lunes, 3 de junio de 2013

Exos Lucius - Lucio

El Lucio es el miembro más grande de la familia de los Esócidos, peces estrictamente dulceacuículas que habitan en aguas nada o muy poco movidas, turbias, con poca luz y bien provistas de plantas acuáticas, troncos, piedras y otras estructuras que les proporcionen escondites y abundantes lugares para practicar su especialidad: Emboscar a sus presas potenciales. Se trata de peces de gran tamaño que viven en solitario en torno a un territorio estrictamente delimitado al que sólo se permite el acceso a otros Lucios durante la época de freza. Originarios de América del norte (concretamente del norte de los EEUU y Canadá), se instalaron intencionadamente, para la pesca deportiva, en todo el continente Europeo, dándose en la Península Ibérica (Excepto en Galícia) y en las zonas céntricas y sureñas del resto de Europa. Debido a su voracidad y a su insaciable apetito se han convertido en una gran amenaza para la preservación de la faun autóctona de los lugares donde han sido introducidos.


Muchos los describen como auténticos cocdrilos subacuáticos debido a su particular forma física. Su cuerpo, alargado y cilíndrico, sostiene unas aletas muy pequeñas, rígidas y con músculos débiles en su base, lo que demuestra que se pasan todo el día escondidos, apenas sin moverse, en sus encueves. Sin embargo, en los momentos adecuados, son capaces de realizar rapidísimos movimientos, no pudiendo mantener la máxima velocidad durante no más de 10 segundos, pues se cansan rápidamente. Su boca es enorme, con el labio inferior mucho más largo que el superior, protáctil y está provista de punzantes dientes, aserrados y con forma de anzuelo curvado hacia adentro que se distribuyen desde los labios hasta la garganta, incluyendo la lengua, el paladar y la laringe, lo que hace que cualquier presa que caiga en ella no tenga ninguna posibilidad de escapar. Las manos del acuariófilo imprudente pueden ser igualmente mordidas por estas fauces, causando dolorosas y grandes heridas, por lo que hay que tener mucho cuidado cuando se les maneja. Sus ojos son de mediano tamaño y no tienen una visión muy buena, gozando, en cambio, de un agudísimo sentido del olfato para detectar la más mínima vibración en sus proximidades. Su coloración se mimetiza perfectamente con los fondos en los que viven, y consiste en una base de color verde marronoso con pequeñas motas y cortas franjas horizontales de color amarillo claro que se extienden desde la cabeza hasta el pedúnculo caudal, teniendo la zona ventral blanca. Todas las aletas lucen una base de color café claro con franjas y motas marrones. El dimorfismo sexual queda patente por el tamaño: Las hembras son mucho más grandes que los machos (llegando a doblar el tamaño de estos) y son más agresivas. Se han llegado a pescar ejemplares de hasta 4 metros de largo y 25 kg de peso (en aguas muy profundas), aunque en estanques muy grandes no suelen sobrepasar los 2 metros. Mantenidos en buenas condiciones llegan a vivir hasta 25 años.
Los ejemplares muy jóvenes pueden ser mantenidos en acuarios muy grandes (de unos 1000 litros) hasta que alcanzan 30 cm de longotud, siendo necesario trasladarlos a estanques de gran tamaño y bastante profundos (unos 2 - 3 metros) para que sigan desarrollándose. Debido a que son malos nadadores y se cansan rápidamente con esfuerzos prolongados es imprescindible que haya muy poco movimiento en el agua (corrientes y turbulencias demasiado fuertes los estresan mucho), aunque no les molesta un potente aireador de fondo que enriquezca el agua con oxígeno. Necesitan abundantes escondites de su tamaño a base de rocas, troncos, plantas y similares para resguardarse y emboscar a sus presas, así como una luz muy ténue y un sustrato fino y muy oscuro para que se mimeticen. No les gustan las aguas cristalinas, algo que se puede suplir colocando troncos naturales (a la venta en cualquier comercio especializado) o, simplemente, dejar que crezcan las algas verdes para que no se sientan permanentemente observados. No son nada exigentes con la composición y la calidad del agua: El pH puede estar entre 6,5 y 8, la dureza entre 10 y 30 ºdGH y la temperatura entre 18 y 40 ºC, no gustándoles las aguas excesivamente frías (por debajo de 15 ºC enferman fácilmente y mueren). Pueden soportar contaminaciones considerables (hasta 300 ppm de nitrato y 20 de nitrito y amonio), si bien conviene mantener el agua lo más limpia posible para evitar problemas graves de salud, sifoneando frecuentemente el fondo del estanque con un fuerte aspirador y filtrando eficazmente el agua, pues además producen muchísimos desechos. Raramente son afectados por los parásitos más comunes en los peces ornamentales corrientes, aunque pueden contraer punto blanco, Oodinium y podridura de aleta en presencia de altas concentraciones de compuestos nitrogenados o a temperaturas excesivamente bajas.
