El género Myxocyprinus alberga una única especie con dos variantes (la ya mencionada M. asiaticus) y se está convirtiendo en un complemento indispensable para la mayoría de acuarios y estanques de grandes dimensiones. A pesar de que se parecen mucho a los Cobítidos, no tienen nada que ver con éstos, pues pertenecen a la familia de los Ciprínidos (dentro de la que se incluyen peces tan conocidos como los Kois, los Neones Chinos y los Goldfish) y presentan la particularidad de que cada variante habita en un lugar distinto: Mientras la subespecie Sinensis habita en distintos ríos de China, la ssubespecie Asiaticus se dá en los cursos fluviales de Japón. Por lo general habitan aguas bastante movidas y oxigenadas pero también pueden darse en lagos de montaña en los que el agua contenga la cantidad suficiente de oxígeno disuelto. Gregarios en sus fases juveniles, los ejemplares más grandes son solitarios aunque no desdeñan la compañía de sus semejantes en situaciones determinadas.
Se trata de un Ciprínido cuyo cuerpo está expresamente diseñado para mantenerse en contacto permanente con el fondo. El cuerpo, poco comprimido lateralmente en los peces jóvenes y más bien cilíndrico en los más adultos, tiene escamas muy pequeñas y aletas muy rígidas y poco móviles que, ayudadas por sus potentes músculos basales, permiten al pez efectuar desplazamientos rápidos y precisos en aguas movidas. De todas las aletas destaca la dorsal, que en los ejemplares más jóvenes puede llegar a ser tan alta como el propio cuerpo del pez, mientras que en los adultos es más bien corta y poco atractiva. La forma de la aleta dorsal, semejante a la de un Tiburón, les ha valido el nombre común con el que se venden en muchos comercios. La boca es ínfera y está bordeada por labios carnosos, pero a diferencia de los Kois, no tiene barbillones. Los ojos son más bien pequeños en comparación con el tamaño de su cuerpo y la zona ventral está visiblemente aplanada. Este pez presenta la particularidad de mostrar una considerable variedad de líbreas en función de la edad y el estado de ánimo. Los peces jóvenes, cada vez más comunes en los comercios especializados, tienen de tres a cuatro franjas negras salpicadas por pequeñas motas blancas irregularmente distribuidas. Entre estas franjas verticales se intercalan varias rayas blancas. Todas las aletas muestran un fondo blanco alternado con puntos y rayas marrones. A medida que crecen, las rayas negras desaparecen y todo el cuerpo adquiere un color marronoso muy poco atractivo. Los ejemplares adultos que se encuentran estresados cambian el fondo marrón por una tonalidad naranja muy brillante y aparece, bordeando la línea lateral, una gruesa franja de color rojo cereza. Esta coloración de alerta o estrés la mantienen una vez mueren. El dimorfismo sexual, como en el resto de Ciprínidos, queda patente por el abultamiento ventral de las hembras (que se hace más evidente después de la estación fría) y la aparición de tubérculos reproductivos (unos puntitos blancos del tamaño de una cabeza de alfiler) en la zona facial del macho. Pueden medir un metro de longitud y vivir 40 años o más.
Teniendo en cuenta la talla adulta a la que pueden llegar y a su necesidad de espacio para moverse sin limitaciones, se sobreentiende que el acuario necesario para albergar un tiburón de agua fría debe ser muy grande (al menos 1000 litros o más) y largo (al menos dos metros de largo y uno de ancho), pero lo mejor es instalarlos en estanques ya que así se sienten más cómodos. Al ser un pez de fondo, se deberá acondicionar el mismo para que pueda pasar ahí todo el tiempo: Debe tener unos 8 - 10 centímetros de grosor, color oscuro y grano medio - fino y sin aristas ni bordes afilados que puedan dañar su vientre. Aprecian escondites a base de rocas, troncos y plantas, pero es necesario usar plantas de fuerte enraizamiento ya que en su constante deambular por el fondo buscando comida en el mismo puede desenterrarlas, pero al menos no se las come como otros Ciprínidos. Requieren un movimiento más bien intenso y una potente oxigenación en el agua (esto es sumamente importante ya que estos peces son muy sensibles a la falta de oxígeno) y una iluminación tenue o tamizada por plantas flotantes. El pH del agua puede situarse entre 6,5 y 7,5, la temperatura entre 10 y 28 ºC y las tasas de nitrato, nitrito y amoniaco deben mantenerse siempre por debajo de 50, 0 y 0 ppm respectivamente. A pesar de que sobrevive sin problemas en acuarios donde la temperatura sea siempre alta se trata de un pez de climas más bien frescos que requiere de un periodo de reposo invernal en agua fría, algo que alarga su ciclo vital y refuerza su sistema immunitario además de estimular la reproducción, cosa que lo hace ideal para estanques exteriores en zonas templadas donde la temperatura del agua no descienda nunca por debajo de 10 ºC. El mantenimiento constante en aguas cálidas tiene dos efectos: Por un lado acorta la vida del ejemplar (al no tener descanso en invierno) y aumenta la sensibilidad a las enfermedades.
Se trata, como los Goldfish, de peces omnívoros pero que demandan un considerable aporte vegetal en su dieta cotidiana. En caso de no recibir ningún aporte vegetal externo y existir plantas a su abasto, puede saciar su sed de vegetales con ellas, por lo que al menos una toma diaria de alimento debe ser de composición vegetal. El resto de alimentos pueden ser congelados, secos, liofilizados o granulados, pues le gustan todos. Dado que se mantiene siempre en el fondo es mejor usar alimentos que se hundan para que no tenga que subir a buscarlos.
En el plano social se trata de un pez sumamente pacífico que ignora a todos sus compañeros de acuario tengan el tamaño que tengan. Sólo es recomendable no mezclarlo con otros peces de fondo para evitar peleas en las que este Ciprínido tiene las de perder. Tampoco es recomendable la asociación de peces muy adultos con peces demasiado pequeños ya que existe la posibilidad de que puedan comérselos. Se puede mezclar con otras especies de aguas frescas como los Kois, los Goldfish, la Carpa amur y los Bagres entre otros. Se puede mantener más de un ejemplar, cosa que debe preveerse antes e introducir todos los peces a la vez en la fase juvenil para evitar posibles disputas por el territorio.
No se ha conseguido su reproducción en acuarios ni estanques. Se sabe, sin embargo, que en la naturaleza realizan migraciones estacionales a los cursos altos de los ríos para frezar. Hay que tener presente que, dado que no se reproducen aún en cautividad, los ríos en los que viven están cada vez más contaminados y las cada vez más numerosas presas hidráulicas esta especie está en peligro de extición, por lo que es mejor abstenerse de comprarlos ya que todos los que se puedan encontrar en los comercios son salvajes.
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