domingo, 19 de mayo de 2013

Aequidens Maronii - Cíclido cerradura

También conocidos como Cleithracara Maronii, se trata de unos cíclidos de mediano tamaño muy apreciados por los acuariófilos por su actitud sumamente pacífica hacia cualquier especie, su apariencia y su particular colorido, pero su mantenimiento es complicado debido a las condiciones acuáticas que exigen y a su escasa compatibilidad social. Viven en pequeños grupos o en parejas en ríos de escasa corriente y de aguas claras cerca de los amontonamientos de plantas acuáticas, piedras y troncos. Se les puede encontrar en muchos lugares de América del sur: Isla de Trinidad, Trinidad y Tobago, río Orinoco y la zona comprendida entre la Guayana y la Guayana Francesa, hábitats que suelen compartir, en particular, con los Discos, los Escalares y algunas especies de carácidos, Pirañas incluidas.
Presentan un cuerpo menos comprimido que la mayoría de los cíclidos, así como unos músculos y aletas menos fortalecidos debido a que no suelen nadar muy rápido y no pelean con otros animales demasiado fuertes. Su boca es también bastante pequeña. Su coloración no es tan llamativa como la de otros ciclidos, pero si particular, y consiste en una base de color café ccasi blanco, que se extiende hasta todas las aletas, siendo las ventrales blancas y las pectorales incoloras. En la zona media del cuerpo, cerca del pedúnculo caudal, presenta una mancha negra en forma de cerradura, y una franja vertical en la cara que atraviesa su ojo. Los ejemplares jóvenes son mucho menos vistosos, siendo el cuerpo y las aletas (menos las pectorales) de color café mucho más oscuro aunque preservando las manchas negras del cuerpo y la cara. Los ejemplares más viejos presentan un pequeño abultamiento en la cabeza y unas largas prolongaciones en las aletas dorsal y anal. El dimorfismo sexual no es visible en peces jóvenes y muy poco en los adultos, en los cuales se puede distinguir difícilmente al macho por tener las prolongaciones de las aletas un poco más largas y poco más de 1 cm de longitud que la hembra. Pueden alcanzar 15 cm de longitud y vivir 15 años en un acuario.
Necesitan un acuario de unos 100 litros como mínimo por pareja, decorado con muchas plantas, troncos, piedras y otros adornos que les proporcionen abundantes escondites. Una piedra plana y lisa sirve como soporte para la puesta, mientras que un encueve sirve para que los alevines o los mismos adultos se oculten en caso de ser necesario. El sustrato, oscuro y de grano más bien fino, debe tener un espesor de unos 3 cm. Aprecian mucho una luz débil o tamizada por plantas flotantes, y el agua debe estar libre de nitritos y amonio, así como con menos de 10 ppm de nitrato, pues son bastante sensibles a la polución del agua, siendo fácilmente atacados por podridura de aleta o punto blanco. Requieren cambios de agua periódicos (al menos una vez a la semana) y un sistema de filtrado eficaz pero que no cree fuertes corrientes o turbulencias, siendo muy beneficioso para ellos filtrar mediante turba. El agua debe ser ácida y blanda (pH entre 5,5 y 6,5 y dureza entre 1 y 10 ºdGH, si bien pueden vivir en aguas más alcalinas y duras) y debe tener una temperatura mínima de 25 ºC, tolerando hasta 33 ºC como máximo. También es posible mantenerlos en pequeños grupos siempre que el acuario tenga 300 litros de volumen como mínimo y se introduzcan todos los peces a la vez en su fase juvenil. Un sólo individuo puede vivir sin problemas en 40 o 50 litros de agua como mínimo siempre que ésta se mantenga saneada. No son muy apropiados para principiantes por los cuidados constantes que requieren.
Los ejemplares recién adquiridos presentan con frecuencia problemas para alimentarse especialmente si en el nuevo acuario hay problemas con la calidad del agua o sus inquilinos. Para empezar es fundamental darles abundantes presas vivas para romper su timidez, y más adelante, sustituirlas por congelados para, cuando ya estén perfectamente adaptados, pasar ya a las escamas y al granulado. Un aporte vegetal es también muy beneficioso para ellos (verduras, guisantes, escamas de Spirulina, etc...). Aceptan sin rechistar cualquier alimento que se les da cuando están perfectamente adaptados, pero pueden dejar de alimentarse si hay algún pez demasiado agresivo o nervioso. Debido a esta mala conducta es muy recomendable introducir estos peces en primer lugar en el acuario o no introducir peces con demasiado temperamento.
Se trata de peces muy tímidos y asustadizos (de hecho estan considerados como los cíclidos más pacíficos que existen al no herir a ningún pez con el que conviven) que se sienten cohibidos ante otros peces más temperamentales, agresivos o demasiado nerviosos, llegando a quedarse arrinconados en alguna esquina del acuario sin comer hasta morir. Son fácilmente acosados por los Bocas de fuego, los Óscares, los Terrores verdes e incluso Barbos (que muerden sin descanso sus aletas), Cebritas, Ramirezis, Apistogrammas y también por Guramis y Bettas, pero también se pueden mostrar algo agresivos ante nuevos especímenes que entren tras ellos, especialmente otros cíclidos, a los que intimidan pero sin atacar o herirlos. En resumen: Es mejor asociarlos con peces muy tranquilos e inofensivos (Tetras de pequeño tamaño, Loricáridos, Discos y poco más) para evitar problemas futuros y introduciendo siempre en primer lugar a los cíclidos cerradura.
Es mas difícil reproducirlos que otros cíclidos debido a que necesitan el agua totalmente desprovista de cualquier polución y unas condiciones muy estables para frezar. La pareja reproductora debe ser alimentada con abundantes presas vivas durante unas semanas en un acuario específico con agua muy blanda y ácida (pH entre 5,5 y 6 y dureza menor que 3 ºdGH) y con una temperatura de 27 - 28 ºC, además de estar totalmente libre de nitratos, nitritos y amonio y sin la más mínima variación brusca de los parámetros anteriormente comentados. Llegado el momento, el macho limpia una superfície plana (una piedra, una hoja ancha de una planta o el mismo cristal del acuario) e invita a la hembra mediante un elaborado cortejo hasta allí. La hembra deposita varios cientos de huevos y el macho los fecunda después. Durante la incubación y el crecimiento de los alevines el macho protege con violencia la zona de nidificación, espantando a cualquier intruso que se acerque demasiado, si bien los peces contra los que no puedan combatir acaban devorando huevos y alevines, por lo que es muy necesario mantenerlos solos. Los alevines, extremadamente sensibles a la más mínima contaminación del agua y a las variaciones bruscas, crecen con rapidez y deben ser alimentadas con Artemia recién eclosionada. Al primer mes de vida pueden ser separados de sus padres.



2 comentarios:

  1. Excelente lectura, muchas gracias al blog por brindarnos la ayuda que realizan y además recomiendo visitar el de las mejores cerraduras electronicas con alarma para poder aprender más de seguridad.

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