Molly dálmata
Molly negro
Con algunas excepciones particulares (como la variedad negra y la albina) los Mollys son peces muy fáciles de mantener siempre que se les dé una excelente calidad acuática, los parámetros que ellos necesitan y se complazca uno de sus requisitos mínimos: El espacio. Se necesitan acuarios más bien grandes para mantener un grupo de Mollys en buen estado (al menos 200 litros de agua) y deben estar decorados con una generosa cantidad de plantas acuáticas frondosas y tupidas que les garanticen escondites y seguridad. Es necesario que el agua esté fuertemente movida y muy bien oxigenada, y requieren además una potente iluminación que potencie el crecimiento de las distintas colonias de algas que constituyen una parte importante de su dieta. Las condiciones acuáticas que necesitan son semejantes a las que requieren los Cíclidos de los lagos africanos: Aguas duras (dureza entre 20 y 40 ºdGH), pH alcalino entre 8 y 9 e, incluso, una pequeña cantidad de sal marina con la que se alcancen densidades de 1.008. Estos peces no son dados a tolerar concentraciones excesivamente elevadas de nitratos por mucho tiempo, por lo que conviene mantener este compuesto siempre por debajo de 50 ppm. La temperatura de mantenimiento debe oscilar entre 24 y 28 ºC no tolerando nada bien valores fuera de este intérvalo. En el caso de los nitritos y el amoniaco se debe tener siempre la precaución de mantenerlos siempre a 0 ppm. A pesar de que pueden sobrevivir sin problemas en acuarios muy pequeños (de menos de 30 litros) su comportamiento se torna extremadamente tímido e incluso algo agresivo haciéndolos, además, más sensibles a las enfermedades. Bajo condiciones incorrectas de mantenimiento son muy propensos a ciertas enfermedades de origen bacteriano siendo la más grave la Columnaris, un desorden de origen bacteriano caracterizado por la aparición de una cubierta blanca en la zona bucal que más tarde se extiende hasta el resto del cuerpo. Los peces enfermos pierden el apetito, nadan mal, presentan la respiración acelerada, se adelgazan progresivamente y mueren, siendo casi imposible de curar. Las variedad negra y la albina son más sensibles a este problema que el resto de híbridos.
Molly naranja
En el plano alimenticio los Mollys son muy fáciles de satisfacer ya que aceptan sin reparo alguno todo aquello que se pueda comer. No obstante hay que tener presente que su dieta natural la componen principalmente plantas, algas y pláncton vegetal, estando la otra parte compuesta por larvas de insecto y huevos y alevines de otros peces. En cautividad conviene alimentarlo básicamente con un preparado específico para Guppys, Platys, Xifos y Cíclidos africanos a base de Spirulina complementándolo al menos tres o cuatro veces a la semana con alguna toma más proteica como Artemias vivas o congeladas, papilla para Discos o escamas corrientes para peces tropicales. Si no reciben la cantidad suficiente de alimento vegetal saciarán su hambre con las plantas blandas que haya en el acuario o con las algas filamentosas que encuentren. Como todos los Poecílidos, el Molly tiene un metabolismo muy elevado, por lo que es necesario alimentarlo varias veces al día (3 o 4 son suficientes).
Molly amarillo moteado
Son peces sociables, gregarios y muy activos que disfrutan de la compañía de otras especies de su tamaño y de comportamiento tambien nervioso. Para que se muestren totalmente apacibles se deben mantener en grupos de unos seis o siete ejemplares y en acuarios de gran tamaño, pues de lo contrario se vuelven tímidos y algo agresivos convirtiéndose en una molestia para especies que requieran tranquilidad o que tengan aletas de velo o filiformes ya que son propensos a mordisquearlas. Pueden ser asociados con otros peces de cardumen de su tamaño como Cebritas, Barbos, algunos tetras de tamaño medio, con otros Poecílidos como el Guppy, el Xifo y el Platy, con peces de fondo como Ancistrus, Plecostomus o Corydoras y alguna especie de Cíclido de tamaño medio y carácter tranquilo como el Boca de fuego. No conviene su asociación con peces demasiado grandes o agresivos que los arrinconarían ni con peces demasiado tranquilos a los que estresarían. Se da además el hecho de que, si sólo conviven machos, no pasa nada, pero si hay una sola hembra se pelean entre ellos por el premio. Una sola hembra puede morir de estrés ante el acoso constante de varios machos, por lo que conviene mantener dos o tres hembras por macho para mitigar este problema.
Molly "balloon"
Como ocurre con los demás Poecílidos, el Molly se reproduce con muchísima facilidad en un acuario siempre que haya, como mínimo, un macho y una hembra maduros. Tras intentar cortejar a la hembra mediante un curioso baile consistente en abrir todas las aletas y arquear el cuerpo, el macho la penetra analmente con el gonopodio para pasarle las células reproductoras. A partir de este momento es mejor separar al macho para evitar que continúe acosando a la hembra y pueda hacerla abortar. Los huevos se desarrollan dentro del vientre de la hembra durante un mes aproximadamente hasta que eclosionan, siendo los alevines expulsados al exterior completamente formados y con capacidad para alimentarse por si mismos. Estos pequeños pececillos nadan rápidamente hacia cualquier soporte tupido e inaccesible que les ofrezca protección del canibalismo maternal. Se alimentan vorazmente de todo lo que se pueda comer siempre que entre por sus diminutas bocas (son muy adecuados los alimentos en polvo específicos para alevines). Siempre que el acuario esté muy iluminado (incluso con algo de sol directo) los alevines crecen con mucha rapidez. Para disminuir la mortandad de los alevines debido al canibalismo es mejor separarlos de la madre así como mantener a ésta siempre tranquila y lejos de compañías agobiantes para evitar que se estrese en exceso y pueda abortar. Los alevines son bastante resistentes a la polución del agua y a las variaciones bruscas de su calidad.
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