Las Morenas suponen unos de los animales más fascinantes de observar, tanto en la naturaleza como en un acuario lo bastante espacioso y decorado adecuadamente. La Echidna Nebulosa es la más popular en los acuarios dado su relativamente pequeño tamaño, su extraordinaria librea y su actitud sumamente pacífica. Pueden encontrarse en el Mar Rojo y en los océanos Pacífico e índico, donde viven en solitario en grutas y agujeros entre los arrecifes de coral, manteniendo la cabeza fuera de su escondite durante el día y saliendo a cazar por la noche. Viven a profundidades comprendidas entre 1 y 50 metros.
A pesar de parecerse muchísimo a las Serpientes marinas, con las que algunas personas las confunden, las Morenas son, en realidad, peces con una forma muy distinta a la que estamos acostumbrados. Su cuerpo es más bien cilíndrico, su boca, no protáctil, está armada de agudos pero pequeños dientes y es de gran tamaño, sus ojos son pequeños y sólo tienen aleta dorsal y anal, casi invisibles, que recorren todo su cuerpo desde el final de la cabeza. Tampoco tienen escamas. Su librea, muy llamativa, consiste en un fondo blanco con una gran cantidad de puntos o manchas de color negro azabache (algunos ejemplares presentan puntos y rayas al mismo tiempo) pero también algunos puntos amarillos. Las fosas nasales están coloreadas de amarillo, y las mandíbulas suelen ser blancas. Los ejemplares jóevenes suelen presentar una mayor cantidad de puntos negros, mientras que los adultos presentan más rayas. Pueden medir 75 cm de longitud y vivir mas de 10 años. No presentan dimorfismo sexual, siendo hermafroditas.
Se trata de peces muy fáciles de cuidar debido a sus escasas exigencias de mantenimiento. Basta un acuario de 200 litros para un solo ejemplar, que debe estar profusamente decorado con muchísimos adornos sólios, preferentemente tubulares, para que se escondan, algo totalmente indispensable para las Morenas en general. El agua debe estar fuertemente agitada y oxigenada además de muy bien oxigenada. Los cambios parciales de agua y su depuarción mediante un buen Skimmer son totalmente necesarios para evitar problemas sanitarios. Es recomendable que el sustrato sea fino y que tenga un grosor considerable (unos 7 u 8 cm) ya que algunas pueden escarbar un agujero en él para esconderse en vez de hacerlo en las rocas o tubos de los que dispongan. Con esta medida se evita también dañar la piel de estos animales durante las labores de excavación. Algo extremadamente importante es tapar muy bien el acuario ya que son muy dadas a salir del acuario durante la noche, llegando a aguantar varias horas fuera del agua. La densidad puede estar entre 1.018 y 1.033, y la temperatura entre 24 y 32 ºC. No les gusta que el nivel de nitratos esté demasiado alto (mantenerlos siempre por debajo de 50 ppm, llegando a tolerar hasta 200) y nunca debe haber nitritos ni amoniaco. Soportan muy bien variaciones bruscas de las condiciones acuaticas y bastantes errores de cuidado comunes. Son muy resistentes a las enfermedades parasitarias aunque pueden verse afectadas por Oodinium si las condiciones de mantenimiento son demasiado precarias.
No suelen presentar ningun problema para alimentarse en un acuario a excepción de los primeros días, periodo en el que se les debe administrar una considerable cantidad de presas vivas (peces especialmente) para romper la barrera inicial de su timidez. Especies como Guppies y Mollies son adecuados como alimentos ya que, además de sobrevivir hasta media hora en agua salada, sus movimientos ondulantes y activos atraen a las Morenas de forma natural. Cabe decir tambien que es indispensable darles el alimento durante la noche durante este tiempo para facilitarles la adaptación. Una vez aclimatadas aceptan sin reparos alimentos congelados de todo tipo e incluso gránulos y escamas. La totalidad de su dieta debe estar compuesta por alimentos proteicos.
Al contrario de lo que su apariencia sugiere, estas Morenas no son ni agresivas ni territoriales con ninguna especie con la que conviven excepto con sus congéneres, por lo que conviene no juntar más de una de estas Morenas en el mismo acuario para evitar enfrentamientos. Tampoco es muy aconsejable su asociación con peces demasiado pequeños que puedan ser devorados durante la noche, así como peces demasiado grandes, pendencieros o agresivos que pueden intimidar a estos peces causándoles problemas para alimentarse. Pueden ser asociadas con un gran número de especies (peces Payaso de gran tamaño, algunas Damiselas, Lábridos, Peces León, Algunos Cirujanos, ...) siendo especialmente bien recibida la labor desparasitaria que realiza el Labroides Dimidiatus, que se introduce cómodamente en el interior de la boca de las Morenas para limpiarla de porquería. Tampoco causan ningun daño a invertebrados sésiles (Corales, Anémonas, Cerianthus) ni a los Moluscos, siendo los crustáceos poco aconsejables ya que pueden convertirse en alimento para las Morenas. Para evitar la competencia alimentaria, de la que se resienten mucho, es indispensable alimentarlas con las luces apagadas, cuando salen de su escondite para buscar comida. Sólo en acuarios muy grandes (de más de 2000 litros) es posible mantener un trío o un cuarteto de Echidnas siempre que se introduzcan todas a la vez y en su fase más juvenil, siendo, además, muy necesario que haya muchos escondites en el acuario para que cada una delimite su territorio.
No se tienen datos de su reproducción en cautividad. Sí se conoce el proceso de freza en su hábitat natural, que consiste en que, tras un elaborado cortejo y un agitado baile nupcial, la hembra pone varios centenares de huevos en un agujero previamente limpiado y el macho los fecunda después. Los huevos son abandonados a su suerte y eclosionan al cabo de unos cinco días. Los minúsculos alevines se mantienen en grandes grupos sobre las capas bentónicas de su hábitat alimentándose del manto bacteriano, de microcrustáceos y de Zooplancton. Cuando alcanzan el tamaño suficiente incluyen en su dieta normal las larvas de invertebrados o alevines y huevos de otras especies de peces. Crecen lentamente.
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