Las Azaleas son una de las plantas de flor más bellas y coloridas que existen. Muchos aficionados a la jardinería las recomiendan para decorar cualquier rincón fresco y sombrío de una terraza, un balcón o un jardín de cualquier tamaño, aunque se adaptan muy bien al cultivo en estancias de interior. A pesar de su masiva presencia en cualquier floristería, vivero o supermercado urbano muchos se animan a adquirirlas, aunque conviene saber que son bastante delicadas, resintiéndose rápidamente a los errores de cultivo especialmente en lo que al riego se refiere. Estos arbustos son originarios de China, y actualmente existen unas 700 variedades híbridas que se diferencian en la forma y el color de las flores.
Se trata de un arbusto compacto y muy ramificado que tiene la capacidad de adquirir muchas formas distintas según cómo se vaya podando. Consta de un tronco central parecido al del Roble, muy grueso y cuyo diámetro va creciendo con el paso de los años y del que salen abundantes ramas duras rígidas. De las ramas salen hojas redondeadas y con algunos pelillos blanquecinos y muy visibles en ambos lados. El color de las hojas suele ser verde claro, aunque si reciben suficiente luz enrojecen dándoles una apariencia muy vistosa. Las hojas miden unos 5 centímetros de largo y unos 2 de ancho. Las flores aparecen al final de cada una de las ramas. Son pentapétalas, no tienen sépalos y constan de un largo estambre rodeado por cinco pistilos que miden menos de la mitad del largo del estambre. Estas flores, carecientes de aroma, se han explotado hasta tal punto que se encuentran en muchos colores distintos: Violetas, rojas, rosadas, blancas, amarillentas o mezclas bicromáticas. Hace algunos años se han obtenido variedades híbridas de flores dobles, más grandes y más numerosas, aunque el tamaño de estas variantes de la Azalea original es bastante más reducido, siendo además más delicadas. Muchos tratan a esta planta como un Bonsai, algo que permite el tamaño de sus raíces y a lo bien que responde a las podas severas adquiriendo formas muy distintas: Redondeadas, con forma de arbol (si se despoja el tronco central de toda rama y hoja) e incluso forma de seto.
El cultivo de esta planta, a diferencia de lo que algunos creen, es bastante delicado, pues la Azalea se resiente extremadamente rápido a los errores de mantenimiento siendo desgraciadamente normal que mueran por esta causa ya que no suelen recuperarse de nuevo, por lo que hay que hacerlo bien desde el principio para evitar consecuencias fatales. Como toda planta acidófila, la Azalea no tolera ninguna traza de cal ni sales en el suelo, por lo que debe regarse únicamente con agua destilada o desionizada (sirve perfectamente el agua desionizada que se vende en bazares Chinos) y con un pH neutro, pues esta planta reclama un suelo bastante ácido para sobrevivir. Un exceso de cal, sales o un pH demasiado elevado (por encima de 7) produce clorosis férrica, decaimiento general y la muere en poco tiempo. Son grandes demandantes de humedad y de agua, por lo que debe regarse el sustrato con mucha frecuencia y pulverizar las immediaciones de la planta a diario. El sustrato, suelto y excelentemente drenado, debe mantenerse siempre muy húmedo (incluso levemente encharcado) no permitiendo jamás que se seque completamente. La Azalea es de las pocas plantas que admite excesos acusados de riego sin problema alguno, y cuando necesita ser regada lo demuestra rápidamente ya que tanto las hojas como las flores se ponen lacias. Pasa lo mismo si el aire es demasiado seco. Jamás debe permanecer en este estado durante más de 24 horas seguidas ya que muere irremediablemente. La temperatura óptima de crecimiento es de unos 18 - 22 ºC, aunque tolera heladas débiles (-3 ºC) y máximas de hasta 40 ºC (pero siempre que se la riegue muchísimo y se rocíe abundantemente a su alrededor). Resulta una buena idea mantener la Azalea a unos 13 ºC durante el invierno ya que se aumenta el número de flores cuando llega la primavera. Si la temperatura llega a bajar de los 5 ºC sus hojas se caen pero rebrota de nuevo cuando llega el calor. Para aumentar el número y el tamaño de las flores es necesario que la Azalea reciba muchísima luz. En zonas donde no exista riesgo de heladas severas se puede mantener durante todo el año en el exterior en una zona permanentemente sombría o, mejor aún, bajo plantas más altas o en un sitio que reciba algo de sol matinal. Un exceso de sol directo acaba quemando y secando las hojas y las flores, siendo peor si se combina con altas temperaturas. Puede cultivarse en interiores si se situa en una estancia que reciba algo de sol directo por la mañana, pues si no recibe nada de luz solar en estos emplazamientos no llega a florecer. Algunos la mantienen todo el año en el exterior y la trasladan al interior sólo mientras dura la floración, sacándola de nuevo al exterior cuando finaliza este proceso. A la hora de abonar es indispensable hacerlo con un producto específico para plantas acidófilas siguiendo arrajatabla las instrucciones del fabricante.
Este arbusto es muy adecuado para decorar la orilla de un estanque de agua dulce siempre que el suelo no sea alcalino ni el agua sea excesivamente calcárea, en cuyos casos no sobreviven (son una excelente opción para estanques de aguas blandas, como los de biótopo Amazónico). Debido a su demanda de suelos mojados y saturados de agua (tolerando incluso sumergimientos radiculares esporádicos) puede situarse muy cerca del agua, donde puede formar un bello muro floral junto con otras plantas de abundante floración como la Gardenia y otras plantas de su tamaño. Resulta una excelente opción situarla bajo plantas y árboles más altos que ella para que le ofrezcan protección ante el sol excesivo.
La azalea puede propagarse mediante muchos métodos, aunque los más usados son la siembra de semillas, el esquejado y el injerto (Éste sólo se usa para conseguir nuevos híbridos). Las semillas se siembran a principios de invierno en un sustrato suelto y ácido, se riega abundantemente y se mantiene a unos 22 ºC de temperatura de forma constante y con muchísima humedad. La germinación ocurre en unas dos o tres semanas, y cuando las plántulas adquieran unos 8 - 10 centímetros de altura se pueden trasplantar a su lugar definitivo. El esquejado se realiza con las estacas semileñosas que se cortan al arbusto tras la floración, a principios del verano. La zona inferior de las estacas se reboza con hormonas de enraizamiento y se despoja de hojas. Se deben enterrar en un sustrato suelto y mantenerlo siempre muy húmedo (mejor aún es mantenerlos bajo niebla) y a unos 22 - 23 ºC de temperatura de forma constante. En unas dos semanas enraizan, pudiendo pasarse a macetas individuales.
Todo lo necesario para cuidar bien a los peces de acuario y a las plantas de jardín e interior.
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Muy buena explikacion sobre como mantener una azalea viva,x lo general donde las venden no te dan mucha información sobre el cuidado de ellas,gracias por la información..
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