domingo, 2 de junio de 2013

Aphyosemion Gardneri - Killi punteado

Los Killis son una alternativa a los Bettas para los principiantes, pues también viven en aguas con muy poco oxígeno (charcos concretamente), gozan de un espectacular colorido y son más resistentes a las enfermedades y a la contaminación del agua. El Killi punteado es uno de los más populares debido a la espectacular líbrea que presentan los machos. Se encuentran en el continente Africano, concretamente en el país de Nigeria, habitando aguas totalmente estancadas, bastante turbias y con abundante vegetación flotante y sumergida. Pertenecen al grupo de Killis anuales ya que, en la naturaleza, su vida se reduce al periodo que dura la estación húmeda y hay agua estancada, muriendo justo antes de que se sequen sus charcos al final de la misma, momento en el que ponen sus huevos, que son muy resistentes a la sequía y pueden resistir hasta más de un año fuera del agua.


Su boca súpera y dorso aplanado muestran que son peces que habitan en las zonas superficiales del agua. Su cuerpo es cilíndrico, sus ojos grandes en comparación con su cuerpo y su boca puede abrirse sorprendentemente a la hora de engullir su alimento. La aleta caudal tiene forma de lira, mientras que la dorsal (corta y situada muy atrás de la cabeza) y la anal son rectangulares. Las pectorales y las ventrales son redondeadas. El colorido de los machos es el más espectacular entre los Killis, y básicamente consiste en una miríada de puntitos rojos sobre el cuerpo, cuyo color puede variar entre el blanco y el naranja oscuro. Las aletas dorsal, anal y ventrales tambien presentan puntos, pero en menos cantidad, están bordeadas de color naranja, verde o amarillo y con la base del mismo color que el cuerpo. Las caudal tiene los lóbulos amarillos y el resto varia entre verde y azul claro, ocurriendo lo mismo en las pectorales aunque estas no tienen bordes amarillos. Las hembras, por su parte, son mucho menos vistosas, no presentando ningun punto (o muy pocos y muy poco visibles) en el cuerpo, cuyo único color varia entre el blanco y el granate, presentando el mismo color en las aletas pero mucho más claro (casi incoloras). Aunque en la naturaleza no pasan del año de vida (se estima que viven unos 7 meses como máximo) pueden llegar a vivir hasta tres años en cautividad y medir hasta 7 u 8 cm de longitud.
Su mantenimiento es muy fácil, más incluso que los Bettas, ya que son mucho más resistentes a las variaciones bruscas de los parámetros acuáticos, a la contaminación y a la mayoria de enfermedades corrientes. Puede mantenerse un solo macho, una sola hembra o un macho con tres o cuatro hembras (nunca dos machos o más juntos). En los primeros dos casos basta un pequeño recipiente de 10 litros con sustrato oscuro y muy fino y una gran cantidad de plantas sumergidas y flotantes. En el último caso el acuario debe ser de 50 litros como mínimo e igualmente decorado especialmente para que las hembras se puedan esconder del constante acoso del macho. En ambos casos es muy recomendable tapar bien el acuario ya que se les da especialmente bien saltar. No necesitan ni filtración ni aireación, siendo mejor instalar un filtro (que no cree la más mínima corriente, siendo muy apropiados los de cascada) para que el agua esté siempre en buen estado. El pH puede oscilar entre 5 y 7,5, y la dureza entre 0 y 15 ºdGH, resintiéndose, a la larga, en aguas demasiado duras y alcalinas. Filtrar mediante turba es una eficaz forma de mantener el agua ácida y blanda, así como realizar los cambios parciales con agua destilada o de ósmosis. La temperatura puede estar entre 23 y 35 ºC. No les gusta la iluminación demasiado intensa, pues se estresan fácilmente. Toleran concentraciones elevadas de nitratos (hasta 300 ppm), nitritos y amoniaco (hasta 20 y 15 ppm respectivamente), siendo mucho mejor mantener los nitratos por debajo de 10 ppm y los nitritos y el amoniaco a 0 para evitar problemas de salud a largo plazo.
