Typha latifolia - Espadaña

La Espadaña es una planta semiacuática del género Typha, un género que agrupa varias especies muy parecidas entre ellas que tienen la característica común de su singular floración, muy conocida por muchos. Esta planta crece de forma natural en las orillas de ríos, lagos, embalses y pantanos donde sus raíces se mantienen totalmente sumergidas y ofrece una barrera vegetal densa y decorativa. Su principal defecto es que se propaga muy rápido llegando a invadir grandes extensioes quitando espacio a otras plantas, por lo que en algunos hábitats se tiende a eliminarla para evitar problemas. En Norteamérica se trata de una planta alóctona invasora cuya posesión y comercio está prohibido para evitar que se expanda en demasía y provoque estragos severos en las poblaciones ribereñas de ese país.

Se trata de una planta herbácea rizomatosa de desarrollo muy rápido, de importante efecto decorativo y tremendamente adaptable. El sistema radicular consta de un rizoma muy largo, grueso, de color marrón negruzco y que dispone de fuertes y largas raíces tuberosas. Las hojas, acintadas, erectas y de color verde esmeralda, se yerguen hasta 3 metros de altura y se disponen en roseta basal formando un abanico. Cada roseta crea un espádice floral que se desarrolla al final de un tallo muy rígido de unos 1,5 - 2 metros de altura. En esta inflorescencia las flores masculinas están en la parte superior y las femeninas en la inferior. Ambos tipos de flores son insignificantes, inodoras y de color marrón claro, pero muy numerosas y polinizadas por el viento. El fruto es un aquenio dehiscente que dispone de varios conjuntos de pelillos amarillentos que le permiten al fruto ser transportado por el viento. Esta planta tiene muchísimos usos: De sus hojas se extrae una fibra resistente con la que se fabrican objetos de mimbre, el rizoma es comestible y se prepara cocido (merece especial mención su alto contenido de almidón), las inflorescencias secas se usan, aunque en pocos casos, para composiciones de flor seca, las yemas latentes se consumen cocidas y tambien tiene una amplia repercusión en el mercado de plantas ornamentales.

Probablemente no hay otra planta semiacuática cuyo cultivo resulte tan sencillo; Sólo pocas plantas más (entre las que destacan los Papiros) son tambien fáciles de cuidar y mantener, pero las Espadañas son más baratas y fáciles de encontrar. El suelo para el cultivo de esta planta debe ser más bien alcalino (pH superior a 7,5) y no debe contener sal, pues no la tolera. Es indispensable que el suelo retenga muchísima agua ya que su rizoma se seca muy rápido ante la falta de ésta, siendo los mejores suelos los arcillosos o francoarcillosos, muy apelmazados, con escasísimo drenaje y casi nula aireación, siendo además recomendable que éste se mantenga siempre bajo el agua para evitar tener que regar de forma constante, pues las Espadañas no toleran la más mínima sequía. Necesita muchísima luz para desarrollarse convenientemente, debiendo ser colocada a pleno sol sea cual sea la situación. Sólo si se mantiene de forma totalmente emergida y los veranos son demasiado secos y cálidos se le puede dar algo de sombra en los momentos más calientes del día, pero debiendo procurar que la insolación diaria sea de unas 8 horas como mínimo ya que de lo contrario no florece ni crece bien. En lo referente a la temperatura, esta especie es la más resistente al frío: La parte aérea sobrevive intacta hasta 15 grados negativos, pero el rizoma puede aguantar más: Hasta 25 bajo cero. No hay que preocuparse si pierde todas las hojas en invierno ya que las recupera rápidamente cuando llega el calor, que tambien es capaz de soportar en valores extremos, pues sobrevive sin problemas en ambientes muy tórridos con máximas que llegan a sobrepasar los 40 ºC. La humedad ambiental no es muy importante en esta planta; Sólo si se encuentra en un lugar muy seco y cálido conviene rociar el follaje una o dos veces al día ya que pueden secarse los bordes de las hojas depreciando la calidad estética del ejemplar. Si la temperatura máxima anual no sobrepasa los 30 ºC no es necesario pulverizar en ningun momento del año. El único defecto que presenta esta planta es su extrema demanda de agua, por lo que si se mantiene de forma totalmente emergida los riegos deben garantizar siempre que el entorno cercano al rizoma se encuentre saturado de agua, algo que es mejor evitar sumergiéndolo totalmente en agua. Un claro síntoma de falta de agua consiste en el decaimiento de las hojas y su posterior secado y marchitez, siendo bastante difícil que se recupere, por lo que conviene tener cuidado. La Espadaña sobrevive en suelos muy ricos en materia orgánica en descomposición pero muy pobres en elementos como el hierro, el manganeso y el potasio, por lo que si se le suministra abono basta una aplicación semanal, durante la época de crecimiento, de un producto universal líquido. Los únicos animales que pueden causarle daño a esta planta son los caracoles y las babosas, que devoran ávidamente las hojas; No presenta problemas graves de patologías relacionadas con bacterias y hongos.

La espadaña es una de las plantas más comunes y adecuadas para su plantación en las orillas de cualquier estanque de agua dulce. A pesar de que es recomendable que el rizoma esté totalmente sumergido bajo el agua (como máximo a unos 7 - 9 centímetros) se puede plantar fuera de la misma pero cerciorándose antes de que el suelo se mantiene muy mojado para evitar su desecación. Puede formar muros vegetales con otras plantas como Papiros y lirios de agua debiéndose evitar plantas cuyas raíces sean débiles ya que pueden verse dañadas por las de las Espadañas. Sirven como refugio a muchos animales acuáticos y ofrecen un excelente material de nidificación para muchas aves. Tambien es de destacar su capacidad para extraer del agua algunos elementos tóxicos (pesticidas, metales pesados, ...) y fijarlos en sus raíces.

Las Espadañas se propagan mediante semillas y división del rizoma, siendo este último método muy usado dada su sencillez y éxito, pero debe realizarse durante la estación de reposo vegetativo de la planta. Para ello se debe extraer un trozo del rizoma y cortarlo cuidadosamente conservando algunas raíces y al menos una yema latente (son perfectamente visibles). Seguidamente se entierra en otro sitio y se riega en abundancia, pero se puede sumergir sin problema alguno. Cuando llega de nuevo el calor suelen empezar a crecer rápidamente. Las semillas, que se cosechan en invierno, deben ser estratificadas durante al menos dos meses con temperaturas de unos 2 - 5 ºC y sembrarse seguidamente en un suelo muy apelmazado y húmedo ocurriendo la germinación en poco más de una semana. Cuando las plántulas midan ya 5 centímetros de altura pueden pasarse a su emplazamiento definitivo.