La Mojarra plateada es un precioso y llamativo Cíclido de tamaño grande originario de Centroamérica y parte del norte de Suramérica cuya líbrea adulta hace que sea uno de los preferidos por muchos acuariófilos a pesar de que es más bien poco frecuente en los comercios del ramo. Como muchos otros Cíclidos de gran tamaño oriundos de América, este pez es apreciado por los pescadores deportivos por su feroz picada y la encarnizada defensa que ejerce una vez se clava en el anzuelo. A pesar de sus grandes dimensiones es más bien pacífico y tolerante con muchos otros peces aunque, de ser necesario, defiende encarnizadamente su territorio de cualquier peligro. Viven en parejas en aguas quietas, límpidas y de profundidad media al abrigo de piedras, troncos, plantas y cualquier otra cosa que pueda servirles para delimitar su zona vital.
Se trata de un robusto Cíclido de crecimiento más bien lento cuya talla adulta ronda los 30 - 40 centímetros en los machos y los 20 - 25 en las hembras. El cuerpo está poco comprimido lateralmente y dispone de potentísimos músculos (especialmente en la base de sus aletas pectorales y en la caudal) para poder efectuar desplazamientos rápidos (pero cortos) para atrapar a una posible presa o para huir de cualquier peligro que se presente. Las aletas son de tamaño medio y ondeantes, siendo la dorsal la más larga y con el extremo terminado en punta. La caudal tiene forma de abanico y es más bien pequeña en comparación con el resto del cuerpo. La boca, en posición media, es protráctil y posee fuertes labios carnosos y potentes dientes para despedazar a sus presas predilectas. La líbrea de este pez varia considerablemente en función de la edad: Los juveniles son poco vistosos, con todo el cuerpo de color blanco nieve con abundantes puntos grisáceos y todas las aletas transparentes a excepción de la dorsal y la caudal, que presentan algunos matices azulados poco importantes. A medida que crecen desarrollan algunas motas de color negro azabache en la zona dorsal (una de ellas, muy grande, ocupa todo el dorso y la parte superior de los flancos de la zona adyaciente a la cabeza) que después van perdiendo paulatinamente hasta conservar únicamente una mota negra en cada flanco tras la cabeza y otra en cada lado del pedúnculo caudal. Durante todo el tiempo conservan los puntos negros del cuerpo (aunque se hacen cada vez más pequeños) y la transparencia inicial de todas las aletas se va sustituyendo por un color blanco nieve muy vistoso. Destacan, además, sus ojos, que son de un intenso color azul turquesa. El dimorfismo sexual queda patente por el tamaño, pues los machos miden hasta 10 centímetros más que las hembras y, además, desarrollan una portuberancia esférica en la cabeza, rasgo del que carecen las hembras. Tambien se puede ver que, en los machos, las terminaciones de las aletas dorsal y anal son más largas que en las hembras. Se trata de un pez longevo y resistente que puede sobrepasar los 20 años de vida.
Como cualquier Cíclido de gran tamaño, éste reclama mucho espacio para vivir. Para albergarlo en buenas condiciones se requieren unos 150 litros por ejemplar adulto pero teniendo siempre la precaución de que el acuario sea lo bastante ancho y largo para que pueda moverse tranquilamente. La decoración debe estar formada por piedras, troncos y otros adornos sólidos que es aconsejable fijar a los cristales del acuario, pues gusta de decorar constantemente el tanque a su gusto moviendo continuamente los adornos menos pesados o provocando derrumbes. Aprecia, además, un encueve en el que poder resguardarse, cosa que evita el estrés. A pesar de que puede vivir en aguas completamente estancadas siempre que se mantengan muy limpias, es muy recomendable instalar un equipo de filtración de buen caudal pero que no genere corrientes excesivamente fuertes que le impedirían nadar libremente. La realización de cambios de agua periódicos (al menos una vez por semana) son totalmente necesarios para poder librarse, en parte, de la gran cantidad de desechos que produce. Las condiciones demandadas por este cíclido incluyen una temperatura entre 22 y 35 ºC (la ideal está entre 25 y 30), una dureza total entre 10 y 30 ºdGH y un valor de pH comprendido entre 7 y 8. Es bastante tolerante con los nitratos, pudiendo soportar perfectamente hasta 500 ppm de este componente (aunque se recomienda no sobrepasar las 50) pero no tolera los nitritos ni el amoniaco, que deben mantenerse siempre a 0 ppm. Uno de los problemas que ofrece este pez es que, si no se encuentra en las condiciones ideales, su líbrea pierde brillo y color, por lo que aunque el pez sobrevive con más o menos normalidad, a la larga puede acarrearle problemas sanitarios bastante graves tales como Hexamitasis, Exoftalmia, podridura de aleta y Punto blanco.
