domingo, 25 de agosto de 2013

Cabomba Furcata - Cabomba roja

Las Cabombas son plantas oriundas de la cuenca del Amazonas, donde viven en zonas muy iluminadas y poco profundas al abrigo de las corrientes principales de los ríos. Tambien se dan con profusión en las charcas, lagos y pantanos de la misma cuenca, donde encuentran las condiciones más idoneas para su crecimiento vertiginoso. Suelen formar grupos muy densos (a veces de varios centenares de tallos) creando densas praderas subacuáticas. La C. Furcata es de las más llamativas, y es muy buscada por muchos aficionados a pesar de que su cultivo artificial no resulta nada sencillo.

Es una planta de tallo típica que comparte, con el resto de plantas del género, la presencia de una corona de hojas terminal con aspecto de flor. El tallo tiene unos tres o cuatro milímetros de diámetro y puede alcanzar hasta un metro de largo, disponiendo de numerosos nudos de los que nacen las hojas, folioladas, finísimas y muy numerosas, dispuestas en verticilos. Produce unas llamativas flores violetas parecidas a las margaritas, solitarias, hexapétalas y que disponen de seis estambres y tres pistilos en la zona central. Las flores salen fuera del agua y atraen a algunos insectos como los escarabajos y las moscas de la fruta. Las raíces son muy finas, de color blanco y bastante largas, anclándose sólidamente al sustrato. La caracteristica más llamativa de esta planta es el vistoso colorido del tallo y las hojas, que puede variar desde el verde oliva hasta el escarlata brillante dependiendo de la intensidad lumínica que recibe. La extrema fragilidad del tallo y las hojas es un rasgo bastante distintivo. Al igual que otras plantas acuáticas, esta especie (y las demás del género) cierra las hojas durante las horas de oscuridad.

Para muchos es la planta de agua dulce que más problemas de cultivo presenta, siendo principalmente debido a las condiciones que requiere y a su sensibilidad a las variaciones bruscas de las condiciones del agua. No obstante, si se le dan todos los requisitos necesarios, su crecimiento es muy rápido, llegando a convertirse en una planta invasiva que hay que podar regularmente. Debe posicionarse en la zona posterior del acuario o en la zona más iluminada del mismo, pudiendo servir como sombrilla a otras plantas menos necesitadas de luz. Es muy exigente con la iluminación, debiendo mantenerse siempre bajo 1 watio por litro o más, lo que ayuda a mantener su color rojo o escarlata bien brillante. Debido a esta enorme necesidad lumínica se puede cultivar en estanques al aire libre situada a pleno sol en la zona menos profunda del mismo, pero sólo en zonas donde la temperatura del agua no baje por debajo de 22 ºC. Si la luz es insuficiente el color rojo es sustituido por el verde oliva, su crecimiento se ralentiza y se vuelve mucho más frágil. Necesita una temperatura más o menos constante entre 22 y 28 ºC, muriendo irremediablemente fuera de este intervalo. El agua debe ser blanda y ácida (dureza entre 0 y 10 ºdGH y pH entre 5 y 7). En aguas demasiado alcalinas o duras sus hojas amarillean y termina muriendo. Es indispensable la difusión de CO2 en el agua, así como el abonado semanal con un producto líquido específico para plantas acuáticas. Es tambien necesario que el sustrato esté muy enriquecido. Sólo si se presentan todas las condiciones anteriormente citadas se asegura su crecimiento normal, algo que muy pocos aficionados logran conseguir.
Esta planta se adapta bien a cualquier acuario que disponga de aguas blandas y ácidas (principalmente Amazónicos y Asiáticos), pudiendo substituir a las plantas flotantes al sombrear muy bien casi la totalidad del acuario, lo que biene muy bien para plantas como el Helecho de Java o las Anubias. La densa maraña que forman los tallos agrupados sirve de escondite para los alevines de muchos peces y como soporte de puesta para muchos otros que dispersan los huevos en el agua y se desentienden de ellos. No obstante, presenta el grave defecto de ser muy frágil, lo que hace las delicias de muchos peces hervívoros y, especialmente, de los caracoles, que acaban rápidamente con ella. Tampoco es aconsejable su mantenimiento con peces que excaven en el sustrato ya que pueden dañar sus raíces.
La forma menos complicada de propagar esta planta consiste en el esquejado. Para ello hay que cortar un tallo de uno 10 centímetros, eliminar las hojas inferiores y enterrarlo en el sustrato. En pocos días hecha raíces y se crea una nueva planta. Se presta también a la multiplicación mediante semillas que se sacan de los frutos florales y se entierran en el mismo sustrato hasta que germinen. Sin embargo, para practicar cualquiera de los dos métodos es necesario que se cumplan todos los requisitos óptimos para que la planta pueda desarrollarse correctamente. Hay que tener mucho cuidado en el caso del esquejado al manipular la planta ya que se rompe con mucha facilidad.


1 comentario:

  1. Excelente información...ahora se la manera adecuada de abonar mi acuario

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