Se alimentan sin ningun problema en el acuario, aceptando escamas, gránulos, liofilizados, congelados y vivos. Les gustan especialmente las larvas de mosquito. Para mantenerlos en buenas condiciones se puede alternar alimento en escamas para peces tropicales con algunas tomas de congelado y vivo genérico, así como con algún aporte vegetal ocasional a base de pastillas de Spirulina o verduras.
No se trata de una especie excesivamente sociable con otros peces, y en acuarios demasiado pequeño es muy normal que algunos machos acaben matando a cualquier pez menor que ellos (no atacan, sin embargo, a peces mucho mayores que ellos, como los Discos y los Escalares). Las hembras son mucho más pacíficas y rara vez se muestran agresivas hacia otras especies. El comportamiento agresivo y violento de los machos se mitiga espectacularmente en acuarios de gran tamaño (unos 200 litros) ignorando al resto de peces (aunque sean más pequeños que ellos), aunque, claro está, esto dependerá de cada macho en particular. No hay que mantener a más de un macho en el acuario ya que no se toleran entre ellos, peleándose constantemente hasta la muerte. Una sola hembra con un macho está condenada a la muerte segura al ser continuamente acosada, acabando por morir de estrés. Una buena combinación posible en acuarios de 50 litros como mínimo sería asociarlos con peces de fondo de tamaño medio (Ancistrus) y algún cíclido de mediano tamaño y carácter pacífico (Cíclido Cerradura). Los pequeños carácidos, ciprínidos (en general, cualquier pez de pequeño tamaño) sólo son recomendables en acuarios muy grandes (en los que, además, se pueden introducir peces más grandes como los Discos y los Escalares), pues algunos machos matan a los que son más pequeños que ellos.
Es muy fácil reproducirlos en cautividad. Para ello el agua debe ser muy blanda y ácida (pH entre 5 y 6 y dureza entre 0 y 6 ºdGH) y tener unos 27 ºC de temperatura aproximadamente. Tambien se pueden disminuir la frecuencia y el volumen de los cambios de agua para simular la estación seca  en la que se reproducen. El acuario debe contar con algunas plantas densas, siendo mucho mejor usar fibras de nilón o de lana para evitar que las plantas se pudran y contaminen el agua. Una vez logradas estas condiciones se debe alimentar a los adultos con abundantes presas vivas. Una vez están listos el macho exhibe su vistosa librea más intensa que nunca, y elige entre las hembras con las que convive a la más grande y sana. Tras un elaborado cortejo (algo violento) la hembra deposita sus huevos entre las plantas (o fibras artificales) y seguidamente son fecundados por el macho. Los huevos deben sacarse immediatamente del acuario y meterse en una bolsa con turba específica para acuarios muy humedecida. El proceso de desove dura varios días, por lo que hay que sacar continuamente los nuevos huevos y meter de nuevo el soporte libre de ellos (los huevos son muy duros, por lo que no hay que preocuparse por aplastarlos a la hora de cogerlos con las manos). La ventaja de poder meter los huevos dentro de bolsas (estado en el que pueden permanecer hasta más de un mes y en el que los embriones se desarrollan normalmente dentro de ellos) es que se pueden hacer eclosionar cuando se desee (mejor cuando se distinga a los alevines dentro de los huevos) volviendo a meterlos en un pequeño recipiente con agua muy blanda, ácida y a unos 26 ºC de temperatura. Los alevines se alimentan de nauplios de Artemia, Mysis, Daphnias y escamas pulverizadas. Crecen muy rápido. Los machos deben separarse cuando se distingan claramente para evitar que se peleen.




2 comentarios:

  1. Lo mejor qué he leído hasta ahora sobre los killis enhorabuena.

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  2. Coincido, que gran explicación!. Michas gracias!.

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