miércoles, 29 de mayo de 2013

Trachinus Draco - Pez araña común

El tristemente célebre pez Araña es un pez bentónico que se caracteriza por su apariencia horripilante y, especialmente, por poseer un potente veneno de naturaleza glucoproteica en la primera aleta dorsal y en la espina opercular, a ambos lados de la cara. Dicho veneno les proporciona una eficaz defensa contra sus posibles depredadores y puede causar la muerte a una persona si no se trata la herida a tiempo o se medica adecuadamente. El tratamiento preventivo más eficaz consiste en sumergir, durante al menos una hora, la zona afectada en agua tan caliente como se pueda soportar para destruir la base proteica del veneno, que es termolábil y se destruye a temperaturas elevadas. Se trata de peces agresivos y carnívoros que pasan toda su vida en contacto permanente con el lecho marino, bajo el que se entierran a la espera de cualquier presa que puedan tragar. Viven en solitario en fondos cenagosos, fangosos o con arena muy fina a profundidades mínimas de 20 - 30 metros, siendo poco habitual que los bañistas que visitan sus hábitats los pisen. Se encuentran en el mar Mediterráneo y en el Atlantico Este, siempre en zonas de lecho muy fino o fangoso.


Se trata de peces con la típica forma de los bentónicos, es decir, un cuerpo cilíndrico y aplanado en la zona dorsal con ojos superiores y bastante juntos que les permiten ver con claridad sobre su cuerpo para detectar cualquier peligro o a una presa potencial. Sus aletas pectorales, movidas por unos fuertes músculos en su base, están orientadas hacia abajo de forma que pueden usarlas para excavar y para "caminar" sobre el lecho marino. La boca, súpera, protáctil y de gran tamaño, no posee dientes, aunque la potente succión que efectúan hacia ella les permite engullir presas de tamaño considerable. Posee dos aletas dorsales: La primera, pequeña y corta, posee cuatro radios rígidos, gruesos y huecos que, en caso de clavarse en algún animal, le transmiten el veneno situado en una bolsa en la base de cada radio. La segunda aleta dorsal se extiende hasta el pedúnculo caudal y no posee radios venenosos. La aleta anal se extiende desde el final de la cabeza hasta el pedúnculo caudal. Las pectorales tienen radios fuertes y rígidos que les permiten usarlas para desplazarse. La aleta caudal suele ser triangular, aunque en algunos ejemplares puede ser redondeada. En cada opérculo presentan una gruesa y dura espina que transmite veneno si se clavan en algún animal. Su coloración es, en general, poco llamativa, y consiste en un vientre blanco y un dorso que alterna franjas de color beis con algunas linias negras y zonas blancas. Las aletas son de color oscuro con matices azules, excepto la primera dorsal, que es negra, y las pectorales, que suelen ser blancas. Existen variaciones de color muy visibles según el color del lecho marino en el que viven. No presentan dimorfismo sexual evidente, miden aproximadamente unos 30 cm (12 - 13 en acuario) y pueden vivir hasta 10 años.
Son peces muy resistentes adecuados para acuarios marinos de agua templada debido a sus escasas exigencias de mantenimiento y, especialmente, a que toleran desviaciones bastante bruscas de los parámetros acuáticos, así como niveles considerables de contaminación. El único defecto que presentan es que son exigentes con la alimentación. Un acuario de unos 100 litros es suficiente para un solo ejemplar. La decoración es muy simple: Lo único que necesitan es una gruesa capa de sutrato muy fino (unos 10 cm) bajo la que se puedan enterrar. Se puede disponer alguna roca viva en las esquinas y alguna macroalga fuertemente enraizada para tener algo de decoración adicional, pero no es en absoluto necesario. No son nada exigentes con el movimiento y la oxigenación del agua aunque es aconsejable filtrarla adecuadamente y sifonear el fondo habitualmente, así como cambiar parcialmente el agua cada siete días. La temperatura puede estar entre 15 y 30 ºC, la densidad entre 1.025 y 1.035 y los nitratos como máximo hasta 60 ppm, llegando a tolerar concentraciones de hasta 150 ppm. Los nitritos y el amoniaco deben estar ausentes aunque soportan hasta 20 ppm de ambos sin problemas. Debido a su condición de pez bentónico de aguas profundas, una iluminación menos intensa que la normal es muy beneficiosa para ellos, pues se sienten más seguros.
Durante los primeros días de cautiverio cuesta que se alimenten, aunque es posible lograrlo siempre que se aclimaten ejemplares jóvenes y se empiece dándoles abundantes pececillos vivos del tamaño de su boca para incitar a sus instintos depredadores. No aceptan otra cosa que no sean presas vivas (rara vez aceptan alimento muerto congelado, y mucho menos aún el seco), por lo que es necesario proveerse de un buen arsenal de alevines o pececillos para alimentarlos correctamente. Una vez adaptados aceptan cualquier pez que caiga en la superfície, a la que suben sin pensárselo para engullir a con gran velocidad a la presa en cuestión. Sirve cualquier tipo de alevín o pez pequeño (ya sea marino o de agua dulce, como los Guppies o los Neones) e incluso pueden llegra a engullir renacuajos, ranas y hasta ratones de laboratorio muy pequeños.
No son para nada peces agresivos ni territoriales, por lo que pueden ser asociados con muchas especies distintas (Salpas, Sargos, Doncellas, Lubinas, etc...). Sin embargo, las relaciones entre ellos son agresivas, no siendo nada recomendable mantener a dos ejemplares juntos para evitar peleas frecuentes. Tampoco son adecuados otros peces que vivan en el fondo (Rémoles, Lenguados, Rodaballos, etc...) con los que puede mostrarse agresivo al verlos como rivales por el territorio, además de que puede clavarles las espinas dorsales y envenenarlos. Tampoco se debe, como resulta obvio, asociarlos con peces que entren por su boca ya que se los comen con suma rapidez, así como con crustáceos de todo tipo, que son uno de sus alimentos preferidos. No causa ningún daño a corales ni anémonas.
Su reproducción en cautividad no se ha conseguido todavía. En la naturaleza se reproducen entre primavera y verano, visitando aguas poco profundas desde los bajíos para poner sus huevos. El cortejo y la puesta son breves, y una vez los huevos han sido puestos en un profundo hoyo cavado por los peces y fertilizados por el macho, son cubiertos de arena por los adultos y abandonados a su suerte. La eclosión se produce a los cuatro días y los pequeños alevines se mueven sobre el sustrato buscando cualquier alimento microscópico para comer. Crecen relativamente rápido. Se ha comprovado que su proceso reproductivo conlleva migraciones estacionales.


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