Los Gyriniocheilus Aymonieri suponen una buena alternativa a los Plecostomus y los Ancistrus a la hora de limpiar todo el acuario de algas tapizantes de todo tipo ya que son más activos y más rápidos royéndolas, así como por ser más resistentes y adaptables a todo tipo de aguas. Su principal defecto radica en su territorialidad, siendo peces bastante agresivos e insociables que pueden causar verdaderos estragos en peces demasiado tranquilos o demasiado curiosos que se acerquen demasiado a su territorio. Se encuentran en la cuenca del río Mekong, curso de agua que abarca las zonas Asiáticas de China, Vietnam, Camboya, Laos y Tailandia, viviendo en solitario en aguas muy movidas y turbias cuyos parámetros presentan con frecuencia fluctuaciones importantes a lo largo del año. Viven asociados a encueves, pedruscos o cualquier cosa que les sirva para esconderse y reposar, enganchándose firmemente sobre cualquier sólido subacuático para evitar ser arrastrados por la corriente.
Presentan la típica forma de los peces de fondo: Cuerpo cilíndrico con el vientre aplanado, aletas finas frágiles (siendo las ventrales, las pectorales y la anal bastante grandes para ayudarles a pasearse sobre el sustrato), potentes músculos caudales de los que se sirven para efectuar desplazamientos fulmíneos en caso de peligro y, lo más destacable, boca constituida por labios delgados y amplios provistos de minúsculos dientes de la que se sirven para aferrarse a superfícies sólidas y raspar sus alimentos predilectos, algas especialmente. Su coloración no es muy llamativa, y básicamente consiste en un vientre blanco y un dorso de color café claro separados por una franja marronosa con aspecto de camino curvado sobre la cual pueden observarse algunas notas doradas, patrón de color por el cual son confunfidos, especialmente por los novatos, con el verdadero Siamensis (Crossocheilus Siamensis) ya que presentan un color corporal muy parecido. A excepción de la aleta caudal, que tiene algunos puntos negros, el resto de aletas son incoloras. Existen dos variedades cromáticas: La albina (cuerpo y aletas totalmente blancos con ojos rojos) y la amarillo (dorso amarillo, vientre blanco y aletas incoloras), desconociéndose si se han originado de forma natural o mediante ingeniería genética. No presentan dimorfismo sexual, pueden medir 30 cm de largo y vivir hasta 20 años.
No les importa en absoluto el tamaño del acuario, llegando a sobrevivivr sin ningun problema en recipientes realmente pequeños (menores de 20 litros), aunque debido a su tamaño adulto, a su frenética actividad y a su territorialidad no se deben introducir en acuarios menores de 300 litros (por ejemplar); De esta forma se estresan menos, crecen más y viven mucho más tiempo. El agua debe estar potentemente oxigenada y aireada, con fuertes turbulencias, y la decoración debe estar formada por abundantes piedras lisas, cuevas y plantas acuáticas para que puedan esconderse y agarrarse. Es necesaria una potente iluminación para potenciar el crecimiento de las colonias de algas tapizantes de las que se suelen alimentar. Se adaptan sin problemas a muchos tipos de aguas (pH entre 4,5 y 9, dureza entre 0 y 40 ºdGH y temperatura entre 18 y 35 ºC), siendo las aguas neutras y ligeramente blandas sus preferidas. La concentración de nitratos nunca debe exceder las 30 ppm, y los nitritos y el amonio deben mantenerse siempre a 0 ppm, tolerando concentraciones algo más elevadas de lo normal pero resintiéndose a la larga su salud. Son capaces de sobrevivir en aguas totalmente estancadas (incluso eutróficas), así como de resistir variaciones considerablemente bruscas de los parámetros de la misma. Otro punto importante es que el sustrato, además de ser oscuro, debe ser de grano muy fino, evitando arena con aristas cortantes que pueden herir a estos peces cuando excavan o se desplazan sobre el mismo.
Es un error muy frecuente tanto alimentarlos solamente con vegetales como sólo con proteínas, pues necesitan una dieta bastante equilibrada que abarque todas sus necesidades. Los ejemplares jóvenes consumen grandes cantidades de materia vegetal, mientras que los adultos reemplazan gran parte de estas por insectos, pequeños anfibios y huevos de otros peces. Lo ideal consiste en alimentarlos durante media semana con alimentos vegetales (pastillas de Spirulina, Pepino, Lechuga y similares) y la otra media con proteínas (escamas genéricas, pastillas para Plecostomos y demás). En acuarios con grandes cantidades de algas no es necesario administrar muchos vegetales ya que devoran estas algas. Tanto el exceso como el defecto de proteínas o vegetales les provoca graves problemas nutricionales que pueden detectarse, por ejemplo, si el pez afectado tiene el vientre demasiado hinchado o deshinchado. Un síntoma claro de que no estan bien alimentados consiste en que se adhieren a los flancos de sus compañeros y chupan su mucosa corporal.
Podrían ser los peces ideales para acuarios comunitarios con peces de gran tamaño si no fuera por su costumbre de engancharse a los costados de estos para succionar su mucosa corporal (siendo los Discos y los Escalares los más atacados por estos comedores de algas), lo que acaba provocando a los peces atacados mucho estrés e infecciones cutáneas al quedarse desprovistos de su mucosa protectora. Esta actitud la mantienen aunque reciban una alimentación perfectamente equilibrada, siendo totalmente desaconsejable mezclarlos con peces de costados planos o de gran tamaño así como con especies que aún siendo de su mismo tamaño sean tranquilas y asustadizas (como muchos cíclidos) y puedan estresarse constantemente. Son muy recomendables, sin embargo, en acuarios con peces activos, de cardumen y de pequeño tamaño (Barbos, tetras, poecílidos e incluso MBunas del lago Malawi), peces a los que sólo espantan si se acercan demasiado a su territorio, pero nunca si herirlos. Es imprescindible que sea el único pez de fondo en el acuario, pues se enzarza en violentas peleas con cualquier pez que ocupe ese lugar (Ancistrus, Plecos, Corydoras, Siluros y demás). Tampoco se debe asociar a más de un individuo en el acuario a menos que éste sea muy grande (más de 500 litros) y tenga muchos escondites, pues no se toleran entre ellos, peleándose constantemente hasta la muerte.
No se tiene constancia todavía de su reproducción en cautividad. Los ejemplares que se encuentran en los comercios proceden de criaderos naturales en Asia (grandes estanques, lagos y cursos cerrados de ríos) donde se reproducen perfectamente y se recolectan según la demanda. Se trata de peces que dispersan los huevos en el agua, quedando estos adheridos a cualquier elemento sólido que encuentren. Los pequeños alevines nacen a los tres días y se alimentan de los mantos bacterianos dispuestos sobre las rocas y plantas de su entorno. Crecen relativamente rápido, recolectándose para comercializarlos cuando alcanzan cuatro centímetros de longitud.
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