La Chromis Chromis es de las damiselas de colores menos vistosos, aunque este mismo colorido la ayuda a camuflarse entre las rocas y sombras de su hábitat natural. Son muy abundantes en el mar meditarráneo, encontrándose también en el Océano Atlántico subtropical. Tanto en la fase adulta como en la juvenil se mueven en grupos bastante densos en torno a las oqueades, las rocas y las algas, defendiendo ferozmente sus territorios y sus huevos durante la época de freza. No son muy comunes en los acuarios domésticos debido a su escasamente vistosa líbrea y a suconsiderable delicadeza.
Presenta la misma forma física que, por ejemplo, la Chromis Viridis: Cuerpo muy comprimido lateralmente, robusto y rígido con aletas cortas, fuertes y provistas de fuertes músculos basales para nadar largas distancias o huir a gran velocidad, escamas bien visibles y de gran tamaño, ojos medianos y, el rasgo más característico, una aleta caudal profunfamente recortada en dos lóbulos. Posee, además, una de las bocas más grandes entre todas las Damiselas. Su líbrea varia enormemente entre la fase juvenil y la adulta, presentanto varias rayas entrecruzadas de color azul eléctrico sobre un fondo negro azabache cuando son jóvenes y un color amarronado muy oscuro (la transición de color se desarrolla con gran rapidez desde que alcanzan un centímetro de longitud), viéndose, bajo, el agua, completamente negras, siendo capaces de escapar de la vista de los depredadores. La aleta caudal es negra, así como la dorsal y la anal. Las ventrales son blanquecinas y las pectorales, incoloras. El dimorfismo sexual, únicamente visible en peces adultos, consiste en que los machos son un poco más grandes y robustos que las hembras, siendo además más agresivos que estas. Pueden llegar a medir 10 cm de longitud y vivir unos 7 años en acuario.
Son poco mantenidas en los acuarios domésticos debido a su poco llamativa líbrea y a su extrema sensibilidad a las infecciones fúngicas, problema que, para esta especie de Damisela en particular, suele resultar mortal. Al igual que el resto de Damiselas, se trata de peces muy activos y con grandes necesidades natatorias, que aman la corriente y las fuertes turbulencias y, especialmente, un buen amontonamiento de rocas, corales artificiales y encueves en los que puedan esconderse y fijar sus territorios. Es, junto con C. Viridis, una de las pocas Damiselas que debe mantenerse en grupos (de unos 6 individuos como mínimo), por lo que un acuario de 250 - 300 litros es más que suficiente para ellas siempre que esté igualmente dotado de amplias zonas de rocalla y escondites como de grandes espacios para nadar. La agitación y la aireación del agua deben ser muy potentes. Debido a que en la naturaleza habitan en zonas bastante sombreadas y con sustratos oscuros se les debe proporcionar una iluminación algo menos intensa y sustrato de color oscuro (como la cuarcita negra disponible en cualquier comercio de mascotas) ya que de lo contrario se estresan mucho. Para que se mantengan sanas en todo momento es necesario realizar cambios parciales de agua cada siete días e instalar un eficiente Skimmer que mantenga bajo mínimos a los compuestos nitrogenados. La densidad puede variar entre 1.022 y 1.030, la temperatura entre 20 y 30 ºC y los niveles de nitrato, nitrito y amonio lo más cerca posible a 0 ppm. Son las Damiselas más delicadas, pues ante cualquier traza de nitrógeno, cualquier desviación brusca de los parámetros, el mantenimiento en condiciones demasiado alejadas de las idóneas o el mismo estrés son fácilmente atacadas por hongos, que se pueden distinguir por la aparición de pelusas blanquecinas en cualquier parte del cuerpo de los peces, que adelgazan, pierden el apetito, dejan de moverse, se rascan constantemente con cualquier elemento sólido y casi siempre terminan muriendo. El tratamiento más eficaz consiste en aplicar, en un acuario a parte, algún medicamento de amplio espectro a base de cobre o, mejor aún, intentar descubrir el desorden que hay en el tanque y restaurarlo para que el sistema immunitario del pez se encargue de eliminar a los patógenos (aunque son realmente pocas las Castañuelas que sobreviven a un ataque de hongos). Son, además, muy sensibles al Punto blanco marino y al Oodinium, que sí pueden tratarse con medicamentos a base de cobre sin ninguna dificultad (siendo, como en el caso de los hongos, poco posible salvar a todos los peces afectados).
