Se trata de una herbácea vivaz que, segun el cultivar, alcanza alturas comprendidas entre medio metro y casi dos metros. La anchura de las matas llega a los 20 centímetros. Se sustenta a base de una mata subterránea, órgano común en otras plantas consistente en un pseudotubérculo más o menos redondeado que dispone de raíces adventícias que realizan las funciones de anclaje y toma de nutrientes. Como esta estructura puede almacenar nutrientes durante meses, se puede sacar de la tierra y matenerla en un sitio osucro y fresco durante mucho tiempo sin temor a que la planta muera, por lo que en ocasiones se venden como plantas bulbosas de temporada. Produce varios tallos simples, erguidos y erectos de tonalidades verdosas y ligeramente rojizas que disponen de hojas opuestas, de color rojizo cuando nacen y verdes cuando están totalmente formadas. Estas hojas están compuestas por foliolos triangulares, toscos al tacto y con los bordes muy aserrados. Las flores son pequeñas, cartonosas, inodoras y de colores muy variables (rojo, rosa, blanco, crema, beis, ...) y se disponen en densas panículas erguidas o péndulas al final de cada tallo basal. Las flores secas permanecen en los tallos durante casi un mes antes de caer.
Esta planta es de cultivo fácil y muy rústica y no requiere especiales cuidados para sobrevivir durante mucho tiempo. La luz intensa juega un importante papel en la formación de densas y coloridas panículas plumosas, que serán más bonitas cuanto más potente sea la luz, por lo que su posición ideal es a pleno sol incluso en las zonas más caldeadas y secas. Las plantas situadas en zonas demasiado sombreadas crean abundantes hojas grandes y verdes pero no florecen o lo hacen muy poco. Esta planta se siente a gusto en climas tropicales o subtropicales donde los inviernos no sean extremadamente fríos, pues su resistencia al frío es bastante escasa ya que no soporta las heladas (como mucho puede estar todo el año en el exterior en zonas donde la temperatura mínima no baje de los 0 ºC). A pesar de que no requiere ningun reposo invernal, la parte aerea se pierde por debajo de los 10 ºC pero se recupera en primavera, pero en zonas cálidas durante todo el año los tallos y hojas se mantienen de un año para otro. Las temperaturas superiores a 30 ºC le son perjudiciales ya que las hojas se secan rápidamente empezando por los bordes y las flores se marchitan y se caen, por lo que conviene mantenerla en sitios bastante húmedos para evitarlo. Los suelos en los que se desee plantar una Astilbe deben estar poco sueltos, tener gran capacidad de retención de agua y poseer una cierta capacidad de aireación, pues originalmente estas plantas viven en terrenos cercanos a los cursos de agua. El suelo no debe estar excesivamente suelto ya que no retendría agua ni tampoco debe apelmazarse en exceso ya que las raíces se pudren. Esta planta necesita mucha agua, pues el suelo debe mantenerse siempre muy húmedo (pero no encharcado), por lo que hay que aplicar riegos copiosos y abundantes en las estaciones más calurosas del año y sólo pulverizaciones ligeras en invierno. La falta de agua en el suelo es fácilmente detectable ya que las hojas se ponen lacias. El secado de las puntas y los bordes de las hojas se produce Otro aspecto importante de la Astilbe es que es acidófila, es decir, que requiere suelos ácidos con un pH comprendido entre 5 y 6,5, pero en suelos neutros o alcalinos vegeta y florece normalmente aunque su sensibilidad a las enfermedades y los parásitos se multiplica. Otro aspecto interesante de la Astilbe es que sus flores se polinizan principalmente por la acción del viento, por lo que le es muy beneficioso vivir en sitios donde los vientos sean constantes y suficientes pero no excesivamente fuertes para evitar la caída de las hojas y la partición de los tallos. Esta planta sobrevive perfectamente en suelos pobres en nutrientes siempre que el pH de los mismos sea ácido, pues valores demasiado elevados combinados con deficiencias nutritivas producen amarilleo foliar y retraso en el crecimiento. En casos muy graves de déficit nutritivo se puede paralizar por completo el crecimiento ocurriendo la muerte de la planta si no se remedia la situación rápidamente. Los productos más adecuados para alimentar a la Astilbe son los abonos específicos para plantas acidófilas que se presentan en forma líquida o sólida. Los productos líquidos se aplican una vez a la semana y los sólidos cada tres o cuatro meses.
