miércoles, 15 de mayo de 2013

Lepomis Gibbosus - Perca sol

Perteneciente a la famíla de los centráquidos, que agrupa peces mundialmente conocidos como la Perca Americana (vulgarmente llamada Black Bass), la Perca sol es un pez de tamaño considerable que se encuentra en cualquier sistema acuático de agua dulce (excepto en ríos, pues no le gustan las corrientes), dónde vive tranquilamente, sóla o acompañada de otros ejemplares, entre las sinuosidades del fondo, plantas, troncos y rocas grandes. Originarias de América del norte (en el área comprendida entre Nuevo Brunswick y Carolina del Sur), se encuentran en la actualidad asilvestradas y perfectamente aclimatadas en casi todo el mundo debido a su extraordinaria capacidad de adaptación y a su resistencia a la contaminación moderada, dándose en cursos continentales en los que apenas habitan otras especies. En España fueron introducidas por primera vez en el Lago de Banyoles (1910 - 1913) y en la cuenca del Guadiana hacia finales de los años 70. Actualmente se encuentra en toda la península y está causando graves e irreversibles daños a muchos de los animales autóctonos de nuestro país principalmente porque se alimenta de huevos y alevines de otras especies, larvas de insecto e incluso de anfibios, y se ha prohibido su importación, posesión y venta.