Como ocurre con el resto de Damiselas, las Castañuelas no presentan ningun problema para alimentarse en cautividad, aunque conviene aclimatar siempre peces muy jóvenes (mejor que aún conserven el color azul eléctrico) ya que los adultos suelen negarse a comer hasta morir. Durante los primeros días deben disponer de abundantes presas vivas tipo Artemias o Mysis, aunque los pequeños invertebrados presentes en la roca viva contribuyen a la adaptación de los nuevos animales. En buenas condiciones comen granulados ya a partir del tercer día, siendo, una vez totalmente adaptados, extremadamente voraces, engullendo desesperadamente cualquier bocado que caiga sobre la superfície del agua. Se benefician considerablemente de ciertos aportes vegetales en forma de escamas de alga Spirulina además de ser excelentes devoradoras de huevos y alevines (tanto de otras especies como los suyos propios).
En el plano social son, como todas las Damiselas, temperamentales y terrioriales, defendiendo sus territorios a toda costa de cualquier intruso que se acerque demasiado, si bien son poco agresivas, limitándose a intimidar y espantar sin llegar a morder ni herir a otros peces. Pueden ser asociadas con otras especies activas y más grandes que ellas (Sargos, Salpas, Doncellas, ...) evitando peces tímidos como los Gobios que pueden estresarse y quedarse sin alimento debido a la hiperactividad de las Castañuelas. Su mantenimiento en grupos intraespecíficos implica introducir a todos los peces a la vez y en su etapa juvenil, pues nuevos individuos introducidos en un grupo ya formado son atacados y rechazados constantemente hasta la muerte. Puede mantenerse una sola castañuela junto a otros peces activos, aunque su comportamiento es algo más agresivo, pudiendo llegar a dar algún mordisco a peces demasiado curiosos o que le planten cara. Mantener alguna Anémona o coral arborescente es muy beneficioso para ellas ya que en su hábitat natural suelen vivir con frecuencia asociadas a estos invertebrados. No suelen causar daños a crustáceos, Equinodermos y moluscos.
Aunque desovan con mucha facilidad en un acuario no se ha conseguido criar con éxito a los minúsculos alevines al no disponer todavía de alimentos que acepten. El macho líder se aparea con una sola hembra por puesta tras un activo cortejo, ayudándola con los cuidados posteriores. Durante este periodo estos peces son extremadamente violentos (llegando a matar sin reparos a cualquier animal que se aproxime demasiado a los huevos, mordiendo incluso las manos del acuarista), turnándose entre ellos las tareas de vigilancia y aireación de la puesta. Tras la eclosión las crías son abandonadas a su suerte o devoradas por su propio padre. Se agrupan en grandes cardúmenes, no alejándose más de medio metro de la roca donde desovaron sus padres, alimentándose, al parecer, de organismos planctónicos y microcrustáceos. Cuando alcanzan el centímetro de longitud se separan para continuar su vida ya como adultos independientes.
Yo las castañuelas (las chromis chromis) no las pondría en un acuario, no llegan al año de vida en cautiverio, son extremadamente sensibles todos los parámetros tienen que estar a 0, la temperatura la misma constantemente, como varíe un poco ya le atacan virus o bacterias dado que baja su sistema inmune, aparte son propensos a pillar la enfermedad del punto blanco y es rara la castañuela que sobrevive a ello, mi consejo mejor que esté en su hábitat si no quieres que en unas pocas semanas o meses muera o mueran.
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