Los Corales duros pertenecientes al género Acropora son, de lejos, los seres más abundantes en los acuarios marinos de personas que cuentan ya con cierta experiencia en el mantenimiento de invertebrados sésiles fotosintéticos. Este género de Corales son, junto a Montipora, los principales contribuyentes a la formación de los arrecifes coralinos que se dan en todos los mares tropicales de la tierra debido a sus dimensiones y a su denso y resistente esqueleto calcáreo. En particular, Acropora formosa procede de todos los arrecifes coralinos tropicales que se dan en aguas oceánicas siendo especialmente abundantes en las costas ecuatoriales del Pacífico y el Atlántico así como en la gran barrera de Coral australiana. Debido a su susceptibilidad a la contaminación moderada y a las temperaturas excesivamente elevadas las colonias de Acroporas están sucumbiendo cada vez con más velocidad al calentamiento global (que trae consigo el aumento de la temperatura del agua, lo que provoca el blanqueamiento y la posterior muerte de las colonias) y a los cada vez más abundantes vertidos de basuras y petróleo a los mares. Otra amenaza para las colonias de este valioso Coral es la presencia, cada vez más abundante, de la Acanthaster planci, conocida como estrella de mar de corona de espinas, que devora grandes cantidades de Coral y a la que favorecen las temperaturas elevadas y la disminución del número de animales que se alimentan de ellas, por lo que han aumentado su población durante los últimos años convirtiéndose en un serio problema para la conservación de los arrecifes coralinos.
Este género de Corales se caracteriza por presentar una estructura esquelética muy semejante a la de un arbusto ya que disponen de un tronco central con diversas ramificaciones cónicas que surgen a distintos niveles formando a veces emmarañados amasijos calcáreos aunque su crecimiento es muy lento. La totalidad de la estructura que sostiene los pólipos está formada por carbonato de calcio cristalizado que forma espiráculos superpuestos y totalmente unidos entre ellos. En toda la superficie de este entramado pétreo se hallan los pólipos casi perfectamente ordenados y que constan de varios plumones que capturan los alimentos microscópicos que forman una parte importante de su dieta. Todo este conjunto de piedra y pólipos está cubierto por un tejido mucoso muy fino que contiene unas algas microscópicas llamadas Zooxantelas, simbiontes, que tienen la función de realizar la fotosíntesis para proveer al Coral de la práctica totalidad de los nutrientes que necesita para sobrevivir. Tanto la forma como el color de estos Corales dependen de la profundidad a la que estén situados y a la intensidad de las corrientes marinas. Así, los que se desarrollan en aguas profundas tienen un esqueleto más abierto y ramificado cuya cantidad de caliza es menor ya que no tienen que resistir corrientes demasiado fuertes. El color de estos corales profundos suele ser apagado y carente de brillo dado que no reciben la cantidad suficiente de luz solar para desarrollarlos, por lo que su crecimiento es, además, más lento. Por su parte, los que se desarrollan en aguas muy superficiales tienen un esqueleto muy fortalecido y denso con ramificaciones más cortas para resistir las intensas corrientes a las que están sometidos desarrollando, además, colores muy vivos y brillantes para aprovechar la excesiva cantidad de luz solar que reciben (presentan el mismo color que los que se encuentran en aguas profundas). A menudo grandes extensiones de colonias de Acropora (especialmente los que viven en aguas muy superficiales) quedan totalmente emergidas durante la bajamar y expuestas totalmente a la luz solar directa, por lo que han desarrollado un eficaz sistema defensivo consistente en una secreción mucosa externa muy espesa que los protege de la desecación y de las quemaduras solares. Cabe mencionar tambien que este género de Corales es conocido por su toxicidad para otros invertebrados sésiles con los que comparten el territorio con ellos; Los Acroporas producen una secreción nociva que obliga a otros Corales cercanos a retraerse, si bien son muy sensibles a las toxinas producidas por muchos corales blandos como los del género Anthelia y Sarcophyton.
Mantener Acroporas vivos es francamente difícil, tanto que sólo estan presentes en acuarios de aficionados experimentados aunque los principiantes usan en contadas ocasiones sus esqueletos como objeto decorativo tras limpiarlos adecuadamente. Estos Corales demandan unas condiciones acuaticas muy específicas y constantes así como unos cuidados minuciosos y delicados para poder desarrollarse perfectamente. Al desarrollarse en zonas abundantemente iluminadas y con potentes corrientes, deben situarse obligatoriamente en la zona más alta del acuario y cerca de la salida de las bombas de agua. La iluminación debe ser muy potente (al menos 1,5 watios por litro) para permitir el perfecto proceso fotosintético de sus algas simbiontes siendo además indispensable que el espectro luminoso sea azulado para permitirles sintetizar la totalidad de los nutrientes que necesitan para sobrevivir. Si se posicionan en zonas insuficientemente iluminadas perderán sus colores brillantes y sus esqueletos se desarrollarán mal tomando formas cada vez más delgadas y frágiles, y si se prolonga demasiado la situación se sucede la irremediable muerte de toda la colonia. Si se sitúan en zonas de agua estancada o con escaso movimiento se depositarán desechos orgánicos sobre sus tejidos impidiendo la fotosíntesis a las Zooxantelas, reduciendo el intercambio de gases y nutrientes con el agua y favoreciendo, además, la aparición de colonias de algas tapizantes que asfixian por completo los pólipos, por lo que la colonia muere completamente. Los ejemplares en situaciones de escaso movimiento forman, además, esqueletos más frágiles y menos consistentes. No toleran las variaciones bruscas de las condiciones del agua ni la contaminación orgánica débil a largo plazo, por lo que las tasas de nitrato, nitrito y amoniaco deben mantenerse siempre a 0 ppm (aunque pueden tolerar durante algun tiempo hasta 20 ppm de nitrato) siendo especialmente sensibles a la presencia de fosfatos que resultan particularmente tóxicos para estos Corales. El uso de un potente espumador de proteínas y un filtro muy eficiente ayudan a mantener el agua cristalina y libre de sustancias orgánicas contaminantes. Las condiciones del agua comprenden una densidad entre 1.023 y 1.025, una temperatura entre 26 y 28 ºC, un pH entre 8 y 8,3 y, lo más importante, una concentración de calcio siempre superior a 400 ppm. Los Acroporas no pueden sobrevivir en aguas cuyas condiciones no sean las especificadas o que experimenten variaciones bruscas y constantes de estos parámetros, por lo que hay que tener mucho cuidado. Además del calcio son fundamentales el Yodo y el Estroncio, nutrientes esenciales que se deben añadir periódicamente para evitar carencias. La carencia de Calcio provoca una parada del crecimiento y la disolución del esqueleto coralino, por lo que la estabilidad de la colonia queda dañada así como los pólipos al perder su soporte. La carencia de Estroncio y Yodo provoca pérdida de color y desórdenes metabólicos fácilmente distinguibles por un crecimiento desigual y un blanqueamiento parcial de la colonia.
