El Castaño, árbol frutal muy abundante en la región mediterránea y atlántica del continente europeo (aunque hay tambien algunos castañares importantes en Estados Unidos), es muy apreciado por su espectacular apariencia y por los frutos que proporciona, las Castañas, muy utilizadas en repostería y para otras finalidades alimentarias. Son uno de los elementos característicos del otoño en todo el hemisferio norte y se venden millones de toneladas cada año en todo el mundo. Hay muchísimos cultivares de Castaño que se diferencian principalmente por el tamaño y la forma de las Castañas (desde menos de tres centímetros en el caso del cultivar original (o común), usado básicamente para la alimentación de ganado, hasta más de cinco centimetros en el caso del cultivar Super, que proporciona los mayores frutos entre todas las variedades). Según el cultivar, el sabor y la jugosidad de las Castañas varía considerablemente, siendo más apreciadas las dulces. Este árbol forma en muchos casos densos bosques monoespecíficos en zonas comprendidas entre 800 y 1500 metros de altitud (aunque puede desarrollarse desde el nivel del mar hasta casi 2700 metros de altitud) y prefiere las posiciones poco soleadas y cargadas de humedad, por lo que se suele encontrar cerca de pantanos, lagos, embalses y otros cursos de agua naturales en zonas montañosas. En el caso de España, algunos de los bosques de Castaño más importantes son los de A coruña (Galícia) y los del Montseny (Catalunya).
El Castaño es un árbol de dimensiones imponentes, pues puede alcanzar 30 metros de altura y su tronco puede medir tres metros de diámetro, siendo la copa muy densa, redondeada y ancha, de hasta 10 metros de diámetro. La corteza es de un color marrón grisáceo muy vistoso, está bastante asurcada y fisurada y no dispone de lenticelas visibles. Tiende a ramificar a baja altura (como mínimo a tres metros), formando ramas muy largas, gruesas y rígidas que difícilmente se parten a menos que el árbol esté muy debilitado. Las hojas son alternas, lanceoladas, de unos 10 centímetros de diámetro y unos 4 - 5 centímetros de ancho, tienen los bordes visiblemente aserrados (pero no punzantes) y la nerviación muy marcada. Durante la estación de máxima actividad metabólica su color es verde intenso, aunque hacia mediados de Otoño toman un color marrón rojizo antes de caer, lo que le da al árbol un aspecto muy vistoso. La gran cantidad de hojas secas que produce y que caen al suelo más tarde son las responsables de la gran abundancia de materia orgánica y de la acidez propios de los suelos de los Castañares. A principios de la primavera produce amentos de flores apétalas, blancas, con estambres y pistilos bien visibles y que se polinizan por el viento. El Castaño produce flores masculinas y femeninas en el mismo pié (es una planta monoica). A las flores sustituyen curiosos frutos redondos, dehiscentes y con envoltura espinosa que contienen de dos a cinco castañas, que son en realidad las semillas del árbol. Estas semillas, además de ser muy buscadas por el ser humano, proporcionan una importante cantidad de comida a los distintos animales que habitan en los Castañares como Ardillas, Jabalíes, roedores y aves. Otra de las catacterísticas más llamativas del Castaño es su sistema radicular, que penetra unos dos o tres metros bajo el suelo aunque es muy robusto y desarrollado. Es un árbol muy longevo que puede superar los 100 años de vida.
