Una de las joyas del acuario marino es el pez ángel real, el pez ángel más bellamente coloreado y con más timidez, aunque es tambien el más delicado de la familia y el que más dificultades presenta a la hora de adaptarse a la cautividad. Debido a que generalmente rechaza el alimento artificial (incluso el vivo en muchos casos) y a que es extremadamente tímido muchos de los ejemplares adquiridos para vivir en un acuario marino acaban muriendo lentamente por desnutrición, muchas veces agravada por infecciones parasitarias diversas al faltarles los nutrientes esenciales que requieren. Se distribuye abundantemente por todo el océano indo-pacífico, principalmente en la zona central y en la occidental.
El cuerpo de este pez tiene forma de corazón debido a sus aletas dorsal y ventral; La primera se extiende desde el final de la cabeza hasta el pedúnculo caudal, mientras que la segunda se extiende desde el ano hasta la zona cuadal. Ambas aletas presentan un saliente terminal circular que llega a alcanzar el final de la aleta caudal, que tiene forma de abanico. Las aletas ventrales son cortas y puntiagudas, y las pectorales, redondeadas. La boca, con forma de pico de ave, dispone de fuertes dientes cortantes en cada labio que permiten al pez triturar los exoesqueletos de sus presas, así como las ramas de los corales duros. A pesar de su aspecto, este pez ángel es bastante débil; Es incapaz de despazarse a gran velocidad durante mucho tiempo y pasa muchísimo tiempo inactivo, realizando desplazamientos muy limitados incluso para alimentarse. Lo que más gusta a los aficionados de esta especie es su deslumbrante librea, que consiste en un fondo amarillo limón atravesado por una gran cantidad de franjas verticales de color azul eléctrico bordeadas por un ribete negro. Dichas rayas se dan tambien en la cabeza y en la aleta anal, aunque en este caso el ribete negro no está presente y el color azul eléctrico se convierte en naranja cobrizo. El color base en esta zona es el azul marino. En la zona terminal de la aleta dorsal se encuentran muchos puntitos de color azul marino sobre un fondo negro azabache. Tanto la aleta caudal como las ventrales son amarillas, mientras que las pectorales son incoloras. Los ejemplares juveniles, por el contrario, presentan el mismo patrón cromático que los peces payaso: Un fondo de color amarillo muy claro con cinco rayas blancas verticales que van desde los opérculos hasta el pedúnculo caudal. En el saliente de la aleta dorsal presentan un punto negro de gran tamaño de color negro con un ribete blanco. Las aletas ventrales de los jóvenes son amarillas mientras que la caudal y las pectorales son incoloras. No tienen ningun dimorfismo sexual, pueden medir 25 centímetros en un acuario y, si se cuidan excelentemente, sobrepasan los 10 años de vida.
Este pez es conocido por la imposibilidad generalizada que supone adaptarlo al cautiverio. El principal problema se presenta a la hora de alimentarlo, pero los demás peces del acuario influyen también en este hecho, por lo que no es un animal que pueda introducirse en cualquier acuario marino. Se aconseja que el acuario tenga un mínimo de 2000 litros de volumen o, menos recomendable, 500 litros. En ambos casos se deben disponer abundantes rocas vivas con muchos poros e intersticios que permitan el desarrollo de pequeños animales como Copépodos, Anfípodos y, especialmente, esponjas de pequeño tamaño, que le ayuden a la hora de adaptarse al nuevo acuario. Es imprescindible ofrecerle abundantes refugios para que se esconda debido a su extrema timidez y a su carácter asustadizo, pero al mismo tiempo, dejar abundante espacio para que pueda moverse libremente y con pocas limitaciones. No se aconseja que el agua esté demasiado agitada debido a la dificultad de este pez para moverse, aunque sí que esté excelentemente oxigenada y depurada mediante un buen skimmer, un ozonizador o una lámpara UV. Como ocurre con el resto de peces ángel, necesitan una luz muy potente que, además de intensificar su colorido, promueva el crecimiento de algas verdes en las que se refugian las presas que come. La densidad se debe mantener entre 1.020 y 1.028, la temperatura entre 24 y 28 ºC y todas las tasas de nitrógeno (amoniaco, nitrito y nitrato) a 0 ppm. Sólo si están excelentemente aclimatados y alimentados toleran concentraciones de nitratos de hasta 50 ppm, soportando muy bien variaciones más o menos bruscas de las condiciones acuaticas. Desgraciadamente, lo más normal es que acaben muriendo por desnutrición o por problemas sanitarios como la Tuberculosis, la erosión de la línea lateral y los parásitos cutáneos responsable del punto blanco y el Oodinium.
La alimentación es el principal problema que plantea su aclimatación a cualquier acuario. En la naturaleza su dieta la componen, como en el caso del resto de peces Ángel, Esponjas, Corales, Anémonas, Cerianthus y otros invertebrados marinos diversos. Es indispensable ofrecerle únicamente presas vivas de todo tipo durante sus primeros días en un nuevo acuario hasta que se las coma. Una vez ocurra esto (algo bastante inusual) se empiezan a usar congelados hasta que los acepta con toda normalidad. A partir de este momento se puede intentar ya con el alimento seco y con el liofilizado. En cualquier caso es casi indispensable el enriquecimiento de los alimentos con algun suplemento vitamínico para peces Ángel, pues con mucha frecuencia los alimentos comunes que encontramos en los comercios son tan pobres que el pez acaba enfermando y muriendo irremediablemente. Una vez se haya aclimatado al nuevo acuario aceptará con ganas cualquier tipo de alimento común.
Es una especie sociable en cautividad que, sin embargo, puede mostrarse bastante agresiva ante recién llegados, actitud que suele durar poco tiempo y sin peleas ni bajas graves. Su carácter extremadamente tímido hace que sea incompatible con peces demasiado territoriales, agresivos o activos (Damiselas, Peces Payaso agresivos, Peces Ángel del género Pomacanthus, ...) que lo intimidarían constantemente dificultando su alimentación y, por consiguiente, su adaptación a la cautividad. A pesar de esto, puede ser asociado con peces tranquilos y sedentarios como Caballitos de mar, Mandarines, Peces Globo, Peces Escorpión y, especialmente, con el Labroides Dimidiatus, que encuentra en este pez Ángel un soporte de limpieza genial. Para minimizar problemas de enferentamientos con nuevos peces es mejor introducirlo en primer lugar en el acuario. Segun el tamaño del tanque, pueden asociarse incluso con sus parientes los Centropyge. No resulta adecuado para un acuario de invertebrados ya que devora Corales duros y blandos, Anémonas, Cerianthus, Esponjas y Gusanos tubícolas. No resulta peligroso para Gambas, Caracoles ni Cangrejos. Juntar a dos ejemplares de esta especie es posible siempre que se conozcan desde la fase más juvenil y entren en el acuario al mismo tiempo.
En su hábitat natural se reproducen por parejas que se forman desde la fase juvenil y permanecen juntas toda la vida. Al agitado cortejo nupcial del macho sigue un ascenso hasta la superfície, al final del cual la hembra expulsa los huevos que son fertilizados por el macho. Los huevos son arrastrados por la corriente y eclosionan al cabo de cinco o seis días. Desde su nacimiento, las larvas se alimentan de microorganismos. En cautividad, aunque se pueden formar parejas estables que pueden desovar, es imposible, por el momento, sacar adelante las crías por la inexistencia de alimentos adecuados y a su extrema sensibilidad a la polución y a los cambios bruscos de los parámetros del agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario