El comunmente conocido como Green terror es un cíclido amazónico de gran tamaño, muy agresivo y voraz y que, sin embargo, goza de un gran aprecio por los aficionados a los peces grandes por su belleza física y cromática. Se trata de peces territoriales que viven por parejas en ríos y lagos con aguas limpias y más o menos claras, cerca de troncos, plantas y rocas que les permiten emboscar a sus presas predilectas: Los pequeños carácidos con los que conviven. Se les puede encontrar en la zona comprendida entre el río Esmeraldas, en Ecuador, hasta el río Tumbes, en Perú (ambos incluidos). Los pescadores habituales de esas zonas los describen como feroces y veloces combatientes de agua dulce que ofrecen una encarnizada lucha a la hora de ser sacados del agua, teniendo que usar ganchos en algunos casos, pues alcanzan tamaños muy considerables.
Son peces robustos, con el cuerpo poco comprimido lateralmente, con aletas voluminosas movidas por fuertes músculos en su base, una boca grande y protáctil provista de puntiagudos (pero pequeños) dientes y ojos de tamaño más bien pequeño. Los machos presentan un abultamiento en la cabeza, que es más grande cuanto más años tiene el ejemplar en cuestión. Su coloración es realmente llamativa, y está compuesta por los flancos de color azul cielo (que puede ser también verde según la incidencia de la luz) y escamas de color marrón que brillan con varias tonalidades de azul, presentando justo encima de la linia lateral una mota de color negro. Las aletas presentan el mismo patrón de coloración, aunque el color azul es menos abundante, siendo la base de un color negro azulado. La aleta caudal está bordeada de naranja, así como la dorsal, siendo las pectorales de color amarillento y las ventrales y la anal del mismo color que la dorsal, aunque sin el borde naranja. La aletas dorsal y anal presentan una prolongación terminal que puede superar la aleta caudal. La cabeza y la zona ventral son de color marrón, presentando algunos matices azules en la zona cercana a la boca y bajo los ojos. El dimorfismo sexual es muy visible, pues los machos son mucho mayores que las hembras (hasta 10 cm más) y poseen colores más vivos y brillantes. Ellas, por su parte, no tienen prolongaciones en las aletas, tienen las escamas del cuerpo mucho más grandes (reduciéndose el color azul), y sus colores son más oscuros. Tampoco presentan el característico abultamiento en la cabeza de los machos. Durante sus fases más juveniles todos los ejemplares presentan la forma y colores de la hembra durante 3 - 4 meses. Pueden vivir hasta 15 o 20 años en un acuario, alcanzando los machos unos 30 - 35 cm y las hembras, 15 - 20.
Como sucede con otros cíclidos de gran tamaño como el Oscar o el Flowerhorn, el acuario destinado a los Terrores verdes debe ser muy robusto y resistente, pues se trata de peces con mucha fuerza y capaces de mover adornos de tamaño y peso considerable. Un acuario de unos 200 - 300 litros es suficiente para mantener a una sola pareja (para un comunitario el tanque debe tener como mínimo 500 - 600 litros) y debe decorarse a conciencia con troncos, piedras y plantas sin enraizar (Anubias, Helechos de Java, flotantes, ...), todo ello asegurado con algún adhesivo no tóxico a los cristales para evitar que lo muevan todo. La capa de sustrato debe ser de unos 5 - 7 cm, de grano medio y de color oscuro, pues adoran escarbar grandes hoyos. Aprecian la luz tamizada o débil y la filtración con turba, propiedad esta que estimula su reproducción. No son muy exigentes con la composición del agua (pH entre 5 y 8 y dureza entre 1 y 30 ºdGH), pero sí requieren que se encuentre totalmente libre de nitritos y amoniaco, y con los nitratos siempre por debajo de 10 ppm. Son muy sucios, por lo que sifonear frecuentemente el fondo y realizar cambios de agua periódicos es totalmente necesario para mantenerlos en buen estado. Soportan mejor las bajas temperaturas que muchos cíclidos, llegando a sobrevivir en aguas a unos 20 ºC de temperatura y a 37 ºC, aunque la óptima está entre 25 y 28 ºC. Son extremadamente sensibles al punto blanco, contrayéndolo rápidamente si la temperatura es demasiado baja.
