viernes, 28 de marzo de 2014

Viriosis septicémica del Goldfish

Una de las razones de que los Goldfish sean tan populares como peces ornamentales es su adaptabilidad y resistencia a las más variadas condiciones ambientales sobreviviendo incluso en aguas en las que otros peces morirían muy rápidamente. Se adaptan a todo tipo de hábitats y condiciones de mantenimiento y toleran desviaciones bastante considerables de las condiciones acuáticas así como niveles de contaminación orgánica realmente altos. La alta resistencia que presentan a las enfermedades hace tambien que sean muy mantenidos. No obstante, como todos los peces, los Goldfish acaban resintiéndose en condiciones demasiado precarias de mantenimiento, lo que hace que sean el blanco principal y predilecto de muchos tipos de bacterias, protozoos y otros parásitos causantes de enfermedades. A pesar de que, en los acuarios, la enfermedad más común que sufren es el punto blanco, en un estanque exterior pueden sobrevenir enfermedades víricas muy graves y nefastas para estos coloridos peces. Una de estas enfermedades es la viriosis septicémica, un virus de comportamiento estacional que infecta a todas las variedades de Goldfish siendo las de cuerpo redondeado (Oranda, Escama de perla, Telescópico, Ranchu, ...) las más afectadas. En otros casos se ha podido observar en otras especies de ciprínidos mantenidas en estanques como los Kois, las carpas hervívoras, los Bagres e incluso los Neones chinos, aunque es en los Goldfish donde es más grave y letal. En este artículo voy a explicar qué la provoca, que síntomas presenta, cómo tratarla y cómo prevenirla.
Goldfish Fantail afectado por la viriosis septicémica. Nótense las venas rojizas
en las aletas, síntoma típico de esta enfermedad.
Esta enfermedad de origen viral está causada por un virus estacional immunodeficiente que infecta a los Goldfish a través del tracto bucal, por heridas en la piel o por contacto con animales portadores o enfermos. Cabe destacar que, en acuarios mantenidos en el interior de las viviendas, este problema es más bien poco frecuente dándose sólo en caso de que un pez enfermo o portador entre en el acuario. La razón de esto es que los organismos encargados de transmitir el virus (las aves y los insectos) no pueden acercarse fácilmente al agua, pero en estanques exteriores es desgraciadamente frecuente al estar los alrededores rodeados de estos animales. Tanto los insectos como las aves transmiten el virus entre estanques al posarse en aguas distintas (los Mosquitos, que ponen sus huevos en el agua, son los más importantes para la transmisión de este patógeno), al defecar, beber e incluso haciendo caigan gotas de agua contaminada (una sola de ellas es capaz de envenenar un estanque de dimensiones considerables). Este patógeno permanece latente durante la estación fría del año y empieza a reproducirse cuando la temperatura del agua alcanza los 18 ºC coincidiendo con el inicio de la época de freza. Es muy similar a la Viremia de primavera, otro virus estacional que sólo infecta a las carpas comunes y los Kois y que es bastante más mortífera presentando síntomas parecidos. Cabe decir que, como todo virus immunodeficiente, el responsable de la viriosis del Goldfish puede permanecer en estado latente en el interior del cuerpo del pez durante más o menos tiempo hasta que empieza a reproducirse y a mostrar sus primeros síntomas. Una vez se declara la enfermedad, esta progresa lentamente hasta terminar con la vida de los peces afectados sea cual sea la circunstancia de mantenimiento o la temperatura del agua, por lo que se pueden ver peces sobreviviendo durante el invierno con los síntomas de este problema.
 Este Cola de abanico presenta multitudes ronchas rojizas por todo el cuerpo
y las aletas, otro síntoma típico de esta enfermedad.
