martes, 20 de enero de 2015

Alternanthera reineckii - Planta púrpura

Las plantas del género Alternanthera son de las más espectaculares que se pueden encontrar para adornar un acuario e incluso un acuaterrario, donde crecen sin problemas fuera del agua. Varios cultivares, especialmente los del color rosa brillante y rojo intenso, son los que normalmente se usan como plantas ornamentales a pesar de que su cultivo sumergido no resulta nada sencillo por las condiciones específicas que requieren. Se trata de plantas pertenecientes a la familia de las Amarantáceas (a la que pertenecen varios hierbajos de los campos de cultivo habituales) y proceden de América del sur. donde viven en aguas quietas, muy cristalinas y fuertemente iluminadas.

Se trata de hierbas perennes sin reposo anual que crecen constantemente y principalmente en vertical, adquiriendo distintas formas según cómo se pode y la situación de la fuente de luz. Presentan un tallo cilíndrico de unos 3 - 4 milímetros de diámetro y sin lignificar con hojas opuestas, elípticas, lanceloadas y bastante frágiles, sin pilosidades y con la nerviación bien marcada. Las raíces, que surgen de la zona inferior de cada hoja, son largas, de menos de medio milímetro de diámetro, de color blanco intenso y son muy vulnerables a la manipulación, pero se regeneran y alargan con suma facilidad. Produce, durante todo el año, pequeñas inflorescencias axilares plumosas con varias flores muy pequeñas e insignificantes de color blanco y pueden producirse tanto dentro como fuera del agua. El color que adquiere esta planta depende en gran medida de la cantidad y calidad de la luz que reciba, aunque originalmente tienen el tallo de color marrón cobrizo y las hojas de color verde intermedio. El cultivar "Roseifolia", el más usado para adornar acuarios, se distingue por presentar un color rosa eléctrico muy espectacular en el tallo y el reverso de las hojas, siendo el anverso de color marrón rojizo. Cuanto más intensa sea la iluminación, más brillante e intenso será este color rosado. Si se le dan las condiciones ideales, puede crecer a un ritmo de más de 20 centímetros al mes y alcanzar el metro de altura (aunque existen cultivares que apenas sobrepasan los 10 centímetros).

Se trata de una planta sumamente llamativa que luce espectacularmente con sus tallos y hojas de color rosa brillante, pero no se debe caer en la tentación de adquirirla para un acuario a menos que éste no requiera una serie de condiciones ambientales o no se tenga pensado intentarlo, pues es muy exigente y difícil de cultivar. En primer lugar, la iluminación del acuario debe ser muy potente (mínimo de un watio por litro de agua y de la llamada luz blanca) para permitirle el crecimiento normal. Si la luz no es suficiente o de buena calidad, el primer síntoma se nota en la pérdida de color de las hojas y los tallos, la caída de las hojas y la paralización gradual del crecimiento. Si la situación no se corrige rápidamente, se produce la muerte completa de la planta. En zonas exteriores donde el clima lo permita se puede mantener en estanques al aire libre y a pleno sol siempre que la temperatura del agua no aumente excesivamente. Esta planta no tolera temperaturas inferiores a 22 ºC ni superiores a 26 así como los cambios bruscos de la misma, por lo que conviene mantener el acuario o estanque en un lugar fuera del alcance de fuentes que produzcan dichos desajustes (lejos de radiadores, equipos de aire acondicionado y de un exceso de luz solar). Además, el agua debe ser ácida y blanda (pH menor que 6,5 y dureza menor que 10 ºdGH) ya que de lo contrario toda la planta empezará a amarillear y terminará muriendo. Asimismo, el movimiento excesivo de agua sobre ella, además de quebrar las hojas y los tallos por su fragilidad, hace que se asientes algas filamentosas que terminan asfixiándola, por lo que le convienen zonas totalmente quietas o con movimiento muy débil. Las tasas de nitratos deben ser inferiores a 30 ppm y los nitritos y el amoniaco deben estar ausentes. Un exceso de materias en suspensión en el agua obstruyen los poros de las hojas y las hacen caer, por lo que se impone un filtrado muy minucioso y habitantes que no remuevan el fondo ni produzcan excesivas cantidades de desechos. En último lugar, esta planta es igualmente exigente en el sustrato, que debe ser de grano medio - pequeño, muy poroso y aireado y abundante en materia orgánica. Como sus raíces son tremenedamente frágiles no pueden penetrar en suelos demasiado compactados ni demasiado gruesos, y cantidades demasiado bajas de materia orgánica producen clorosis foliar, por lo que se impone la administración de un abono sólido cerca de sus raíces de forma periódica pero en pocas cantidades. Es igualmente importante la administración de abonos líquidos en el agua para que sus hojas los asimilen. Sinceramente, cultivar esta planta es mucho más sencillo de forma emergida, pues así se conforma con una luz blanca normal y no necesita tantas atenciones en lo que respecta al movimiento a su alrededor, pero sí debe mantenerse la humedad ambiental sobre el 90% ya que de lo contrario se seca fácilmente. Y otro apunte importante: Es indispensable la difusión de CO2 en el agua.

