Entre los Corales denominados como duros son especialmente populares los del género Euphyllia debido a sus intensos y vistosos colores, a la belleza de sus pólipos y a la facilidad con la que se adaptan a la vida en un acuario. Son, igualmente, poco amenazados por los depredadores más corrientes (como los peces Mariposa) ya que presentan Nematocistos, es decir, las mismas células urticantes que poseen las Anémonas. La toxina producida por estas células es tan potente que puede matar a otros corales más sensibles que se encuentren cerca, a animales invasores como los Myrionemas e incluso a peces totalmente indefensos ante este veneno (como los peces Cirujano). La especie E. Glabrescens es la más mantenida en los acuarios marinos. Se encuentran en aguas muy poco movidas y no demasiado iluminadas, a profundidades comprendidas entre 1 y 30 metros, en las zonas coralinas de los océanos Índico y Pacífico. Viven en colonias separadas, presentando una gran semejanza con las Anémonas, con las que algunos han llegado a confundirlos. Una de las particularidades que presentan es que presentan sexos separados (es decir, hay colonias hembra y colonias macho), algo muy raro en los corales. No son significantes para el desarrollo de los arrecifes ya que crean poca estructura calcárea y no se reproducen sobre sus viejos esqueletos. Cabe citar que los pólipos de E. Glabrescens son de los más grandes entre todos los corales existentes, pues cada uno de los pólipos puede llegar a los cuatro o cinco centímetros de diámetro.
Su estructura calcárea tiene forma de árbol, de las zonas terminales de la cual (discos) emergen los pólipos, largos, de forma circular y con colores muy variables segun el tipo de iluminación y el estado de salud de la colonia. En el centro de cada disco se encuentra la abertura bucal que les sirve para captar presas externas que complementan su dieta. Presentan dos tipos de tentáculos: Los normales, que tienen unos cinco milímetros de diámetro y unos seis centímetros de largo, que contienen las algas Zooxantelas encargadas de realizar la fotosíntesis, y los Barredores, que pueden medir treinta centímetros de largo y algo menos de un milímetro de diámetro, que son de color marrón grisáceo y que contienen los Nematocistos venenosos con los que capturan las pequeñas presas que complementan su alimentación, siendo además muy eficaces a la hora de mantener a raya a otros corales para mantener su espacio vital y para defenderse de sus depredadores. Los tentáculos barredores sólo los sacan durante la noche, siendo muy difícil verlos a simple vista. Los colores que presentan pueden variar bastante, pero suelen presentar las puntas de los tentáculos normales de color verde eléctrico o turquesa muy brillante, con la zona inferior de color marrón y los tentáculos barredores de color grisáceo. Aunque tienen sexos separados no presentan ningun dimorfismo sexual entre colonias macho y hembra. Pueden medir hasta 30 cm de diámetro y vivir más de 4 años.
No es nada recomendable albergar a estos corales en tanques demasiado pequeños ya que alcanzan un tamaño muy considerable. Acuarios de 200 litros como mínimo es suficiente para una sola colonia. Al contrario que muchos corales duros, las Euphyllias no aprecian corrientes muy intensas (que dificultan la extensión de los tentáculos) ni las luces demasiado fuertes (la colonia se decolora llegando incluso a quemarse), por lo que su posición ideal es un sitio lo más profundo posible (por ejemplo, en el mismo sustrato) y lejos de las corrientes fuertes (bajo las salidas de los filtros o bombas de agua). Debido a que forman estructuras calcáreas es necesario que el nivel de calcio esté siempre sobre 400 ppm para evitar deficiencias, visibles especialmente en la fractura del esqueleto o en su blanqueamiento. No son demasiado exigentes con los compuestos nitrogenados (50 ppm de nitrato y menos de 1 ppm de nitrito y amoniaco), la densidad debe estar entre 1.022 y 1.028 y la temperatura entre 22 y 28 ºC. No soportan muy bien variaciones bruscas de los parámetros acuáticos ni las temperaturas superiores a las citadas, que provocan en blanqueamiento y la posterior muerte de las colonias coralinas. Es imprescindible no exponer las colonias de Euphyllias al aire libre en ningun momento con los tentáculos extendidos para evitar que queden burbujas de aire atrapadas en los pólipos. Estas burbujas son una de las principales causas de la enfermedad de la mancha marrón (más conocida como brown jelly o gelatina marrón), causada por un Protozoo que ataca los tejidos blandos de las colonias de Euphyllias y los devora. El síntoma evidente de la presencia del patógeno consiste en la aparición de masas gelatinosas de color marrón pardusco sobre los pólipos, que son en realidad amontonamientos de Protozoos que devoran los tejidos blandos. En muchos casos las piezas afectadas son consumidas en cuestión de horas (segun el tamaño de las mismas) si no se pone remedio immediatamente. El tratamiento más eficaz consiste en sacar con mucho cuidado las masas marrones mediante un sifón, evitando dispersarlas por el acuario, algo que propicia que invadan otras colonias sanas. Niveles de nitrógeno demasiado altos, inestabilidad prolongada en el agua y variaciones bruscas de sus valores propician la infección de estos patogenos.