No presentan muchos problemas para alimentarse en cautividad, e incluso los adultos suelen acabar comiendo alimentos inertes tras un periodo de aclimatación más o menos largo. Tanto si se trata de ejemplares jóvenes como adultos es imprescindible que durante los primeros días de cautiverio cuenten con abundantes presas vivas para vencer su timidez (peces del tamaño de su boca principalmente). Más tarde se puede usar ya pescado congelado y, tiempo después, intentarlo con gránulos o pastillas de gran tamaño. Necesitan muchísimo alimento, y a diferencia de otros peces, es recomendable alimentarlos sólo una vez a la semana con gran cantidad de alimento ya que apenas se mueven, siendo el proceso digestivo muy lento. Si se les sobrealimenta son proclives a contraer enfermedades bastante graves. Es muy normal que dejen de comer si no les gustan las condiciones de su hábitat (agua demasiado clara, luz muy intensa, fuertes corrientes, compañeros de estanque agresivos, etc...), pudiendo morir si la situación se prolonga demasiado.
A pesar de su temible aspecto y a su voracidad son, en realidad, muy tranquilos y pacíficos con cualquier pez que tenga su mismo tamaño, si bien pueden mostrarse algo agresivos con estos mismos peces si se acercan demasiado a su refugio, espantándolos e intimidándolos pero en ningun caso sin llegar a morderlos o herirlos. Cualquier pez que pueda entrar por su gigantesca boca es devorado rápidamente, así como cualquier reptil, anfibio, ave o roedor que se pose en la superfície o caiga al agua accidentalmente. Las relaciones entre ellos son nefastas, y no se toleran entre ellos (ni si quiera aunque sean de sexo opuesto) a menos que estén en época de freza, peleándose brutalmente hasta la muerte, por lo que nunca hay que mantener a más de un Lucio en el mismo estanque a menos que este sea de grandes dimensiones. La razón de ello recae en que, en la naturaleza, cada individuo se agencia de varios metros cuadrados de territorio para vivir, siendo un estanque el espacio justo para un solo pez. Pueden ser asociados con otras especies muy grandes como Siluros, Kois, Carpas herbívoras y algunos peces muy pequeños como Gambusias o Neones Chinos, pues es muy raro que devoren a peces excesivamente más pequeños que ellos.
Debido al immenso espacio que se necesita para conseguir que dos Lucios adultos no se maten resulta imposible su reproducción natural en estanques. Sin embargo, el desove manual es el método más usado con estos peces, y es fácil de realizar incluso por personas sin mucha experiencia (aunque para peces demasiado grandes es necesario que se ayuden entre dos o tres personas para manejarlos). Una hembra adulta en buen estado de salud puede poner hasta 700000 huevos, que hay que fertilizar seguidamente con el esperma del macho y, si se desea, poner los huevos en el estanque ya que es poco probable que los adultos los devoren (conviene, sin embargo, pasarlos a un recipiente a parte para evitar riesgos). Los huevos eclosionan a los dos días, y los alevines se alimentan desde el primer momento con larvas de mosquito pequeñas, Artemia recién eclosionada, Daphnias y Mysis, además de alimento seco pulverizado. Tienen un crecimiento más o menos lento, alcanzando la madurez sexual a los dos años de vida. Cuando miden ya unos 20 cm de largo (momento hasta el que permanecen en grupo para protegerse) hay que separarlos para evitar disputas por el territorio. En la naturaleza se reproducen a principios de primavera, cuando la temperatura del agua supera los 20 ºC (hay que simular frío y después calor para asegurar el éxito del desove manual). Los machos visitan los territorios de varias hembras buscando a una que esté receptiva. Si la encuentran, tras un elaborado baile nupcial y un violento cortejo, la hembra expulsa sus huevos y el macho los fecunda. Tras el desove el macho es expulsado violentamente mientras la hembra se hace cargo en solitario de la puesta hasta que sus crías miden unos 7 cm de longitud, protegiéndolos con ansia de cualquier peligro.


4 comentarios:

  1. k pasa si el enbalse es pequeño y tanbien hay lucio percas ``para sobre vivir´´ o no tendran problemas

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  2. lo digo por k havia lucios y al haver luciopercas no los veo estoy preocupado aver kien m puede ayudar aclararme esto ´´gracias´´

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  3. Cualquier pez que entre en la boca de un Lucio (a menos que sea extremadamente pequeño, como máximo tres o cuatro centímetros) es devorado rápidamente. Las Luciopercas miden más de un metro de largo, por lo que no corren peligro de ser devoradas, pero sí son algo territoriales y puede que se den disputas por el territorio. Se pueden mantener Lucios y Luciopercas en el mismo estanque siempre que éste sea grande y cuente con muchos escondites para evitar peleas por el espacio. :)

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  4. Lucios d cuatro metros? Nunca he visto documentado uno d más d 1'5m

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