Una de las algas marinas más comunes en los acuarios mediterráneos es la C. Tomentosum, una macroalga fácilmente identificable por su consistencia esponjosa y que, además, dispone de una gran cantidad de vellosidades por toda la superficie de contacto con el agua. Se trata de una macroalga solitaria y aislada que se puede encontrar en todos los mares y océanos del hemisferio norte (principalmente en el mar Mediterráneo), siempre en zonas poco batidas por las corrientes marinas y con bajas cantidades de luz. Vive a una profundidad comprendida entre los 5 y los 30 metros. Es casi imposible distinguirla de la especie C. Fragile, una especie oportunista sin depredadores y originaria de las costas Japonesas.
Esta alga está compuesta de un pié duro y firme que dispone de rizoides muy pequeños (casi invisibles) que se anclan con mucha fuerza a las rocas impidiendo que las corrientes marinas arranquen la alga de las mismas. Aun así, estos rizoides son bastante frágiles y se rompen fácilmente, por lo que es normal encontrarse bastantes cantidades de estas algas en las playas tras un episodio de fuertes movimientos marinos. De la base surgen gruesas ramas que tienen diversas tonalidades de verde segun la luz incidente, que son los talos, muy resistentes para resistir los embates de los animales hervívoros (especialmente las Salpas), y ofrecen soporte a las frondas, que son los pequeños y abundantes pelillos que salen de las ramas. Gracias a esta abundancia de pequeñas frondas, estas algas aprovechan muy bien los nutrientes disueltos en el agua, siendo habitual encontrarlas en zonas pobres en nutrientes en las que otras macroalgas como la Ulva lactuca no pueden sobrevivir.
A pesar de ser resistente y sobrevivir en ambientes pobres en nutrientes, para acuarios es una alga bastante delicada. Crece lentamente y es muy sensible a las variaciones bruscas de los parámetros acuáticos, a la contaminación excesiva, a la luz demasiado intensa, a las corrientes demasiado fuertes y, especialmente, a una temperatura demasiado elevada. El tamaño del acuario no resulta demasiado importante: Unos 50 o 100 litros como mínimo son suficientes. La decoración debe estar formada por abundantes rocas que le ofrezcan protección a la luz demasiado fuerte y a las corrientes intensas. Debe posicionarse en zonas poco iluminadas y movidas (no tolera más de 1 watio por litro de luz) y lejos de ciertos invertebrados urticantes como las Anémonas (si es que hay alguna en el acuario). Los intérvalos de supervivencia de esta alga son bastante estrechos: Densidad entre 1.027 y 1.030, temperatura entre 18 y 22 ºC, tasas de nitrato por debajo de 10 ppm y 0 ppm tanto de nitritos como amoniaco. Es muy importante no arrancarla nunca del sustrato sobre el que está fijada al recogerla, así como no sacarla del agua durante la introducción al acuario. Cualquiera de estos factores detiene el crecimiento de esta alga, que termina pudriéndose y muriendo irremediablemente, algo fácilmente distinguible cuando el agua emana un fuerte olor a algas podridas. La luz demasiado intensa quema las frondas, así como temperaturas demasiado elevadas. variaciones bruscas de los parámetros acuáticos o tasas demasiado elevadas de nitrógeno provocan la pudrición interna y la posterior muerte de la alga.
Su nutrición en un acuario está asegurada en todo momento siempre que se disponga de la luz ideal y de las corrientes necesarias. No es necesario aditar ningun elemento nutritivo en el agua (algo necesario para otras algas) ya que la C. Tomentosum puede absorber hasta las más pequeñas concentraciones debido a la gran cantidad de pelos que tiene. De hecho, cuantos menos nutrientes haya en el agua, más abundantes y largos serán estos pelillos. Por el contrario, un exceso de nutrientes disminuye el número de pelos y tambien los acorta. Se nutre mediante fotosíntesis.
Es muy aconsejable su mantenimiento en acuarios con las condiciones adecuadas ya que muy pocos animales pueden devorarla (ni si quiera las Salpas ni los Peces Cirujano pueden con ella). Algunos de los pocos animales que pueden comérsela son los distintos Erizos de mar, algunos Nudibranquios y pocas especies de Caracoles. No soportan los Nematocistos urticantes de las Anémonas, que las matan. resulta ideal mezclarla con la Ulva lactuca (o lechuga de mar), siendo esta última muy beneficiosa porque tamiza la luz y ofrece refugio de las corrientes demasiado intensas.
Es totalmente posible su reproducción en un acuario, pero el proceso es bastante delicado, siendo necesarios una excelente precisión, un pulso muy firme y la fuerza justa. El proceso consiste en dividir la estructura por la mitad, separando un trozo de la base que tenga algunos brazos con pelillos. No hay que sacar la alga del agua, y con el trozo de alga separado hay que mantener el sustrato original aguantado a la base que se ha fragmentado. Una vez finalizado este proceso, se puede poner la otra mitad de la alga en otra posición adecuada. La alga madre se regenera, así como el trozo que se ha cortado, resultando un nuevo ejemplar.
Todo lo necesario para cuidar bien a los peces de acuario y a las plantas de jardín e interior.
¡¡¡TRADÚCELO!!!
Secciones
- Agua fría - generalidades (2)
- Agua salada - Generalidades (3)
- Algas marinas (4)
- Corales blandos (2)
- Corales duros (2)
- Enfermedades marinas (3)
- Enfermedadesd en agua dulce (3)
- Invertebrados marinos (3)
- Peces de agua dulce (69)
- Peces de agua salobre (3)
- Peces marinos (59)
- Plagas marinas (6)
- Plantas de agua dulce (90)
- Plantas marinas (5)
No hay comentarios:
Publicar un comentario