A diferencia de otras especies de su familia como la Encina, el Alcornoque y el Quejigo, el Castaño requiere condiciones de cultivo bastante específicas para poder desarrollarse vigorosamente y sin problemas; Es un árbol sensible a errores de cuidado especialmente durante sus primeros años de vida, por lo que conviene respetar todas sus exigencias vitales para mantenerlo sano. El suelo para el cultivo de los Castaños debe estar bastante suelto, poseer un excelente drenaje, una óptima capacidad de aireacíon, una excelente capacidad de retención de agua y, lo más importante, poca cantidad de cal, que no tolera en dosis excesivas. No le convienen los suelos que tiendan a apelmazarse con el tiempo, por lo que en caso de poseer tierra demasiado pesada o fina se puede mezclar con arena gruesa para aligerarla. Para mantener el pH del suelo en la zona ácida (entre 5 y 6) es necesario aditar emmiendas al terreno donde se le quiera plantar o, en caso contrario, mezclar la tierra a usar con turba rubia, tierra de brezo, sustrato para plantas acidófilas u otros tipos de materiales que acidifiquen el suelo. Sin embargo, se da el hecho de que este árbol puede resistir en suelos bastante alcalinos (con valores de pH cercanos a 8,2) siempre que estos estén excelentemente drenados, pues de lo contrario aparece la clorosis foliar (amarilleamiento de las hojas) que, además, lo hace más vulnerable a la asfixia radicular por exceso de agua. Si se cultiva en macetones es totalmente necesaria la instalación de una gruesa capa de drenaje en el fondo del contenedor para evitar cualquier posible encharcamiento de agua (grava gruesa o corteza de pino). No es tan exigente en luz como otras Fagáceas, encontrándose muy a gusto en sitios con sombra parcial, aunque una vez tenga cierta edad, pueden tolera los rayos directos del sol durante todo el día. Las plantas jóvenes (de menos de cinco años de edad) deben mantenerse en sombra parcial, pues un exceso de sol directo en estas fases quema fácilmente las hojas e incluso el tronco. Tampoco les gustan los lugares excesivamente sombríos ya que producen muy pocas hojas, vegetan mal y mueren en poco tiempo. En árboles adultos las carencias acusadas de luz solar directa desembocan en la inhibición de la floración, el descenso de la producción de hojas y el progresivo debilitamiento del árbol, que muere en poco tiempo. El Castaño está muy bien adaptado a los inviernos fríos y a los veranos cálidos de la región mediterránea, resistiendo heladas fuertes (-20 ºC) y temperaturas máximas de hasta 50 ºC. Hay que tener mucho cuidado con el frío, pues sólo lo resiste sin problemas cuando está sin hojas ni flores, y las heladas tardías de principio de primavera (aunque sean débiles) pueden dañar irremediablemente las flores abiertas y latentes inhibiendo todo el proceso durante el resto de la temporada de crecimiento e impidiendo, por consiguiente, la producción de Castañas, por lo que es mejor cultivarlo en zonas totalmente desprovistas de heladas tardías. Este árbol necesita veranos cálidos para formar gran cantidad de Castañas, aunque cuanto más alta sea la temperatura, más agua necesita, pues un defecto de la misma en la época de desarrollo de los frutos (aunque sea mínimo) los acaba secando y echándolos a perder. No es un cultivo adecuado para zonas con inviernos cálidos o poco fríos ya que necesita de un cierto periodo de frío para producir más estructuras verdes cada año. La privación de este periodo de descanso vegetativo (en el que pierde todas las hojas) produce árboles cada vez más debilitados y menos productivos que mueren prematuramente, por lo que no es adecuado para climas tropicales o con inviernos poco fríos para sus necesidades. El Castaño reclama bastante agua en el suelo, por lo que conviene proporcionársela en abundancia especialmente durante la floración, la brotación y la fructificación, y durante el resto del año hay que regarlo lo justo para que el suelo se mantenga siempre húmdo. Cualquier exceso de agua en el suelo tiene efectos desastrosos, pues las raíces son muy sensibles al encharcamiento, por lo que no hay que pasarse con el agua que, además, es preferible que sea descalcificada (va muy bien el agua de lluvia o el agua desionizada que se vende en los bazares Chinos) a menos que el suelo esté muy bien drenado y aireado. Se requieren abonados regulares para asegurar exitosas cosechas de Castañas cada temporada, siendo lo ideal aditar algun producto específico para plantas de flor (propicia la aparición de estas en detrimento de las hojas), estiércol, purines de Cerdo desposeídos de Nitrógeno y Fósforo u otros productos fertilizantes. La frecuencia de apliacación debe ser bisemanal en caso de los productos líquidos y mensual en el caso de los sólidos. No le convienen los excesos de abono ya que necrosan las raíces. La enfermedad más importante que sufre este frutal es la Tinta, una gravísima enfermedad incurable causada por hongos del género Phytophora que ha devastado grandes extensione de Castañares desde hace algunos años (especialmente en Galícia). Los hongos parasitan las raíces adventícias del árbol y se alojan cerca de los vasos conductores obstruyéndolos. A medida que la colonia fúngica se desarrolla, las raíces parasitadas se necrosan dando lugar a la muerte gradual de cada una de las ramas principales en función de la raíz infectada. En casos muy avanzados se distinguen claramente y bajo la corteza manchas negras con aspecto de carbón que van extendiéndose por todo el árbol hasta matarlo completamente. Es una dolencia muy contagiosa que no tiene cura, por lo que el único remedio eficaz para combatirla es arrancar de raíz los árboles afectados para evitar la reproducción y la posterior expansión de los hongos patógenos que la provocan.