A pesar de su peligrosidad para la estabilidad del medio acuático, ante todo se trata de peces de gran belleza, cuyos colores hacen pensar que se trata de peces tropicales, no de peces de aguas frescas. Su líbrea está compuesta por una mezcla entre manchas de color amarillo - naranja y azul claro, convirtiéndose en franjas horizontales en la zona de la cara. Esta líbrea se extiende hasta el pedúnculo caudal. Las aletas son poco vistosas, y sólo las ventrales y la anal poseen un leve color amarillo brillante. El nombre científico "Gibbosus" les viene de la joroba más o menos visible que desarrollan con la edad justo detrás de la cabeza. Hay que prestar atención a su aleta dorsal, pues casi la mitad de los radios terminan en fuertes y rígidas espinas que, además de servirles para luchar durante la época de reproducción, también les valen para sofocar o pinchar a sus depredadores (incluso las manos del acuariófilo pueden sufrir daños si no se maneja con cuidado a estos peces). El nombre común le viene de la mota negro - azulada de sus opérculos y que está bordeada por un círculo amarillo (hembras) o rojo (machos). Su tamaño normal suele ser de unos 30  - 35 cm, aunque en la mayoría de aguas de las que no son nativas no sobrepasan nunca los 10, principalmente debido a que las condiciones climáticas y la disponibilidad de presas no se lo permiten, aunque se ha encontrado algún adulto de más de 30 cm en alguna ocasión en aguas Españolas. Viven aproximadamente unos 15 - 20 años en un acuario.
Pueden mantenerse sin problemas en acuarios y estanques de tamaño medio, adaptándose mejor a estos últimos debido a la ausencia de movimiento en el agua. El acuario ideal para las Percas sol debe tener un volumen mínimo de 100 litros, y debe estar profusamente decorado con todo tipo de adornos (plantas, rocas, troncos, cáscaras de coco, ... Les da igual, mientras puedan esconderse), una capa de 4 cm de sustrato oscuro y de grano fino para que excaven y con un sistema de filtración eficaz pero que no produzca corrientes excesivas que las estresan enormemente. Las plantas son muy beneficiosas para estos peces, aunque duante la época de reproducción desplantan algunas al excavar nidos en el sustrato, siendo mejor poner plantas flotantes (que les dan seguridad) o sin enraizar (Anubias, Microsorum Pteropus, Musgos, etc...). Los cambios parciales de agua, así como el mantenimiento de sus parámetros en buenos niveles y lo más estables posible, son indispensables para que se mantengan sanas. Toleran concentraciones sorprendentemente elevadas de nitrógeno (hasta 500 de nitrato y  50 de nitrito y amoniaco), aunque es mejor mantenerlo a 0 para evitar que caigan enfermas o mueran prematuramente. La calidad del agua no reviste gran importancia: Cualquier tipo de agua es bienvenida (pH entre 4,5 y 9,5 y dureza entre 1 y 50 ºdGH), y no le importa demasiado la temperatura de la misma (puede estar entre 10 y 40 ºdGH, llegando a sobrevivir en aguas cubiertas de hielo durante meses). El contenido de oxígeno que necesitan tampoco es muy elevado (bastan unos 0,5 - 1,5 g/L).
En lo que a la alimentación se refiere, se trata de peces más carnívoros que hervívoros, al igual que el resto de peces de la familia, aunque no desechan ninguna sustancia comestible que se tenga la voluntad de darles. Si se capturan de un río deben ser ejemplares lo más jóvenes posible para que se adapten mejor, pues los adultos con frecuencia pasan tiempo sin comer hasta recuperarse del trauma. Una vez aclimatados al acuario aceptan escamas, gránulos, congelado, vivo y liofilizado, mostrando un especial interés por los pececillos y las larvas de insecto. Un aporte vegetal una o dos veces a la semana ayuda a que no se coman las plantas acuáticas, algo que hacen si no reciben ningún aporte vegetal.
Su comportamiento social se asimila mucho al de algunas especies de cílclidos, mostrando dos comportamientos distintos a lo largo de su vida y cuya aparición coincide con la estación reproductora. Así, mientras que fuera de ella se mantienen tranquilas, pacíficas e indiferentes hacia otros peces, al empezar la época de cría cambian radicalmente, volviéndose muy agresivas y territoriales y atacando a todos los peces con los que conviven, llegando en algunos casos a matar para preservar su zona de nidificación. Pueden ser asociadas con la mayoría de especies de agua dulce, excepto con las excesivamente pequeñas a las que acabaría devorando. Tampoco es muy recomendable introducir una pareja en un acuario comunitario, pues se corre el mismo riesgo que con la mayoría de cíclidos: Que les dé por criar y acaben con toda la población rápidamente, siendo mejor para estos casos un acuario específico. Especies como Kois, Bagres, Carpas Amur y las distintas variedades de Goldfish son especies muy adecuadas para convivir con una Perca Sol. La convivencia entre machos no está exenta de agresividad, y aún fuera de la época de cría puede darse algún pequeño enfrentamiento por el dominio que en casos raros desemboca en peleas. También puede hacer esto frente a otras especies, pero sólo para intimidar. No hay que alarmarse, pues únicamente se vuelven agresivas durante la época de cría, siendo muy pacíficas el resto del tiempo.
Su reproducción es totalmente viable en un acuario siempre que se satisfazcan unas mínimas condiciones. Se parte del mantenimiento de los adultos en aguas frías (con temperaturas cercanas a los 10 ºC) durante 4 - 6 meses, para luego aumentarla lentamente hasta 20. No es necesario modificar el resto de parámetros (dureza, pH, ...). Una vez la temperatura llegue al nivel adecuado se debe alimentar a los adultos con abundantes presas vivas para estimular la freza. Llegado el momento, los machos cambian radicalmente su coloración, cambiando el color amarillento del cuerpo por el rojo intenso y mostrando un color rojizo en las aletas, señal clara de que están listos para el desove. Si se cuenta con algún inquilino que no sea una hembra (incluso otros machos) es necesario sacarlo lo antes posible para evitar que los machos los ataquen deliberadame entre ellos o maten a otras especies. La señal clara de que las hembras están listas para la puesta consiste en un abultamiento del vientre y una acentuación de su color amarillo. El macho atrae a una de ellas hasta el nido que previamente ha escarbado en el sustrato y la estimula para que ponga los huevos, cuyo número puede variar en función de la salud de la hembra, siendo el número normal entrre 500 y 50000.
Los huevos son incubados y custodiados por el macho, que espanta y ataca a cualquier intruso que se acerque demasiado a ellos, mientras que las hembras pueden permanecer con él todo el tiempo (de hecho es necesario que estén en el mismo lugar que el macho para eviar que éste se sienta desprotegido y que, al mismo tiempo, las hembras puedan avisarlo si algo va mal). Los huevos eclosionan al cabo de 1 o 2 días, y las pequeñas larvas son custodiadas con ahínco por el macho, que se encarga de protegerlas y vigilarlas mientras aún tienen saco vitelino. Los alevines crecen muy rápido, y al cabo de una semana de su nacimiento pueden ser alimentadas con la comida de los adultos finamente triturada. Es muy recomendable separar a las  crías de los adultos para evitar canibalismo. Como curiosidad comentar que los machos de Perca Sol tienen una marcada tendencia a la poligámia, llegando a incubar en el mismo nido las puestas de hasta 10 hembras con las que se han apareado previamente. Esta forma de actuar es un mecanismo que evita una amplia red de nidos distribuida por una gran zona de agua, en cuyo caso serían vulnerable a ciertas criaturas comedoras de huevos (cangrejos de río, principalmente).




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