lunes, 1 de julio de 2013

Gramma Loreto - Gramma real

La familia de los Grammatidos agrupa peces de pequeño tamaño y vistosos colores muy llamativos y brillantes. Suelen estar entre los preferidos por los aficionados a los acuarios pequeños dado el poco espacio que reclaman y a su poca movilidad. Los Grammas reales son unos de los más populares de esta familia debido a su resistencia y adaptabilidad, siendo poco adecuado para vivir en comunidad dada su conducta extremadamente territorial, algo que se soluciona introduciéndolos en último lugar. Se encuentran en todo el mar Caribe, a profundidades comprendidas entre 1 y 40 metros, asociados a arrecifes de coral, en concreto a los agujeros y grietas rocosas en las que delimitan su territorio y pasan la mayor parte del día, viviendo en grupos densos formados por hasta 100 ejemplares. Es uno de los personajes de la película Buscando a Nemo, de Disney, llamándose Jacques.

Su cuerpo más o menos cilíndrico, su vientre aplanado y su vejiga natatoria atrofiada demuestran que son peces que pasan prácticamente toda su vida en el fondo. Disponen de aletas de mediano tamaño y bastante desarrolladas, pero finas y ondulantes. Los únicos músculos que tienen muy desarrollados son los de la zona trasera y la pectoral, pudiendo realizar rápidos desplazamientos en caso de ser necesario. Les cuesta mucho mantenerse a nado en mitad de la columna de agua, por lo que suelen reposar sobre los distintos elementos sólidos de su entorno con la ayuda de sus aletas ventrales, fuertes, que pueden crear un tipo de ventosa con la que pueden agarrarse con bastante firmeza a todo aquello que les rodee. Su boca, aparentemente pequeña, puede abrirse desmesuradamente para capturar presas de tamaño considerable, y está provista de pequeñísimos dientes frontales. Su librea es bicromática, muy vistosa, y consiste en una mitad de color morado y otra de color amarillo. La zona frontal (hasta la mitad de la aleta dorsal), es morada, y toda la demás superfície corporal, amarilla, colores que se mezclan en forma de puntitos independientes (amarillos en el morado y morados en el amarillo). Las aletas ventrales y la primera mitad de la dorsal son moradas, mientras que la anal, la caudal y la otra mitad de la dorsal son amarillas. Las pectorales son incoloras. Tienen una visible raya roja que atraviesa cada ojo y que se extiende desde la mandíbula superior hasta los opérculos. Tienen un punto negro en el principio de la aleta dorsal. No presentan dimorfismo sexual, miden unos 7 cm de largo y pueden vivir más de 6 años en cautividad.
No se muestran demasiado exigentes con el tamaño del acuario siempre que éste contenga grandes cantidades de rocas y otros adornos con agujeros para esconderse. A partir de unos 50 litros es suficiente para un sólo ejemplar, pudiendo vivir incluso en recipientes de 20 litros siempre que tengan muchos escondites en los que meterse. Para una pareja que se lleve bien hay que pensar ya en tanques de unos 150 litros en adelante. Lo más importante para que estos peces se mantengan siempre sanos y en buena forma es la presencia de múltiples agujeros y grietas donde fijan su territorio y pasan casi todo el tiempo, especialmente durante los primeros días en un nuevo recipiente. Además suelen escarbar el sustrato cercano a su agujero para marcar los límites de su territorio, por lo que conviene que la arena sea fina y sin aristas cortantes para evitar dañar al animal. Requieren que el agua esté bien movida y aireada, así como bien filtrada y tratada con un buen Skimmer para evitar la acumulación de productos tóxicos. La densidad debe mantenerse siempre entre 1.020 y 1.025, y la temperatura entre 24 y 28 ºC, no tolerando excesivamente bien los valores fuera de estos rangos. Es imprescindible que los nitritos y el amoniaco nunca estén presentes, ya que no los toleran, y que los nitratos nunca sobrepasen las 10 ppm. Bajo condiciones inadecuadas de mantenimiento (parámetros desviados, altas tasas de nitrógeno, variaciones bruscas, ...) son muy proclives a contraer todo tipo de enfermedades, como el Oodinium, que causa auténticos desastres en las distintas especies de esta familia de peces.
No suelen presentar problemas a la hora de alimentarse en cautividad, aunque es muy aconsejable que se encuentren con abundantes presas vivas durante sus primeros días de cautiverio como Anfípodos y Copépodos presentes en la roca viva, de ahí la importancia de mantener una cierta cantidad de éste material en el tanque. Durante este primer periodo no desechan ningun suplemento vivo adicional (Artemias, Mysis, ...) aceptando, en muchos casos, el congelado en su defecto. Sólo aceptan los gránulos y las escamas cuando están perfectamente adaptados al nuevo tanque. Algun aporte vegetal esporádico (una vez cada dos semanas) les beneficia bastante al purgar sus intestinos. La presencia de peces demasiado grandes o rápidos, así como demasiado agresivos, influye en la capacidad de alimentación de estos pequeños animales, que pueden negarse a comer si en el tanque hay peces que los intimiden.
Se trata de peces muy territoriales que pueden mostrarse muy agresivos ante cualquier pez de su tamaño o menor que se acerque demasiado a su agujero predilecto, espantándolo violentamente sin, generalmente, herirlo. Es conveniente introducirlos en último lugar para evitar estos problemas o, en otros casos, introducir peces algo mayores que ellos y que puedan amedrentarlos (algunos Cirujanos, Lábridos, Damiselas, ...). No son compatibles entre ellos, al igual que casi todos los peces marinos (sin embargo se puede mantener una pareja siempre que ambos componentes se introduzcan a la vez y en la fase más juvenil), ni con peces que tengan su misma forma y colore semejantes (como la mayoría de especies de Grammátidos). Tampoco conviene asociarlos con Gobios ni Mandarines ya que compiten por los agujeros disponibles. Pueden ser asociados con Peces Payaso, algunas Damiselas, Peces Globo, Cardenales, Caballitos de mar y otros peces tranquilos y con poco temperamento. No causan ningun daño a invertebrados de ningun tipo.
Es posible reproducirlos en cautividad, aunque es necesario mantener siempre muy estables las condiciones acuaticas y conseguir que no haya nada de nitrógeno (ni si quiera nitratos) en el agua. La pareja llena su agujero de todo tipo de materiales (algas especialmente) dónde depositan sus huevos tras un gracioso cortejo. Durante la incubación los padres se muestran extremadamente violentos hacia cualquier animal que se acerque demasiado a ellos, no dudando en matar, por lo que conviene mantener a la pareja totalmente aislada durante este momento. La eclosión se produce al cabo de unos tres días y los minúsculos alevines, que son custodiados por sus padres, se alimentan desde el principio con Rotíferos, que aceptan muy bien. Cuando alcanzan ya 5 milímetros de largo o más pueden alimentarse de Artemia recién eclosionada. Son muy sensibles a la polución del agua y a las variaciones bruscas de sus características.



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