En algunos casos el proceso de infección ocurre con rapidez apareciendo los síntomas en poco tiempo mientras que en otros casos estos aparecen más tarde dependiendo del estado de salud del pez infectado. Inicialmente los síntomas consisten en la ausencia o en la pérdida gradual y total del apetito seguidos de un aletargamiento progresivo caracterizado porque el pez enfermo permanece en el sustrato totalmente quieto y sin apenas moverse del sitio. Tambien mantienen las aletas retraídas y la respiración errática y acelerada así como espasmos y tembleques que se localizan inicialmente en las aletas anales, ventrales y en la dorsal y que, seguidamente, se extienden por todo el cuerpo. Los peces afectados se arquean y desarrollan venas rojas en todas las aletas seguidas de irritaciones irregulares y rojizas localizadas bajo la dermis. Estas irritaciones se extienden más tarde hasta la base de las aletas y en la zona bucal. Es característica tambien la presencia de hidropesía (erizamiento de las escamas debido a la acumulación de líquido en la cavidad corporal) y la hinchazón excesiva del vientre. Con el tiempo los peces enfermos adelgazan y pierden peso siendo atacados finalmente por todo tipo de parásitos como el causante de la enfermedad del punto blanco y el responsable de la enfermedad del terciopelo o Oodinosis. Es muy corriente que aparezcan infecciones oportunistas como la podridura de aleta, la Micosis y el manchado negro en el cuerpo. La evolución de la enfermedad es más o menos lenta, pero en casi todos los casos termina sucediéndose la muerte del pez afectado por shock séptico y fallo orgánico múltiple. Si se abre a los peces muertos se puede ver que la mayoría de sus órganos internos están enrojecidos y podridos y que se han desarrollado múltiplies ulceraciones internas graves.
Este ojos de burbuja presenta síntomas de hidropesía característicos de la
viriosis septicémica.
A pesar de que se ha estudiado bastante sobre el ciclo de vida de este patógeno y sobre sus debilidades el tratamiento curativo es todavía inexistente debido a que los peces afectados se debilitan con tanta rapidez que no llegan a tolerar la medicación externa durante mucho tiempo. Además, los síntomas suelen ser confundidos con los de otras enfermedades, algo que dificulta aun más la selección del tratamiento a realizar. Sólo cuando la enfermedad está en sus primeras fases es susceptible de ser tratada; Para ello es indispensable trasladar a los animales infectados a un acuario hospital. Se puede tratar con diversos productos siguiendo arrajatabla las indicaciones del fabricante, pero lo que suele dar a veces resultados son los baños reiterados en permanganato de potasio durante tres minutos una vez al día hasta que se note una cierta mejoría en el pez. Dado que la curación total es prácticamente imposible, lo único que se puede hacer es prevenir. Para ello se pueden hacer varias cosas: Tapar el estanque para impedir el acceso de insectos y aves al agua, mantener el agua siempre en condiciones óptimas, alimentar a los peces con comida de calidad o con alimentos vivos (cuidado especialmente con los Tubifex ya que suelen transmitir enfermedades graves) y ofrecerles un buen aporte vegetal en la dieta, pero lo más recomendable es realizar siempre una rigurosa cuarentena a todos los peces que se quieran añadir al estanque ya que este virus es tremendamente contagioso. La cuarentena debe durar más o menos un mes y el pez debe alimentarse de forma normal. Si se diese la muerte de todos los peces del estanque es mejor vaciarlo y desinfectarlo entero ya que el virus puede permanecer latente en el agua durante mucho tiempo, por lo que a diferencia del Ich (punto blanco) este virus no muere si no consigue ningun huésped en poco tiempo. La subida de la temperatura del agua hasta 35 ºC parece ser tambien eficaz ya que destruye el envoltorio proteico del virus y lo inactiva, pero esta solución suele ser bastante cara. Un aumento del pH tiene tambien un efecto parecido aunque lo más costoso es devolver al agua su pH normal. 
Ejemplar de Telescopio afectado por podridura de aleta, una enfermedad
oportunista asociada a la viriosis septicémica.
En conclusión: Este virus es muy nocivo y nefasto para los Goldfish, los cuales sucumben más o menos rápido a sus ataques sin que exista ningun tratamiento eficaz. Como el cuadro de síntomas es muy variado los peces sufren mucho, por lo que no conviene arriesgarse a perder a muchos ejemplares siendo lo mejor encuarentenar a los recién adquiridos. En algunos casos los peces no muestran ningun tipo de mejora por muchos tratamientos que se les dé, por lo que en estos casos es mejor sacrificarlos para evitar un sufrimiento innecesario. Merece la pena mencionar que todo aquello que haya podido estar en contacto con un pez enfermo o con el agua del estanque (filtros, calentadores, sustratos, plantas y adornos distintos incluidos) deben ser cuidadosamente desinfectados antes de volverse a usar para evitar el retorno del virus al agua.


 

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