Las Drácenas son unas de las plantas ornamentales más mantenidas debido a su apariencia, a sus generalmente bellos colores y a su gran adaptabilidad a las condiciones más variadas de mantenimiento, tolerando muchos tipos de condiciones ambientales entre las que destaca la iluminación ténue. La Drácena dorada es un híbrido comercial obtenido mediante ingeniería genética y cruzamientos selectivos de Dracaena Fragans, originaria de Brasil, obteniéndose una de las especies más llamativas de estas plantas semiarbóreas. La especie original vive en las selvas tropicales al abrigo de árboles y plantas más grandes, formando a veces considerables bosques de una belleza sin igual.
Esta planta consta de una especie de tronco muy rígido, erecto y simple que puede alcanzar hasta dos metros de altura y más de 10 centímetros de diámetro, aunque cuando se cultiva en macetas o jardineras no alcanza tanto desarrollo. A diferencia de la D. Fragans original, esta variante híbrida no tiene a penas fibra en el tronco, que consta de una gran cantidad de anillos apicales secos y superpuestos que se asemejan a los del bambú y que están formados por las antiguas uniones foliares secas. Inicialmente este tronco es de color verde claro, aunque al cubrirse de una fina capa de fibras marronosas adquiere un tono algo apagado a medida que avanza la edad de la planta. Al final de cada tallo se encuentra una roseta de hojas largas y lanceoladas, ligeramente onduladas en los bordes superiores, que alcanzan hasta 25 centímetros de largo y hasta 7 de ancho. Su superficie es muy suave y su brillo muy intenso. Estas hojas tienen un color muy vistoso que consiste en varias franjas doradas paralelas que van desde el principio de la hoja hasta su punta, siendo el resto del tejido de color verde lima muy intenso. La cantidad de color verde varia considerablemente en función de la cantidad de luz que reciben las hojas, siendo más abundante en condiciones deficientes de iluminación. Las raíces de esta planta son muy largas y emmarañadas, aunque no excesivamente resistentes, y llegan a poca profundidad. Produce unas curiosos tallos con flores blancas y pequeñas que salen de entre las hojas. Estos tallos sólo se producen una sola vez, tras el secado de las cuales las plantas mueren dejando numerosos hijuelos a su alrededor para perpetuar la especie. Cada tallo puede vivir más de 15 años.
A pesar de la belleza de esta variedad, su cultivo no especialmente sencillo, siendo muy sensible a ciertos problemas como son la falta de humedad y el frío demasiado intenso, no siendo una planta adecuada para principiantes. En el caso de las Drácenas, una buena candidata al cultivo de los novatos es la D. Massangeana, que tolera mucho mejor la sequedad y el frío. La ausencia total de cutícula (capa dura que protege los tejidos superficiales de la sequedad y el frío) en las hojas hacen que esta planta no tolere en absoluto la sequedad ambiental, por lo que conviene mantener el aire muy húmedo mediante pulverizaciones frecuentes sobre el follaje (en interiores se deben evitar en medida de lo posible las calefacciones que secan excesivamente el aire, perjudicando a esta planta, poniendo la maceta sobre un plato con piedras mojadas). Requiere bastante agua en el sustrato, aunque no conviene encharcarlo (lo que pudre las raíces) ni dejar que se seque completamente (la planta se deshidrata y muere rápidamente). Lo ideal es dejar que la superficie del suelo se seque entre riegos. El sustrato debe estar muy suelto y es necesario que permita un buen drenaje. No se desarrolla en tierras totalmente arenosas (que producen el secamiento de la planta) ni 100 % arcillosas (que asfixian las raíces), siendo lo mejor la tierra normal de jardín o un compost específico para plantas de interior. El suelo debe tener un pH comprendido entre 6,5 y 7,5, pudiendo ser calizo pero no excesivamente ácido, pues no lo tolera. Para que las hojas mantegan el bello matiz cromático que las caracteriza es fundamental que reciban muchísima luz. En interiores es suficiente colocarlas al lado de una ventana o una habitación que reciba algo de sol matinal. Si en la habitación no llega nada de sol directo es fundamental poner la planta bajo luz artificial para evitar que desaparezca el color dorado y, en consecuencia, que la totalidad de las hojas acaben siendo verdes. En el exterior se desarrolla perfectamente siempre que se sitúe en un sitio semisombreado que reciba unas dos horas de sol matutino y una o dos del de la tarde, evitando en cualquier caso las horas centrales del día especialmente en verano. Un exceso de sol directo acaba quemando las hojas. Resulta muy práctico situarla bajo árboles y otras plantas tupidas que le dén sombra. Es de las Drácenas más sensibles al frío, dañándose por debajo de 10 ºC y por encima de 35, algo que puede verse fácilmente por el secado de los bordes de las hojas o su caída, siendo las más viejas las primeras afectadas. Siempre que la situación dure poco tiempo (nunca más de un mes) la planta se recuperará rápido, pero si el problema se prolonga termina muriendo. No resiste las heladas, ni si quiera las más débiles y cortas. La temperatura óptima de mantenimiento debe ser de unos 25 ºC y constante durante todo el año. Requieren poco abono en el suelo debido a su crecimiento lento, siendo suficiente dos dosis mensuales con un producto específico para plantas de hoja. Dichas dosis deben ser empleadas permanentemente ya que las Drácenas no reposan durante el invierno.
Esta planta es muy feliz en situaciones muy húmedas y donde el suelo tenga una cierta cantidad de agua, siendo el borde de un estanque de agua dulce el lugar que reúne estos requisitos. La poca profundidad que alcanzan las raíces hace que puedan cultivarse más cerca del agua que otras plantas, pero conviene tener cuidado ya que las raíces se pudren rápidamente si se sumergen bajo el agua. Para minimizar los riesgos es mejor ponerlas en macetas altas y colocar estas cerca del agua. Su porte arbóreo y su colorido hace que sean muy usadas como plantas ornamentales. Si se cultivan junto a Calatheas, Cóleos, otras Drácenas, Orquídeas, arbustos y árboles lo bastante grandes se forman bellos conjuntos vegetales de gran valor decorativo.
La propagación de esta planta se realiza mediante semillas y retoños basales. Las semillas son producidas tras la muerte de la planta madre al secarse las flores. Se siembran immediatamente tras su recolección en un sustrato suelto y muy aireado, se riega abundantemente, se tapa con un film de plástico y se mantiene siempre muy húmedo y a unos 26 ºC de temperatura. La germinación ocurre en unas dos o tres semanas. Las plantas se desarrollan muy rápido, y cuando desarrollan tres o cuatro hojas se pueden trasplantar a una maceta individual. Resulta más sencilla la multiplicación por los chupones subterráneos que se producen alrededor de la planta madre cuando ésta muere. Estos retoños se deben separar con mucho cuidado con sus raíces, enterrarse en un sustrato muy suelto y mantenerse a unos 25 ºC de temperatura y con un 60 - 70% de humedad durante una semana o algo más. Se pueden pasar a su lugar definitivo cuando se ha reanudado el crecimiento.
Sustrato es,la tierra? Tengo una igual el aroma hermoso , como de gardenia por las noches
ResponderEliminarUna pregunta le hace daño a lo peces de acuario?
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