticas, desde Gran Bretaña hasta las islas Canarias, llegando también hasta África. Mientras los ejemplares jóvenes viajan en grupos de unos 4 o 5 ejemplares, los adultos son solitarios y territoriales, viviendo en encueves desde los que acechan a cualquier presa que pase cerca. Medran a profundidades mínimas de 50 m en el caso de los adultos, y los peces jóvenes nunca bajan a más de 20 metros, llegando a verse a menos de 10.
Se trata de depredadores muy temidos pos sus convecinos, con el cuerpo comprimido lateralmente que se vuelve más cilíndrico con la edad, aletas muy gruesas y desarrolladas, músculos fuertes y desarrollados, cabeza enorme, ojos medianos y, especialmente, una gran boca protáctil de la que asoman agudos y largos dientes semejantes a los de las Pirañas Amazónicas de los que se sirven para despedazar a sus presas, especialmente cefalópodos como el calamar, si bien devoran a cualquier animal que pase por delante de ellos. Su coloración juvenil es muy similar a la de la mayoría de los Espáridos: Cuerpo plateado brillante y aletas incoloras, si bien los adultos más viejos suelen presentar un tono rosado y aletas rojizas y, especialmente, una gibosidad bastante visible en la cabeza. El dimorfismo sexual queda patente por la gibosidad frontal, que sólo presentan los machos, además de tener un color rosado más visible. Aunque se han pescado y arponeado ejemplares de 1 metro de largo y que podrían tener 25 años, en un acuario no sobrepasan como mucho los 45 cm y los 15 años de vida.
No cabe mencionar que quien se atreva a mantener a este coloso en un acuario deberá cumplir unos requisitos muy concretos e insaltables. Aún más importante que el volumen del acuario (que no deberá ser menor de 2000 litros) es el grosor de los cristales del mismo. Estamos ante un auténtico bulldozer capaz de mover grandes rocas y adornos, provocando derrumbes que pueden romper los cristales (de hecho él solo puede llegar a hacerlo si embiste con la suficiente fuerza), por lo que unos 8 mm de grosor (mejor 1 cm) serán suficientes para poder estar tranquilo. Es muy importante que los adornos estén bien enganchados a los cristales con adhesivos atóxicos para evitar que sean movidos constantemente, y tampoco es muy recomendable instalar calentadores y filtros internos, pues puede inutilizarlos fácilmente (existen en el mercado filtros exteriores que, a su vez, calientan el agua que van tragando). El agua debe estar fuertemente aireada y oxigenada, y debe contar con un excelente sistema de espumado y filtración para tratar la incansable y enorme cantidad de residuos que produce. Se imponen, además, cambios parciales de agua (cada 7 días como mínimo) y cuidadosos sifonados del sustrato (que debe tener un grosor de 5 o 6 cm y granulometría media para que excave) teniendo cuidado de no molestar excesivamente al pez para evitar que muerda (aunque es muy raro que lo haga, suele pasar si no se le alimenta adecuadamente o si tiene mal carácter), causando dolorosas heridas. La densidad del agua debe estar entre 1.028 y 1.030, y la temperatura entre 18 y 25 ºC (límite 30 ºC), así como sin ninguna traza de nitritos ni amoniaco y menos de 10 ppm de nitrato. Es el más delicado de los Espáridos, enfermando rápidamente ante la más mínima variación brusca de los parámetros acuátivos, siendo muy sensible al Oodinium y al punto blanco, que suelen contraer, por ejemplo, a temperaturas superiores a 30 ºC o inferiores a 16 ºC.
A pesar de ser extremadamente voraz en este aspecto y muy poco selectivo con el tipo de alimento es muy aconsejable no intentar aclimatar peces adultos ya que mueren en pocos días al no alimentarse. Los ejemplares muy jóvenes suelen adaptarse bien siempre que cuenten con abundante alimento vivo durante sus primeros días de cautiverio (Artemia, Mysis, peces del tamaño de su boca, crustáceos, ...) para ir lentamente sustituyéndolo por el congelado y, más adelante, por escamas y gránulo. Una vez totalmente adaptados no desdeñan nada de nada, comiéndose incluso carne de ternera y de cerdo, así como pan, todo tipo de frutas e incluso bollería con especias. Su dieta debe estar compuesta en un 95% por carne de pescado, crustáceos y cefalópodos (carne de pescado, trozos de pulpo o de cangrejo con corazas para que ejerciten sus mandíbulas y dientes) y un 5% por algas, que pueden ser administradas mediante escamas para peces hervívoros. Un déficit de proteínas acaba por degradar a este pez, algo que es perfectamente visible cuando pierde masa ventral y enferma gravemente, acabando por morir.
Extremadamente agresivos y territoriales, son peces totalmente incompatibles con la vida en comunidad. Devoran a cualquier pez demasiado pequeño y despedazan salvajemente a cualquier pez que no entre en su boca como castigo por invadir su territorio. Con estos peces no sirve introducirlos en último lugar: Después de acabar brutalmente con todos sus compañeros remodelan por completo el tanque para convertirlo en su morada. Tampoco son compatibles con caracoles, cangrejos, gambas, erizos, estrellas de mar ni cualquier otro invertebrado móbil, pues se los comen rápidamente. Los únicos seres que pueden mantenerse con ellos son los corales y las anémonas, aunque deben estar fuertemente anclados para evitar que los mueva o los dañe, si bien no muestra ninguna actitud depredadora ante ellos. Jamás deben mantenerse dos Dentones en el mismo tanque (ni aunque sean de sexo opuesto), pues los adultos no se soportan en absoluto y se pelean violentamente, saldándose todas las peleas con la muerte del más débil y quedando el vencedor gravemente herido. Es imprescindible no introducir ningún pez en un tanque donde haya un dentón viviendo ya que se le condena a una muerte segura, dolorosa y muy violenta, lo que ocurre con cualquier otro animal marino (excepto con corales y anémonas).
Su reproducción en cautividad es viable, aunque se debe hacer mediante desove manual al ser imposible emparejar a dos adultos en cualquier acuario doméstico. Estos grandes peces se desplazan a las zonas costeras todos los otoños para depositar sus huevos de forma comunitaria en mitad de la corriente. Los huevos eclosionan a los tres días de la puesta, y los diminutos alevines se agrupan en grandes bancos que barren las zonas medias del agua de larvas de cefalópodos, zooplancton y microcrustáceos. Alcanzan la madurez sexual a los tres años de edad, momento hasta el cual permanecen en zonas someras para luego trasladarse a aguas profundas y emprender la vida solitaria y terriorial de la fase adulta. Estos adultos vuelven al siguiente otoño para traer la nueva generación. En cautividad los alevines se alimentan fácilmente de comidas diminutas (escamas y gránulos pulverizados, Rotíferos, Artemia, ...), siendo muy sensibles a las contaminaciones del agua y a las variaciones bruscas de sus parámetros.
Todo lo necesario para cuidar bien a los peces de acuario y a las plantas de jardín e interior.
¡¡¡TRADÚCELO!!!
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