La alta demanda de agua que ejerce convierte al Castaño en un árbol ideal para incluirse en la decoración de estanques de agua dulce pero siempre con ciertas precauciones. No hay que plantarlo demasiado cerca del agua o en zonas donde el suelo esté demasiado húmedo y apelmazado, cosas que pudren rápidamente las raíces. Para poder disfrutar de él sin contratiempos debe situarse lejos del agua o en un sitio donde la altura del suelo asegure la que la profundidad del freático no interfiera con las raíces. Tambien se puede plantar en un contenedor alto y poner éste cerca del agua si no se dispone de montículos de tierra. Como no dispone de resina, el tronco de este árbol resulta ideal para anclar plantas epífitas, además de poder ser asociado con otros árboles de gran tamaño como los Álamos, los Pinos y los Abetos. Proporciona una abundante sombra, por lo que justo bajo su copa se pueden poner plantas que requieran sombra como las Marantas y las Calatheas. No es un árbol adecuado para estanques tropicales o cuyas aguas sean excesivamente calcáreas (como pasa con los que simulan los grandes lagos Africanos y, en general, todos los estanques de agua caliente) ya que la falta de un periodo de frío y la gran cantidad de cal que pueda acumularse en el suelo perjudica a este árbol. En cambio, es ideal para estanques exteriores de agua fría donde la misma incluso se pueda llegar a congelar.
Comercialmente, los Castaños se propagan por injertos y acodos aéreos sobre patrones de Castaño común, obteniéndose un buen número de cultivares empleados para la obtención de madera y semilla de forma rápida y barata. La propagación mediante estacas de leña raramente da buenos resultados, aunque de intentarse se deben tomar durante el periodo de reposo del árbol (cuando está sin hojas), untar la zona de corte con hormonas de enraizamiento, clavarlas en un sustrato suelto y bien drenado y mantenerlos en una zona fresca y húmeda. En cuanto llega la primavera pueden enraizar, formando nuevas plantas. Sin duda, el método más sencillo para los principiantes o para los que no se atrevan con las estacas, los injertos y los acodos es la siembra de las propias Castañas. Es un método seguro y exitoso aunque algo largo y pesado que asegura la obtención de árboles puros y sanos. Las Castañas se pueden adquirir en cualquier comercio urbano que las venda, aunque deben tomarse ciertas precauciones, como examinar las bolsas para ver si han recibido algún tratamiento que puede inhibir la brotación (las esterilizadas en agua germinan muy bien), comprovar que la cáscara externa sea brillante, suave y sin agujeros ni manchas, que al presionarlas con cierta fuerza la cáscara no ceda (si lo hace la semilla está deshidratada y pasada, por lo que no germina nunca) y que se vean más o menos pesadas para su tamaño. Siempre es mejor adquirir cinco o seis Castañas y plantarlas todas a la vez para obtener más resultados. Una vez se hayan conseguido las Castañas más sanas, se siembran immediatamente en un sustrato suelto, poroso y aireado que se mantenga siempre húmedo y en un lugar frío, lo que hace que sea ideal sembrarlas a finales de otoño y dejarlas en el exterior durante todo el invierno ya que requieren pasar frío para germinar. La germinación ocurre cuando la temperatura sube por encima de 17 ºC (que suele ocurrir cuando empieza la primavera), creciendo las plántulas con mucha rapidez, aunque es necesario estar muy preparado para proteger los pequeños arbolitos de temperaturas demasiado bajas o heladas tardías que puedan presentarse en primavera, circunstancias que producen la muerte rápida e irremediable de las plántulas. Lo mejor es dejarlo en el exterior hasta que germine y, cuando lo haya hecho, mantenerlo dentro de casa en una habitación muy iluminada (mejor que reciba una o dos horas de sol matinal) hasta que pase el riesgo de fríos intensos y heladas, momento en el que se pueden poner de nuevo en el exterior. Este árbol se resiente mucho de los trasplantes a raíz desnuda, por lo que es mejor sembrar cada castaña en una maceta para poder trasplantar el árbol joven sin dañarle la raíces. Hay que tener presente que si el suelo llega a secarse completamente mientras la Castaña está enterrada, se puede retrasar la germinación e incluso inhibirla completamente, por lo que conviene mantener siempre el suelo húmedo.
Todo lo necesario para cuidar bien a los peces de acuario y a las plantas de jardín e interior.
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