En muchos mares cerrados que reciben grandes y continuados vertidos urbanos ricos en nitrógeno y fósforo son corrientes las denominadas mareas rojas, un fenómeno indeseable y tóxico para la vida marina consistente en la aparición, a lo largo de las orillas de las playas, de grandes manchas rojas compuestas por grandes cantidades de N. Scintillans, pequeños dinoflagelados marinos presentes en todas las aguas saladas del planeta formando parte del plancton superficial. Se dan precisamente en estas zonas del mar debido a que hay mucha luz y fuertes corrientes que favorecen su movimiento y expansión por nuevas áreas.
Se trata de microorganismos unicelulares y eucariotas de unos 2000 micrómetros de diámetro, de forma circular y que presentan el cuerpo visiblemente dividido en dos partes, que pueden ser o no simétricas. Disponen de un pequeño flagelo en las zonas más periféricas de sus cuerpos que, si bien no ayudan para nada al movimiento de los individuos, les sirve para aferrarse a otros microorganismos planctónicos o entre ellos para desplazarse sin ningun esfuerzo a través de largas distancias. En el interior de sus cuerpos poseen un número bastante variable de vacuolas de reserva, generalmente de color verdoso o blanco, y varios amontonamientos de algas simbiontes de color rojo, aunque pueden ser tambien verdes e incluso azules según la zona en la que se encuentren y su fuente de alimento, que puede variar considerablemente entre distintas zonas del planeta. Presentan la particularidad de regular su peso específico en el agua para flotar a más o menos profundidad, algo que consiguen modificando su concentración interna de iones y de amoniaco. A diferencia de otros dinoflagelados, los N. Scintillans no cuentan con las clásicas corazas protectoras externas. Otra de las características que presentan consiste en que pueden producir bioluminiscencia (emisión de luz durante las horas de oscuridad) en tonos generalmente azulados o verdes turquesa y que se produce cuando, tras haber recibido una gran dosis de luz solar en un día, liberan el exceso de energía que no les sirve mediante radiaciones luminosas muy visibles, especialmente si la cantidad de individuos es muy numerosa. No obstante, esta capacidad de producir luz en la oscuridad es, para muchos, un fenómeno digno de observarse que representa una de las mayores bellezas del mar.
Cabe decir que, en la actualidad, es muy difícil sufrir plagas de estos microorganismos en acuarios marinos por la sencilla razón de que el agua de mar que se usa es sintética, es decir, que se compone solamente de agua desionizada y sales comerciales sin presencia alguna de estos animales. Los únicos acuarios que pueden sufrir estos problemas son los que se abastecen de agua de mar natural, especialmente si se recoge en mares cerrados con grandes concentraciones de nitrato y fosfato, que son los nutrientes principales de estos microorganismos. Asimismo, también se pueden producir plagas de N. Scintillans si se recogen rocas vivas, algas, peces e incluso arena de las mismas zonas que el agua ya que todos estos componentes contienen ciertas cantidades de dinoflagelados. Pueden darse en recipientes de cualquier tamaño, especialmente si estan potentemente iluminados y disponen de intensas corrientes. Se adaptan sin ningun problema a amplios abanicos de condiciones acuaticas: Densidad entre 1.020 y 1.050 y temperatura entre 1 y 45ºC, tolerando incluso variaciones extremadamente bruscas de estos parámetros. A menos que se use agua de mar sintética y rocas muertas como decoración, estos microorganismos están siempre presentes en los acuarios, sólo que en cantidades casi nulas a menos que se disparen las tasas de nitratos y fosfatos (se considera que con niveles a partir de 300 ppm de nitrato y 60 de fosfato se activa el crecimiento exponencial), en cuyo caso se convierten en una plaga muy peligrosa para cualquier forma de vida en el acuario. El síntoma más claro de la presencia de una plaga de N. Scintillans consiste en que el agua adquiere un color rojizo o verdoso anaranjado, siendo más intenso cuantos más individuos haya. La problemática de su invasión consiste básicamente en que excretan amoniaco al agua (como resultado de la actividad metabólica o como mecanismo para regular la flotación). Aunque a simple vista pueda parecer negligible, varios millones de individuos excretando este compuesto a la vez disparan las tasas de amoniaco hasta niveles demasiado altos, lo que termina exterminando a toda la fauna del acuario (peces, corales, anémonas, algas, bacterias desnitrificantes y demás). Se dan tanto en acuarios de aguas frescas como tropicales.
Su alimentación es extremadamente sencilla ya que muchos de los nutrientes que necesitan los obtienen del proceso de fotosíntesis de las algas simbiontes que tienen en sus tejidos, mecanismo mediante el cual pueden sobrevivir perfectamente sin ningun aporte adicional. Sin embargo también son capaces de fagocitar (envolver y luego digerir) animales microscópicos como plancton, huevos y larvas muy pequeños de muchos animales marinos, así como porciones microscópicas de cualquier alimento comercial desechado por los distintos animales presentes en el acuario.
Siempre que su población de individuos sea baja no suponen ningun problema para la vida en el acuario ya que el amoniaco que excretan es absorbido por el espumador, manteniendo el nivel de este componente en sus valores normales. Tambien son aprovechados como alimento para algunas especies de Corales, como las Euphyllias, e incluso por los Myrionemas, que los capturan del agua mediante sus tentáculos urticantes. El problema empieza cuando hay demasiados individuos en el medio cerrado y estrecho de un acuario, algo que propicia la excreción de grandes cantidades de amoniaco que el espumador no puede asimilar por completo y que terminan matando a todos los organismos presentes en el acuario. Cualquier ser vivo se puede ver afectado por esta causa (incluso los organismos invasores como las Aiptasias y los Myrionemas mueren).
Como organismos unicelulares que son, se reproducen mediante fisión binaria, creándose varios clones procedentes de un animal "madre", aunque también se pueden reproducir sexualmente mediante huevos y esperma que se unen en el seno del agua. Los diminutos huevos son arrastrados por las corrientes, mezclados con el plancton, hasta que eclosionan. A partir de ese momento hasta su muerte, estos animales permanecen en las capas más superficiales del agua mezclados con los organismos planctónicos. En acuarios sólo se da la fisión binaria.
Para mantener a raya las plagas de N. Scintillans sólo hay que mantener lo más bajas posible las tasas de nitrato y fosfato, componentes que limitan mucho su crecimiento (caunto menores sean sus concentraciones, menos individuos habrá, y cuanto mayores sean, más individuos habrá) mediante un eficaz sistema de filtrado, un eficiente espumador y, especialmente, no sobrepoblando los acuarios ni sobrealimentando a sus habitantes, siendo estas dos causas las que enriquecen con excesos de componentes limitantes el agua. Si ya existe plaga en el acuario solamente queda ir cambiando un tercio del agua cada día para extraer individuos y, a la vez, disminuir las concentraciones de nitrato y fosfato hasta que desaparezca el color rojizo del agua. Los cambios parciales de la misma cada semana ayudan a prevenir estas plagas al mantener bajos los niveles de nutrientes.
Esta información esta muy mal, este tipo de dinoflagelados son heterótrofos, por tanto como otro tipo de microorganismos, no nitratos ni fosfatos
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