Como el resto de Corales, las Euphyllias dependen casi totalmente de las algas Zooxantelas presentes en sus tejidos blandos para alimentarse. Estas algas producen azúcares y carbono (que posteriormente es convertido en carbonato cálcico para matener el esqueleto arbóreo) usando nitrógeno y fósforo que absorben del agua. Esta función les da hasta el 90 % de los nutrientes totales que requieren. No obstante, tambien requieren de algunas presas externas que capturan con sus barredores (principalmente plancton), perfectamente sustituibles por presas congeladas (Artemias, Mysis, Krill y demás) o por alimentos microscópicos específicos para corales y que se encuentran en cualquier comercio especializado en acuariofilia marina. Cabe decir que pueden pasar sin ningun problema sólo mediante la fotosíntesis de las Zooxantelas, aunque nunca está demás añadir estos suplementos extras para obtener colonias más vigorosas, sanas y resistentes a los problemas infecciosos. Jamás se debe sobrealimentar a estos corales con presas externas para evitar, a la larga, trastornos graves.
Se trata de corales casi idénticos a las Anémonas, por lo que hay que tomar ciertas precauciones a la hora de instalarlos en un acuario, especialmente si se mantienen otros corales. La toxina que producen los Nematocistos de los barredores es una letal arma capaz de exterminar a muchas especies de corales (especialmente blandos), como Xenias, Sinularias, Zoanthus, Parazoanthus y demás. Tambien las Esponjas pueden ser afectadas por este veneno, así como ciertas especies de crustáceos, caracoles, anélidos y equinodermos. Peces con pocas defensas cutáneas como los peces Cirujano y, especialmente, los peces Cofre, son muy vulnerables a esta toxina. Sólo se aconseja su asociación con algunos corales duros tambien tóxicos como Acroporas, invertebrados sésiles como Anémonas y peces con gran cantidad de mucus protector (Mandarines, Payasos, Damiselas, ...) siendo en ocasiones usados por los peces Payaso como anémonas simbiontes. Sea cuales sean los tipos de animales con los que convivan es muy recomendable dejar unos 20 cm de distancia entre Euphyllias y otros invertebrados immóviles para evitar problemas.
En la naturaleza se reproducen o bien mediante huevos y esperma producidos por colonias hembra y macho respectivamente, que son dispersados y mezclados en el agua, o por fragmentación de la colonia. Los huevos fecundados ascienden a la superficie para incubarse, permaneciendo durante una semana mediante la cual son profusamente devorados por peces, aves y reptiles como las Tortugas marinas. Las larvas se mezclan con el plancton superficial durante otra semana hasta bajar a las zonas más profundas y fijarse a un sustrato, comenzando ya la fase coralina propiamente dicha en la que se forman las estructuras calcáreas. Por fragmentación de la colonia se da cuando un trozo de colonia o algun brazo de calcio (siempre que lleve algunos pólipos) se desprende del coral madre y se aleja por las corrientes hasta asentarse en otro sitio, formando una nueva colonia independiente. En acuarios es extensamente practicado el esquejado, que consiste en cortar una rama de calcio con algunos pólipos y fijarla en otro lugar, siempre teniendo la precaución de no sacar al coral del agua para evitar problemas. Haciendo esto se consiguen nuevas colonias a gran velocidad siempre que las condiciones acuaticas permitan su crecimiento normal.
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