Al igual que la immensa mayoría de Cíclidos, este no es exigente con la comida. Se come cualquier cosa comestible que caiga al agua sin pensárselo, aunque conviene ofrecerle un buen aporte proteico mezclado con algunas tomas de alimento vegetal (al menos dos o tres veces por semana). Como alimento base se puede usar la comida específica para Cíclidos (en palitos o gránulos) y se puede alternar con alimento congelado (papilla para Discos, Tubifex, Artemia, ...) y con alimentos vegetales (copos o pastillas de Spirulina). A pesar de su glotonería, es de los peces más propensos a las huelgas de hambre en situaciones inapropiadas; Por ejemplo, puede dejar de comer durante sus primeros días en un acuario nuevo (esto es bastante normal) pero la situación puede agravarse si no dispone de los escondites necesarios, si sus compañeros de acuario lo acosan o si la calidad del agua no es buena. Por suerte, esto ocurre más en peces adultos que en jóvenes.
Una de las ventajas de este Cíclido es que es de los más pacíficos y tranquilos que existen entre los de su mismo tamaño, siendo habitual observarlo en acuarios comunitarios de gran tamaño junto a una gran variedad de especies. No obstante, como todo Cíclido, se puede mostrar algo belicoso con peces recién llegados (más si no tienen su mismo tamaño) y, en el caso de que lo provoquen, se defenderá encarnizadamente. Tampoco convienen los peces demasiado pequeños que puedan entrar por su boca ya que termina devorándolos ni peces demasiado tímidos o asustadizos que pueden sentirse permanentemente intimidados ante este pez de gran tamaño. Siempre que el acuario en el que viva sea de gran tamaño (más de 400 litros) puede convivir con otros peces de su mismo tamaño y de caracter pacífico: Óscares, Cíclidos Loro, Convictos, bocas de fuego y Terrores verdes son buenos candidatos para vivir con la Mojarra plateada. Tambien convive muy bien con peces de fondo de tamaño medio y grande (Plecostomus, Ancistrus, ...) y no causa daño alguno a invertebrados. Al igual que cualquier Cíclido, si vive en pareja su agresividad se acentúa, cosa que tambien ocurre si vive en acuarios demasiado pequeños.
La reproducción de este pez es fácil de conseguir en un acuario sin que se tengan que variar las condiciones del agua. Para permitirles desovar y hacerse cargo de sus crías tranquilamente es necesario que la pareja esté instalada en un acuario específico (debido al comportamiento extremadamente agresivo que tienen en este momento) que tenga abundantes troncos, plantas, rocas y una capa de sustrato de al menos unos 5 centímetros de espesor. Al empezar el periodo reproductivo los peces desarrollan abundantes franjas negras verticales en todo el cuerpo y se entrelazan en un agitado cortejo nupcial tras el cual el macho despeja un rincón escondido y tranquilo del acuario de cualquier cosa inservible. La hembra deposita los huevos que, acto seguido, son fertilizados por el macho. Durante los dos o cinco días que dura la incubación el macho patrulla incansablemente por los alrededores del nido mientras que la hembra se ocupa de limpiarlos y abanicarlos. Una vez que los alevines reabsorben el saco vitelino (al cabo de unos dos o tres días) el macho los guía por todo el acuario para que tomen sus primeros bocados. Cuando los alevines alcancen un centímetro de longitud deben ser retirados de sus padres ya que éstos pueden matarlos al considerarlos una amenaza para las nuevas puestas. Durante todo el proceso reproductivo el macho debe permanecer junto a la hembra y los alevines se pueden alimentar con comida seca pulverizada. Son bastante sensibles a las variaciones bruscas del agua y a las malas condiciones de ésta.
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