Por sus necesidades hídricas y su hábitat natural, la Astilbe se siente como en casa si se situa en las cercanías de un estanque de agua dulce con aguas de tendencia ácida. A pesar de que tolera grandes cantidades de agua en sus raíces, no conviene situarla demasiado cerca del agua ya que, a la larga, estas se pudren. Lo ideal es situarla en un sitio donde la capa freática quede a unos 15 - 20 centímetros de la superfície. Lo más normal es usar grupos, alineaciones o islas vegetales de Astilbes para resaltar su intenso colorido, aunque se pueden combinar con otras plantas de su tamaño para embellecer cualquier conjunto. Si se plantan bajo arbustos o árboles que tamicen los excesos de sol su crecimiento es más harmónico.
Esta planta se propaga mediante semillas y por división de mata. Las semillas se recolectan tan pronto como el fruto se vea maduro y se siembran immediatamente ya que pierden en poco tiempo la capacidad germinativa. La siembra se realiza en sustratos medianamente sueltos, bien aireados, de tendencia ácida y que se mantengan siempre húmedo. La temperatura debe rondar los 20 - 25 ºC. La germinación ocurre en una semana o dos y las plántulas deben mantenerse siempre en un lugar cálido hasta que empiece la primavera, momento en el que tienen ya el suficiente tamaño para ser trasplantadas a su lugar definitivo. Cabe mencionar que, en zonas donde la temperatura mínima no baje de los 15 ºC, la siembra se puede realizar en cualquier momento del año mientras que, en climas fríos, la siembra se debe realizar siempre en invernadero o en otro sitio cálido ya que las plántulas no toleran mínimas inferiores a los 13 ºC. Es más sencilla la división de mata ya que no es necesario esperar un tiempo para que las plantas alcancen la madurez floral y, además, se puede realizar en cualquier momento del año. Para ello hay que desenterrar la planta de raíz y separar en dos, tres, cuatro o más porciones la mata principal. Los pedazos que resulten deben tener algunas raíces. Seguidamente se entierran en un sustrato adecuado y se mantienen siempre en humedad. Al cabo de algo más de una semana retoman el crecimiento. Cabe mencionar que las matas recién separadas se conservan en perfecto estado durante más de un año siempre que se guarden en un lugar oscuro, rodeados de tierra fina y muy suelta y en condiciones permanentes de humedad.
Por sus necesidades hídricas y su hábitat natural, la Astilbe se siente como en casa si se situa en las cercanías de un estanque de agua dulce con aguas de tendencia ácida. A pesar de que tolera grandes cantidades de agua en sus raíces, no conviene situarla demasiado cerca del agua ya que, a la larga, estas se pudren. Lo ideal es situarla en un sitio donde la capa freática quede a unos 15 - 20 centímetros de la superfície. Lo más normal es usar grupos, alineaciones o islas vegetales de Astilbes para resaltar su intenso colorido, aunque se pueden combinar con otras plantas de su tamaño para embellecer cualquier conjunto. Si se plantan bajo arbustos o árboles que tamicen los excesos de sol su crecimiento es más harmónico.
Esta planta se propaga mediante semillas y por división de mata. Las semillas se recolectan tan pronto como el fruto se vea maduro y se siembran immediatamente ya que pierden en poco tiempo la capacidad germinativa. La siembra se realiza en sustratos medianamente sueltos, bien aireados, de tendencia ácida y que se mantengan siempre húmedo. La temperatura debe rondar los 20 - 25 ºC. La germinación ocurre en una semana o dos y las plántulas deben mantenerse siempre en un lugar cálido hasta que empiece la primavera, momento en el que tienen ya el suficiente tamaño para ser trasplantadas a su lugar definitivo. Cabe mencionar que, en zonas donde la temperatura mínima no baje de los 15 ºC, la siembra se puede realizar en cualquier momento del año mientras que, en climas fríos, la siembra se debe realizar siempre en invernadero o en otro sitio cálido ya que las plántulas no toleran mínimas inferiores a los 13 ºC. Es más sencilla la división de mata ya que no es necesario esperar un tiempo para que las plantas alcancen la madurez floral y, además, se puede realizar en cualquier momento del año. Para ello hay que desenterrar la planta de raíz y separar en dos, tres, cuatro o más porciones la mata principal. Los pedazos que resulten deben tener algunas raíces. Seguidamente se entierran en un sustrato adecuado y se mantienen siempre en humedad. Al cabo de algo más de una semana retoman el crecimiento. Cabe mencionar que las matas recién separadas se conservan en perfecto estado durante más de un año siempre que se guarden en un lugar oscuro, rodeados de tierra fina y muy suelta y en condiciones permanentes de humedad.
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