No presentan ningún problema para alimentarse en el acuario incluso durante la fase de aclimatación, aceptando sin reparos escamas, gránulos, congelados, vivos y liofilizados, incluso guisantes, lechuga y otros preparados vegetales. Lo más adecuado es recurrir a los palitos específicos para cíclidos como alimento base alternándolo varias veces a la semana con tomas de alimentos vivos (pececillos, Artemia, ...), congelados (papilla para Discos) y alguna toma vegetal (guisantes, escamas para vegetarianos, ...). Aunque no suele pasar, se niegan a comer si alguno de sus compañeros los ataca constantemente, problema que se detecta cuando los Terrores no salen de cualquier agujero y que se da al asociarlos con cíclidos africanos de gran tamaño (especialmente con Tilapias). Son muy propensos a la obesidad, por lo que no deben sobrealimentarse.
El nombre común no lo tienen por casualidad, pues se trata de unos peces con mucho carácter, territoriales y muy agresivos con otras especies, siendo entre machos las peleas más brutales, por lo que nunca deben haber dos Terrores macho en el mismo acuario. Las hembras son más agresivas que los machos, incluso durante la fase juvenil, momento en el que pueden llegar a plantar cara a peces mucho mayores que ellas, mordiendo aletas y ojos constantemente. La cumbre de la violencia de las hembras se da durante el cuidado de los alevines, llegando a atacar a su misma pareja si el acuario no es lo bastante grande. Los machos, por el contrario, suelen ser bastante más permisivos con el resto de peces, mostrando actitudes violentas sólo ante recién llegados al acuario o durante las comidas, momento en el que no permiten acercarse a otros peces, pero raramente produciendo heridas graves. Se muestran, sin embargo, muy agresivos con las hembras si no son capaces de sacar adelante las puestas, llegando a matarlas. Tanto los machos como las hembras devoran sin pensárselo a cualquier pez demasiado pequeño, por lo que no se les debe mezclar con Neones, Guppies y similares. En acuarios lo bastante amplios pueden vivir en perfecta armonía con otros cíclidos grandes como el Oscar siempre que todos los peces se introduzcan a la vez y en la fase juvenil. No es muy aconsejable su asociación con Discos, Escalares u otros peces demasiado tímidos, pues los Terrores los intimidarían constantemente y dejarían de comer. En acuarios menores de 300 litros es mejor mantener a una pareja o a un macho aislado. Las parejas se forman para toda la vida desde la fase juvenil, por lo que un macho o una hembra viudos jamás aceptarán a otra pareja.
Su reproducción es totalmente posible en un acuario, aunque para lograrla hay que satisfacer unas determinadas condiciones. Para empezar la pareja debe estar bien formada y asentada desde la fase juvenil, por lo que es mejor comprar una pareja joven y mantenerla en el acuario con normalidad que intentar juntar a dos peces adultos desconocidos, algo que en casi todos los casos acaba en carnicería. El proceso reproductivo se inicia cuando el pH del agua baja por debajo de 6,5, la dureza por debajo de 10 ºdGH y la temperatura sube de 27 ºC. Un abundante suministro de alimentos vivos les ayuda también a frezar. Cuando se vea que ya estan listos para la reproducción los demás habitantes del acuario deben ser retirados para evitar que los padres acaben salvajemente con todos ellos. El macho excava un profundo agujero en el sustrato y atrae a la hembra hacia él. Tras un violento cortejo y baile nupcial la hembra pone varios cientos de huevos en el hoyo excavado por el macho y son fecundados por éste. A partir de este momento la hembra se hace cargo de la puesta expulsando al macho de sus proximidades. Si el acuario es grande el macho puede seguir dentro, en cuyo caso vela para que nada ni nadie se acerque a la hembra, pero si el acuario es demasiado pequeño es mejor sacarlo para evitar que la hembra pueda matarlo o esta pueda ser acosada constantemente. La hembra es muy agresiva en este momento, llegando a atacar a la mano del acuarista durante las operaciones de sifonado. Los huevos eclosionan al cabo de 2 días, y los alevines se agrupan en un gran cardumen que sigue a la hembra a todas partes. Esta se encarga de protegerlos y de conseguirles alimento. Pueden alimentarse de Artemia recién eclosionada o escamas pulverizadas. Tienen un crecimiento algo más lento que otros cíclidos, y al cabo de dos meses de nacer pueden ser separados de la madre para criarse independientemente. Pasado esto se puede volver a introducir al macho. Los alevines son muy sensibles a la contaminación y a la variación brusca de cualquier parámetro. Hay que tener mucho cuidado con no dañar a los alevines si el macho se queda en el acuario, pues este puede matar a la hembra si no consigue que las crías sobrevivan, algo muy común en acuarios comunitarios.
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