Como casi todas las especies de Coral existentes, los Acroporas obtienen casi la totalidad de sus nutrientes esenciales mediante la fotosíntesis que realizan las algas simbiontes de sus tejidos, por lo que una iluminación muy intensa garantiza su sustento básico. No obstante hay que preveer la administración de presas lo bastante pequeñas que capturan de forma directa para complementar su dieta, siendo las colonias más vigorosas, coloridas y duraderas si se les dan estos alimentos secundarios. En los comercios especializados existen preparados planctónicos especiales para la alimentación suplementaria de cualquier tipo de Coral ornamental, que deben añadirse al menos tres o cuatro veces por semana para satisfacer sus necesidades nutritivas. Tambien pueden alimentarse de presas congeladas o vivas de tamaño muy pequeño (Rotíferos básicamente) e incluso devoran los alimentos secos desechados por los peces.
Se trata de Corales bastante agresivos con otros invertebrados sésiles ya que producen secreciones venenosas que pueden acabar con la vida de otros Corales e invertebrados immóviles que estén demasiado cerca. En estos casos se puede observar una disminución del tamaño de la pieza atacada y el cierre permanente de los pólipos afectados siendo necesario trasladar a la pieza atacada immediatamente a otro lugar alejado hasta que se recupere. Los Acroporas pueden asociarse con otros Corales duros como Montipora, Pocillopora y Fungia siempre que se mantengan las colonias alejadas entre ellas (por lo menos 20 centímetros) para evitar ataques. La asociación con Corales blandos no es muy aconsejable a menos que se cuente con acuarios muy grandes para mantener a los Acroporas lo bastante alejados de ellos. Corales blandos como Sinularia les roban la luz al desarrollarse mucho más deprisa, los Anthelia desprenden toxinas muy potentes que pueden acabar con ellos y los Sarcophyton liberan secreciones venenosas que queman las colonias de Acroporas. Son tambien sensibles a los venenos corrosivos liberados por las Anémonas, por lo que deben situarse estas en primer lugar y, una vez se hayan asentado, se pueden colocar los Acroporas. En lo que respecta a animales como Peces, Crustáceos y Equinodermos, sólo son adecuados aquellos géneros que no se alimenten naturalmente de Corales. Peces ángel del género Pomacanthus, peces mariposa del género Chaetodos, Chelmon y Forcipiger, algunos peces globo y los peces Ballesta roen los corales para alimentarse, crustáceos como algunos Camarones se alimentan de los pólipos y algunos equinodermos como los Erizos y ciertas estrellas de mar roen las colonias hasta dejar sólo el esqueleto. Los Gusanos de fuego y ciertas especies de Nudibranquios son tambien peligrosas para los Acroporas ya que se alimentan de ellos. Estos corales ramificados son muy apreciados por peces como las Damiselas que se asocian colonialmente en torno a colonias de Acroporas.
Estos Corales se reproducen sexualmente mediante huevos que se fecundan externamente y que flotan a la deriva a nivel de superficie eclosionando al cabo de una semana aproximadamente (muchos son devorados por Peces, Aves, Tortugas marinas, ...). Tras pasar un tiempo mezcladas con el pláncton superficial, las larvas descienden para fijarse a un sustrato determinado y empezar la fase adulta. En acuario es extensamente practicado el esquejado, que consiste en cortar uno de los brazos terminales y fijarlo en otro sitio distinto, cosa que produce un nuevo ejemplar. Dada la rigidez y dureza de su esqueleto el instrumental a utilizar debe ser muy fuerte, pero lo cortes deben ser muy cuidadosos y totalmente lisos. Seguidamente se puede fijar el trozo de Acropora a otro sustrato mediante silicona atóxica y ponerlo en otro sitio. Cabe mencionar que estos corales pueden ser extraídos del agua sin problema alguno ya que crean una capa mucosa muy gruesa que les protege de la desecación. Se debe secar por completo la zona de corte y el sustrato al que va unido el trozo de coral ya que si no la silicona no se fijará. Una vez pegado se debe esperar algo de tiempo a que la silicona se seque por completo, lapso de tiempo en el que se mantiene al coral fijado en condiciones de humedad extrema (por ejemplo, en un recipiente de cierre hermético y con una temperatura próxima a la del acuario de origen.
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