Como es de suponer, el mantener esta planta en un acuario implica que sus habitantes deben ser respetuosos con ella y lo menos sucios posible. Se deben evitar todo tipo de peces que remuevan el fondo, que les guste readornar el acuario o que escarben agujeros (como la mayoría de Cíclidos exceptuando los Escalares, los Discos y el Heros severum) así como peces hervívoros o que produzcan abundantes desechos que aumentan sobremanera la concentración de nitratos del agua (como las Pirañas y otros peces carnívoros de gran tamaño). Tampoco es compatible con los caracoles acuáticos ya que la devoran (exceptuando el caracol manzana y los Planorbis, que pueden ayudar a limpiar la superfície de sus hojas). Los peces de pequeño tamaño y de hábitos gregarios (Tetras, Barbos, ...) son ideales para convivir con esta planta, así como los peces de fondo de pequeño tamaño tales como las Corydoras y los Otocinclus e invertebrados como cangrejos y gambas de agua dulce. Si se desea mantener otras plantas junto a ella es importante que nunca la cubran excesivamente y le roben la luz, por lo que deben ser plantas de crecimiento lento (variedades grandes de Anubias y Helecho de Java) que deben colocarse lejos de ella u otras de pequeño tamaño que salen beneficiadas si se colocan en sus cercanías sobretodo si no les gusta la luz intensa. Si en el acuario o estanque hay plantas flotantes de hábitos invasivos (como la lenteja y el Jacinto de agua) debe evitarse que se expandan sobre esta planta para evitar dejarla sin luz.
A pesar de su difícil cultivo, la propagación de esta planta es muy sencilla y se puede realizar mediante semillas o por esquejes. Las semillas deben sembrarse immediatamente en el mismo sustrato y enterrarlas a poca profundidad. Si la temperatura se mantiene en torno a los 24 - 25 ºC, en cuatro días germinan. El esquejado puede practicarse durante todo el año, y consiste en cortar los últimos diez centímetros de uno de los tallos más largos y, seguidamente, enterrarlo en otro sitio. En pocos días crea raíces que se afianzan al suelo, estableciéndose un nuevo individuo.
Para todos aquellos que gusten de mantener plantas rojas en un acuario o estanque, la especie descrita es muy delicada, por lo que no la recomiendo ni a novatos ni a personas que no quieran dedicarse en cuerpo y alma a mantener el acuario siempre totalmente libre de suciedad (algo muy difícil y engorroso de conseguir). Existen otras especies de plantas rojas mucho menos delicadas y más resistentes que pueden ser mantenidas con éxito en cualquier acuario con la única condición de que se mantenga una iluminación intensa. Entre ellas está la Hygrophila polysperma, muy recomendada para principiantes dada su resistencia y adaptabilidad.






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